Problemas estructurales de arrastre y pandemia de coronavirus mediante, América Latina se empobreció fuertemente el último año, al punto que –según un reciente informe del Banco Mundial- en 2020 la clase media se redujo al 37,5% de la población, la “clase vulnerable” creció al 38,5% y los pobres pasaron a ser un 21,8% de la población total de la región.
Un efecto más visible e inmediato de ese empobrecimiento, que además permite comparar el desempeño relativo entre países, es cómo repercutió en el mercado automotor, fiel reflejo de las tradicionales aspiraciones de la clase media.
Un estudio del Ieral de la Fundación Mediterránea precisó al respecto que mientras en la Argentina el patentamiento de vehículos cero kilómetro registró en el primer semestre de 2021 un promedio mensual de 35.300 unidades, con una merma de 47,3% respecto del promedio de 2012/19, en Brasil la misma comparación arroja una caída de 26,5 % y en Uruguay una mejora de 2,9 por ciento.
Los datos exponen el mayor y más veloz empobrecimiento de la clase media argentina respecto de la de sus dos más tradicionales vecinos. “Tradicionalmente, el mercado automotriz argentino ha sido el más voluminoso en términos per-cápita en la región, pero tras una década de estanflación esto también forma parte del pasado. Anualizando los datos del primer semestre, se tiene que las ventas de cero kilómetro en nuestro país equivalen a 9,2 unidades cada 1000 habitantes, cuando en Brasil y en Uruguay esa relación es actualmente de 10,1 y 15,1 cada 1000, respectivamente”, escribieron Jorge Vasconcelos y Guadalupe González, autores del estudio
Adicionalmente, precisan que mientras en el período 2012-2019 por cada vehículo patentado en Uruguay se vendían 16 cero kilómetro en la Argentina y 59 en Brasil, en 2021 la brecha se achicó fuertemente. A cada vehículo de Uruguay, ahora corresponden 8 en la Argentina (la mitad del registro de 2012/19) y 42 en Brasil.
El fenómeno no deja de llamar la atención porque -nota el estudio- dados la histórica dolarización de los ahorros de la clase media argentina, su poder adquisitivo en términos de bienes de consumo durable mejora cuando se amplía la brecha cambiaria (que es lo que sucede actualmente) y también porque, con cepo, la tasa de interés por depósitos bancarios tiende a ser negativa en términos reales (esto es, menor a la inflación), lo que constituye un acicate adicional para el consumo, debido a las dificultades para hacerse de dólares y huir, de algún modo, del peso argentino.
Sin embargo, nota el trabajo, “aun así, el mercado de cero kilómetro se achica tanto en relación a los propios registros del país en años anteriores como en comparación con los países vecinos. Intentando dar cuenta del fenómeno, Vasconcelos y González citan una serie de “factores explicativos”, a saber:
-Deterioro de las expectativas, que hacen que los consumidores sean reacios a gastos importantes, por una especie de “temor al futuro”.
-Encarecimiento relativo del precio de los bienes de consumo durable y sus repuestos por las restricciones que impone el cepo al cambio y al comercio exterior;
-Desplazamiento del crédito al sector privado que implican los diversos mecanismos que utiliza el sector público para financiarse. Al respecto, un reciente informe de la consultora Quantum precisó que tanto los depósitos bancarios privados como los préstamos bancarios al sector privado vienen cayendo, en términos reales, desde julio de 2020, en buena medida desplazados por el crédito al sector público que “mejora” la rentabilidad de los bancos pero a la vez, ata la suerte del sistema financiero a la incierta salud de las cuentas públicas.
-Aumento relativo de los costos asociados al mantenimiento de los automóviles, que incluye impuestos superpuestos y penalidades varias.
-Por último, tal vez el factor más importante, el empobrecimiento de buena parte de las distintas capas de la clase media.
Vacunas y segundo semestre
El estudio estima que en el segundo trimestre el PBI argentino habría retrocedido un 1,5% respecto del primer trimestre, aunque para la segunda mitad del año, la probable desaceleración de la tasa de inflación y el avance del proceso de vacunación ayudarían a que la economía crezca “en las mediciones desestacionalizadas, pero sin evitar que el PIB de 2021 quede en torno a 4 % por debajo del nivel de 2019, antes de la irrupción de la pandemia”.
La “lenta normalización” de sectores que representan más de 20 % del PIB pero no pueden funcionar bien debido a los problemas sanitarios y la falta de instrumentos para relanzar la economía conspiran contra las posibilidades de recuperación en el segundo semestre, en un contexto de expectativas deterioradas por la alta inflación, la pérdida de empleos y la mayor presión impositiva (Ieral)
Una de las dificultades para una recuperación más vigorosa es precisamente la “lenta normalización” de sectores que representan más de 20 % del PIB pero no pueden funcionar normalmente debido a los problemas sanitarios “y a la falta de instrumentos de política para relanzar la economía, dados los desequilibrios macroeconómicos y la ausencia de crédito externo, en el contexto de expectativas deterioradas por la elevada inflación, la pérdida de empleos y la mayor presión impositiva”.
En concreto, dicen Vasconcelos y González, con apenas 13,29 % de población con doble dosis de vacuna, el proceso de inmunización en la la Argentina está 6 meses retrasado respecto de Israel, 4 meses respecto de Chile y 3 meses respecto de Uruguay.
A contramano
Pero la economía argentina no solo se rezagó respecto de países más “vacunados”, sino también respecto de Brasil, que apunta a cerrar el 2021 con un PIB 1,0 % por encima del registro de 2019. Chile está haciendo un recorrido análogo, dice el informe, y en ambos casos la recuperación se da en un contexto de fuertes ajustes fiscales: en Brasil, el déficit primario se reduciría de 9,4 % del PIB en 2020 a 2,0 % en 2021, una de 7,4 puntos porcentuales, mientras en Chile el rojo se recortaría en unos 4 puntos porcentuales.
La Argentina, en cambio, apunta en la dirección inversa. “Las señales de política más recientes confirman el propósito de las autoridades de generar un fuerte impulso fiscal de cara al segundo semestre, dadas las fechas electorales de medio término, pero la falta de instrumentos hace que se acelere la emisión monetaria de origen fiscal, que en lo que va de julio alcanzó $ 158.000 millones, cuadruplicando el promedio mensual del primer semestre, que había sido de 41,3 mil millones”, concluye el informe.
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