Los canales de abastecimientos de insumos agrícolas muestran algunas fisuras: actualmente se registran faltantes, principalmente en productos clave como los herbicidas, vitales para su empleo en el campo en esta época del año. El motivo es la ralentización en el flujo de comercio exterior por motivos internos y externos. La pandemia generó que muchos puertos no trabajan a pleno y las cargas sufren demoras de entre tres a cinco meses en su entrega. Ademas, en la Argentina también se anota la imposición de licencias no automáticas, promovidas por la administración de Alberto Fernández para evitar una salida masiva de dólares vía importaciones.
Las dificultades que afronta la cadena de abastecimiento de insumos, tales como los herbicidas, fue confirmada a Infobae por Lionel Camps, director ejecutivo de la Cámara Empresaria de Distribuidores de Agroquímicos, Semillas y Afines de la Provincia de Buenos Aires (CEDASABA). “Es correcto: hay faltantes y retraso en la entrega de químicos. Allí hay razones que interactúan entre sí y plantean este tipo de dificultades. Algunos de estos insumos requeridos en el mercado local son excluyentes para avanzar con la producción de algunos cultivos”, admitió Camps.
Ya en los últimos meses la imposición oficial de estrategias para regular la importación de insumos y equipos para resguardar la tenencia de divisas en el ámbito doméstico, provocó la queja del sector fabricante de equipos agrícolas, y también de los contratistas locales, por las limitaciones que reportaba el normal abastecimiento de autopartes y hasta neumáticos para los grandes equipos que trabajan en las labores de campo.
Hoy también se suman a este listado la problemática que reporta la provisión de insumos agrícolas para cumplir con tareas en cultivos de estación. En muchos casos se debe optar por la adquisición de una marca alternativa a la requerida y con menor llegada al mercado, o bien aguardar entre dos o tres meses para contar con el producto que puede ser empleado por caso en la cobertura de girasol o sorgo, o para ser empleados en los barbechos de maíz.
Está claro que actualmente los productores agropecuarios enfrentan dificultades, ya que hay productos que están agotados y no se consiguen. Muchos deben apurar la compra y optar por una segunda marca o etiquetas con menor presencia en la plaza, o al fin pactar una entrega con retraso por las limitaciones que le imponen la ventana de siembra y cosecha pendiente.
Hay faltante de herbicidas y hasta de las primeras marcas de glifosato, un producto que representa la mitad de este mercado. Por ello, la búsqueda hoy de productos, hace lenta su adquisición por parte del productor. En el mercado agrícola le atribuyen esto a varias cuestiones, que unidas generan un verdadero dolor de cabeza para la actividad agropecuaria.
En el caso del glifosato, la mayor traba está dada por la disponibilidad de un componente clave para su fabricación que se realiza en el orden doméstico, y es el oxígeno. El mencionado elemento está siendo destinado de manera prioritaria a atender la fuerte demanda del sector de la salud. Se suma también aquí la fuerte demanda que se registró en el anterior y el presente ciclo agrícola, que derivó a que las plantas químicas, fábricas de fitosanitarios y distribuidores no lograran ampliar sus stock, tal como lo venían haciendo en campañas anteriores. Todo esto provoca un combo que conlleva dificultades en el abastecimiento de materias primas e insumos claves para el campo.
Motivos
Hay un combo de cuestiones que interactúan entre sí, sobre el altante de productos o retraso en su abastecimiento. En primer término, parte del faltante de productos o retraso en las entregas se debe a las medidas impuestas por el gobierno nacional para regular la importación. De esta forma, no llegan los químicos o componentes necesarios para atender la demanda interna en el campo o la industria de herbicidas, o avanzar con su producción local.
También la pandemia traba el normal movimiento del comercio internacional. La presencia del Covid19 en muchos puertos de destino demora los envíos hasta tres o cinco meses. Por ello, el cierre de aduanas por cuestiones sanitarias y de seguridad provoca serios retrasos en la logística mundial.
Por ello, Camps recomendó “al productor que trate de asegurarse el insumo necesario con la compra. No hay que esperar a ver que pasa. Es vital asegurarse el insumo ahora. Y allí hay que adquirir un producto de calidad y que sean genuinos tras su compra en su agronomía de confianza. No hay que caer en la compra de productos apócrifos que aparecen en el mercado ante este tipo de situaciones. Esto puede perjudicar al productor y también a toda la cadena”.
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