La llegada del COVID-19 obligó a reformular cómo debe trabajarse en los puestos laborales y este cambio, según los expertos, tendrá un impacto duradero. El mayor desafío que enfrentan las empresas es llevar las personas de vuelta a una oficina que no se parece a la que dejaron, y que no volvería a ser como antes, al menos en el corto plazo.
Para lograr que los empleados se adapten con éxito a la nueva realidad, la gestión del cambio es una herramienta fundamental. Un proceso que requerirá una nueva visión y prácticas, basado en la comprensión de las necesidades y expectativas de la gente frente a la pandemia. Muchas empresas se preparan para reabrir sus oficinas y otras lo han hecho, pero debieron invertir para hacer las modificaciones necesarias.
Miguel Grehan, director de Intro Arquitectura, dijo a Infobae, que, “las oficinas van dejando de ser filas interminables de escritorios para convertirse en espacios de interacción entre personas y diferentes áreas; los espacios múltiples, los meeting, las salas de relax y la cafetería pasan a ser centrales en las oficinas modernas, debido a que los trabajos individuales o de concentración se realizarán en modalidad home office”.
“Las oficinas van dejando de ser filas interminables de escritorios para convertirse en espacios de interacción entre personas y diferentes áreas” (Grehan)
Otro desafío que se proyecta como tendencia es que antes se direccionaba el uso de la tecnología principalmente hacia la seguridad y control de las empresas (supervisión de accesos, cámaras, sensores, entre otros), y a partir del año pasado pasó a tener mayor predominancia el uso de la tecnología para desarrollar y hacer crecer los negocios a través de plataformas de comunicación, virtualización, trabajos en redes, por ejemplo.
Pero, a pesar de las iniciativas bien intencionadas de las organizaciones, una gran parte de la fuerza laboral aún se resiste al retorno presencial. Según una encuesta reciente de la revista Envoy, precisó que la mayor parte de los empleados (66%) está preocupado por los riesgos para la salud y la seguridad que representa el retorno a las oficinas mientras espera que su empleador les permita adoptar un arreglo de trabajo híbrido (59%).
“No obstante, cualquiera sea la solución adoptada, para comprender el efecto que tendrá el nuevo entorno de trabajo sobre las personas y poder actuar en consecuencia, será preciso conocer las necesidades individuales. Cuestiones tales como la limpieza, la higiene y el bienestar emocional serán las principales prioridades cuando el personal deba regresar a la oficina”, comentó a Infobae Víctor Feingold, CEO y fundador de Contract Workplaces.
Especialistas, coinciden, en que, hay que comprender y dar respuesta a la amplia gama de retos que enfrentan los empleados con la presencialidad, que los ayudará a sentirse más cómodos. Feingold, amplió, que, “esto requerirá más que manejar los temores racionales de contagio, manejar los recelos irracionales. Las empresas tendrán que fomentar un fuerte sentido de seguridad psicológica, junto con la seguridad física, para ayudar a mitigar los temores legítimos de regresar al trabajo”.
Cambios principales
En Intro, en 2021, han diseñado, construido y entregado más de 20.000 m2 de oficinas para importantes empresas nacionales y multinacionales. Y también, están en pleno proceso de construcción de áreas corporativas en una compañía del rubro de los seguros (3.000 m2), minería (350 m2), petróleo (400 m2), Fintech (2.000 m2), y en Servicios de Tecnología, IT, (2.200 m2).
“Hoy el código de edificación tiene un estándar de 6 m2 por persona, pero la realidad es que los espacios de trabajo se piensan desde otro lado. Si bien es importante que la planta sea rentable, se busca bienestar y confort en los usuarios. Se crean espacios de trabajo con diferentes tipos de equipamientos: mesones altos, livings, escritorios, salas cerradas de diferentes capacidades todo esto para para dar varias opciones de uso a los empleados y no trabajar 8 horas en un mismo lugar. Espacios más dinámicos donde el mobiliario es importante que lo acompañe”, detalló Grehan.
Otra tendencia, es que los espacios exteriores empiezan a tener un valor extra que si bien antes se apreciaba y existía, ahora es una necesidad. “Los dueños de edificios analizan dar usos comunes en áreas exteriores para que la gente pueda salir de su oficina. No se modifican fachadas si no se empieza a dar espacios exteriores, se proponen mejoras en filtros de aire y una cultura de trabajo diferente”, amplió Feingold.
Precios
Estructurar una oficina nueva a estrenar “llave en mano” oscila por m2 entre los US$ 450 y los 1.350 dólares. Estos valores dependerán de qué tipo de oficina, mobiliario, materiales y sistemas de ventilación y aire acondicionado desee la empresa tener en sus instalaciones.
Las oficinas que necesiten “reconfigurarse” tendrán que pensar en una inversión que partirá de los US$ 150/m2 lo cual incluirá el rediseño del layout para la redistribución de los puestos de trabajo por normativas COVID-19.
Feingold, dijo, que “el regreso al lugar de trabajo será algo muy diferente a lo conocido previamente: desde el traslado a la oficina, el ingreso al edificio y la cantidad de personas que pueden usar el ascensor hasta dónde trabajar durante el día, muchas cosas serán distintas. Es importante brindar tantos detalles como sea posible sobre qué esperar y cómo se realizará el trabajo en las nuevas condiciones. Para esto habrá que tranquilizarlas explicando claramente cómo se las protegerá y se garantizará su salud y seguridad”.
“El regreso al lugar de trabajo será algo muy diferente a lo conocido: desde el traslado a la oficina, el ingreso al edificio y la cantidad de personas que pueden usar el ascensor hasta dónde trabajar durante el día” (Feingold)
Mobiliario
En cuanto al equipamiento ergonómico dentro de las oficinas, desde el sector informan que no se advirtió un crecimiento en la demanda pero tampoco ha decrecido.
“Pero sí venimos observando como tendencia previa a la pandemia -y que ahora se ha acelerado- que las empresas han ido aumentando la proporción de espacios colaborativos respecto de los clásicos puestos operativos en los que puede haber sillas ergonómicas, escritorios de altura regulable, brazos para monitores, entre otros, que son los muebles ergonómicos por excelencia”, indicó a Infobae Leandro Boggiatto, gerente de arquitectura y diseño de Contract Workplaces Argentina.
Por otro lado, con la aplicación de modalidades como el Activity Based Working (trabajo basado en actividades) en la que cada persona puede elegir cómo y dónde puede desarrollar cada una de sus tareas laborales dentro de la oficina, el lugar para trabajar puede ser desde un sillón, hasta una sala de juntas, o la terraza.
“Para esto se deben incluir una variedad de equipamientos que permitan realizar las tareas habituales en diferentes posturas: asientos activos que se adaptan a los procesos dinámicos naturales del cuerpo humano, escritorios de altura ajustable que promueven una mejor posición y ofrecen la oportunidad de trabajar en una variedad de posturas, y pizarras de gran escala que tienen el potencial de promover la actividad a través de amplios movimientos espontáneos tales como el estiramiento y la flexión”, concluyó Boggiatto.
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