Ricardo Delgado, director de Analytica: “La Argentina no cuenta con los dólares suficientes para que la economía funcione”

El economista, con amplia trayectoria en el mercado como consultor de empresas y de gobierno, analizó en una entrevista con Infobae la economía que viene, en particular sobre la inflación y el crecimiento

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"La desconfianza y la alta inflación hicieron que en los últimos diez años el sector privado fuera deficitario en nada menos que USD 100.000 millones"
"La desconfianza y la alta inflación hicieron que en los últimos diez años el sector privado fuera deficitario en nada menos que USD 100.000 millones"

El segundo semestre comenzó con una economía que apunta a recuperar parte del retroceso que sufrió como consecuencia de la crisis sanitaria y las medidas de aislamiento social preventivo, pero al mismo tiempo con expectativas negativas en gran parte de la población, por la incertidumbre que agregó el despertar de un mercado de cambios, propio de los tiempos previos a las campañas electorales, y por el giro que comenzó a dar el Banco Central con la emisión de pesos para asistir a la Tesorería, porque puede interrumpir la buscada desaceleración de la inflación.

La acumulación de 3 años en recesión, y consecuente deterioro del poder de compra de la población, en parte por fuerte disminución de las horas de trabajo, y en parte por la erosión que provoca un escenario de alta inflación y con aceleración en gran parte del primer semestre, fueron minando la capacidad de amortiguación de la crisis con ahorro privado, porque se fue consumiendo rápidamente.

Los economistas estiman que parte de ese fenómeno se revertirá con medidas propias de tiempos de elecciones, como bonos especiales de asistencia social, programas de promoción del empleo y la extensión del congelamiento de tarifas y retraso del tipo de cambio respecto del ritmo de la inflación. Pero, en el mejor de los casos, se tratará de una “fuga hacia adelante” que habrá que atender después de las elecciones de noviembre.

Justamente, Ricardo Delgado, economista, socio-presidente de Analytica, consultora de empresas y gobiernos; Consultor del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), del Banco Mundial y el BID, autor en 2013 del libro: “La Herencia. 30 años de economía política en democracia”, y ex subsecretario de Coordinación de la Obra Pública Federal, destacó en una entrevista con Infobae la importancia de volver a tasas de inflación próximas a un dígito por año, para ello se requieren consensos sociales básicos, y no alcanzarás las clásicas políticas fiscales expansivas que caracterizan a los tiempos preelectorales para impulsar la actividad y generar dólares, porque los recursos son escasos.

_ Definidas las listas para las PASO de septiembre, el Gobierno ingresó en modo electoral. ¿Las finanzas públicas y la asistencia del Banco Central tienen margen para provocar un shock de consumo? ¿Ve fundamentos para esperar un punto de giro luego de una incipiente reactivación en la segunda mitad de 2020 pero que no logró consolidarse en los últimos meses?

_ El margen es escaso, pero existe. No para un shock que dé vuelta la dinámica declinante del consumo en los últimos cuatro años, pero sí al menos para que la sensación térmica del bolsillo no sea la de un año atrás, digamos. Ya en junio los indicadores adelantados de actividad, como la demanda de energía eléctrica, empezaron a mostrar que quedaron atrás las caídas de abril y mayo. Esta es la lógica que está detrás de la modesta oferta económica electoral que pone en juego el Gobierno. El ajuste fiscal y monetario del primer semestre genera cierto espacio para recuperar marginalmente los ingresos de los sectores más vulnerables y las jubilaciones, que fueron muy castigadas en la primera mitad del año. Pensemos además que el gobierno liberó las paritarias, sacándolas del cerrojo del 30% para llevarlas al rango de 40-45%, lo que también estimulará algo la demanda de consumo por cierta mejora del salario real en estos meses.

“El ajuste fiscal y monetario del primer semestre genera cierto espacio para recuperar marginalmente los ingresos de los sectores más vulnerables y las jubilaciones”

Pero toda la táctica tiene patas cortas, ya que desde el lado fiscal-monetario el impulso a la actividad no puede ser permanente con esta inflación. La demanda de pesos es muy inestable y el dólar siempre es alternativa. Habrá que entender de una vez y para siempre que si los precios siguen aumentando a esta velocidad será imposible recuperar los salarios, el consumo y la actividad económica en general de manera permanente.

"Si los precios siguen aumentando a esta velocidad será imposible recuperar los salarios, el consumo y la actividad económica en general de manera permanente"
"Si los precios siguen aumentando a esta velocidad será imposible recuperar los salarios, el consumo y la actividad económica en general de manera permanente"

_ ¿Qué opina sobre el giro de utilidades contables del Banco Central a la Tesorería, se ha convertido en este gobierno en la principal vía de emisión de pesos?

_ Es el mecanismo habitual para financiar el déficit fiscal primario. Este año hubo una muy marcada desaceleración de la emisión en la primera mitad del año, producto del ajuste fiscal, pero en julio la “máquina” volvió a encenderse. Para estos meses vemos una mayor asistencia del Banco Central al Tesoro por esta vía, aunque también la colocación de deuda en pesos seguirá teniendo un rol determinante. Medida en términos reales, la emisión en lo que va del año es apenas la cuarta parte de lo que fue en 2020, cuando tuvimos el tsunami de pesos para financiar el gasto Covid-19. No vemos una explosión de emisión en estos meses, aunque sí más pesos en el mercado.

_ Los indicadores oficiales de precios, salarios y jubilaciones muestran un sostenido deterioro del poder de compra de la población ¿por qué no se traduce en mayor caída del consumo y de la inflación?

_ Le diría que la inflación tiene una dinámica, dada su persistencia en el tiempo (lleva más de una década), que va más allá de las explicaciones más difundidas. Es obvio que el desarreglo fiscal y monetario explica una parte del fenómeno, pero ojalá todo terminara ahí. Los que deciden precios todos los días, productores, comerciantes, rentistas, adaptaron sus conductas en estos años de alta inflación y miran el pasado al proyectar sus precios. Entonces, si cae el consumo, por caso, no cae tanto la inflación promedio, y más aún, en algunos sectores productivos con cierto poder de mercado, se observa desde 2020 un aumento de los márgenes, medidos como la diferencia entre los precios al productor y al consumidor, como forma de enfrentar la caída en la demanda sin perder rentabilidad. Por eso es importante que cualquier camino de salida de la inflación sea con más actividad económica, no menos.

“Es importante que cualquier camino de salida de la inflación sea con más actividad económica, no menos”

_ En las últimas semanas volvió a ampliarse la brecha cambiaria, ¿responde al cambio natural de expectativas frente al escenario electoral, o es uno de los termómetros del estado de la economía?

_ Es claro que este segundo semestre será cualitativamente muy diferente del primero. Habrá más déficit fiscal, más pesos en circulación, menos liquidación de dólares de exportación, más pagos al exterior (sólo con el FMI vencen USD 4.500 millones) y algo más de capacidad de gasto en las familias. Además, hay elecciones de medio término y siempre en los meses previos los inversores financieros prefieren dólar en mano que pesos volando. Todo indica que la volatilidad financiera será frecuente en estos meses, pero también hay que decir que el Banco Central tiene suficiente poder de fuego para evitar el desastre. Brechas superiores al 50%, y ni hablar del 80% como la actual, impiden una economía que funcione con normalidad; es evidente. Porque cae la oferta, aumenta la demanda y sin señales claras, el precio no encuentra límites. En aquellos mercados donde el Central formalmente no puede operar, como el blue o el dólar Senebi (arreglos bilaterales entre privados), los serruchos pueden ser marcados.

"Habrá más déficit fiscal, más pesos en circulación, menos liquidación de dólares de exportación, más pagos al exterior"
"Habrá más déficit fiscal, más pesos en circulación, menos liquidación de dólares de exportación, más pagos al exterior"

La cuestión estructural, más allá de esta volatilidad, es que la Argentina no cuenta con los dólares suficientes para que la economía funcione con normalidad. La desconfianza y la alta inflación hicieron que en los últimos diez años el sector privado fuera deficitario en nada menos que USD 100.000 millones, computando los ingresos y salidas de divisas por todo concepto. Evidentemente, si no revertimos estas limitaciones seguiremos navegando en la mediocridad.

_ Geoffrey Okamoto, subdirector gerente del FMI, alerta sobre la perspectiva de cambio de las políticas monetarias expansivas de los países desarrollados a medida que se ingrese en la etapa pospandemia, y recomienda, en particular a los países con bajos ingresos como hoy registra la Argentina, “encarar reformas procrecimiento, para evitar duras medidas de austeridad” ¿Qué opina?

_ Como sociedad debemos encontrar los acuerdos básicos para salir de esta larga etapa, prediluviana diría, de estar acostumbrados a convivir con semejantes niveles de inflación. Es una falla de diseño grave que requiere que la política, tanto el oficialismo como la oposición, debe encarar. Si se hace el “clic”, y se tienden puentes desde las dos orillas de la grieta, es posible pensar en un programa serio y consistente de desinflación a cuatro años que incluya a los empresarios, los sindicatos y los movimientos sociales. Ordenar el gasto público, una de las facetas de ese plan, requiere negociaciones y acuerdos con todos esos sectores, por caso. Esas son algunas de las tantas reformas en favor del crecimiento que tendrían que plantearse más temprano que tarde. Y ser capaces de sostener esos acuerdos en el tiempo.

“Como sociedad debemos encontrar los acuerdos básicos para salir de esta larga etapa, prediluviana diría, de estar acostumbrados a convivir con semejantes niveles de inflación”

_ El ministro Martín Guzmán comenzó a delinear los fundamentos del Presupuesto 2022, con un escenario de mayor fondeo a la obra pública, a la que identifica como un motor de la recuperación y un ingreso de dólares mediante préstamos internacionales ¿Cree que ese es el camino para revertir 3 años en recesión, más allá de un modesto rebote estadístico en el promedio previsto para este año?

_ En 2022 el Covid-19, se presume, habrá quedado atrás, al menos en sus efectos más nocivos sobre la economía. Ya no habrá excusas para no hacer un mejor delivery desde la política económica. Tendremos un nuevo acuerdo con el FMI, algo que confirmó la vicepresidenta hace una semana, lo que es una buena noticia para terminar de ordenar el frente externo. La obra pública es un motor relevante, por cierto. Este año viene batiendo récords de ejecución presupuestaria, pero nuevamente, si no baja la inflación, los proyectos enfrentarán problemas. Con relación al ingreso de nuevos préstamos internacionales, es un objetivo razonable y necesario para fortalecer las reservas y estabilizar el mercado de cambios, paso ineludible para encarar una reducción consistente de la inflación. Salir del estancamiento sin comenzar a bajar la inflación es una quimera.

_ ¿Qué escenario, con mayor probabilidad de ocurrencia, proyecta Analytica para el resto del año en materia de inflación, salarios, tipo de cambio, actividad y empleo?

_ Nuestras proyecciones muestran un crecimiento del PBI de 7% con una inflación del 46%. El poder adquisitivo del salario va a mejorar en los próximos meses, pero por la dinámica del primer semestre estimamos una caída anual cercana al 3% promedio.

Fuente: Analytica
Fuente: Analytica

_ De las estadísticas del Banco Central surge que el tipo de cambio real se mantiene en un nivel competitivo, pero las importaciones crecen a mayor velocidad que las exportaciones ¿Por qué ocurre ese fenómeno? ¿Se sostendrá en perspectiva?

_ La incertidumbre es grande, y la brecha cambiaria en estos niveles genera la sensación de un dólar oficial barato. Cuando las empresas tienen pesos en exceso, importar es una manera de dolarizarse. Debido a restricciones normativas, hoy no pueden adelantar importaciones. Y tampoco es tan rentable hacerlo ya que la tasa de interés está bastante alineada con la evolución del mercado de futuros. Entonces, las empresas se adaptan aumentando los embarques de importaciones a niveles sin precedentes. Si consideramos febrero de 2020 como punto de partida, las importaciones están 32% por encima del aumento del PBI en el período.

“Las empresas se adaptan aumentando los embarques de importaciones a niveles sin precedentes”

_ En 2013 publicó “La Herencia, 30 años de economía política en democracia”, ¿está pensando en su actualización? ¿Qué destacaría?

_ En aquel entonces, ocho años atrás, ya decía que el péndulo argentino, esa extraña manera de virar políticas una y otra vez, retrasaba la dinámica social, reproduciendo la inequidad y el bajo crecimiento. Nada cambió desde entonces. Y sí, pienso, si se dan las condiciones, en una actualización para los 40 años continuados de democracia, en 2023, un hecho histórico para celebrar, donde trabajaría mucho en la necesidad de cómo construir acuerdos amplios y estables en el tiempo para revertir nuestro estancamiento secular.

"Pienso, si se dan las condiciones, en una actualización de mi libro para los 40 años continuados de democracia, en 2023, un hecho histórico para celebrar, donde trabajaría mucho en la necesidad de cómo construir acuerdos amplios y estables en el tiempo para revertir nuestro estancamiento secular"
"Pienso, si se dan las condiciones, en una actualización de mi libro para los 40 años continuados de democracia, en 2023, un hecho histórico para celebrar, donde trabajaría mucho en la necesidad de cómo construir acuerdos amplios y estables en el tiempo para revertir nuestro estancamiento secular"

_ ¿Una reflexión final?

_ No estamos condenados al fracaso. Hemos superado muchas crisis, pero en cada una pagamos costos sociales cada vez mayores. Que seis de cada diez chicos sean pobres nos debería interpelar como sociedad. Estamos hundiendo nuestro futuro. Debemos comprender que una sociedad que pierde capital humano y se vuelve menos igualitaria no puede seducir a la inversión, que es lo que necesitamos para crear nuevos empleos. La Argentina tiene enormes potencialidades en muchísimos sectores, pero necesitamos construir consensos, algo a lo que no estamos habituados.

Fotos: Gustavo Gavotti

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