La fintech argentina Lemon, con su billetera virtual Lemon Cash que combina pesos y criptomonedas en plan de “unir los dos ecosistemas”, recaudó USD 16,3 millones en una ronda de financiamiento en la que reunió a grandes inversores. La llegada de capital, según explican en la compañía fundada solo dos años atrás por tres jóvenes sub-30, le permitirá impulsar un desembarco en la región de la mano de la llegada de nuevos productos. El principal de ellos, que llegará a la Argentina en breve, es una tarjeta prepaga Visa dual, Lemon Card, con la que se podrá pagar un café y elegir si se desea hacerlo con pesos o con criptomonedas.
“Nuestro foco estará siempre en unir los 2 ecosistemas, ampliando nuestra oferta de soluciones y productos. Y siempre pensando en la usabilidad real. La desconfianza de una parte del mercado sobre las criptomonedas ocurre porque no es algo tangible. La estrategia es atraer al cliente para que ingrese al mundo cripto con herramientas a las que está acostumbrado, como una billetera digital”, señaló ante Infobae Marcelo Cavazzoli, quien conduce la compañía junto a Borja Martel. Ambos fundaron la compañía en 2019 (junto a Alan Boryszanski, que salió del proyecto) con USD 50.000 de familiares y amigos. Un año después, según informó Infobae, ya habían conseguido su primer millón de dólares.
La ronda de inversiones resultó exitosa no solo por cantidad sino también por calidad. Más allá del monto, Lemon reunió nombres fuertes. La operación fue liderada Kingsway Capital, un importante fondo de inversión del Reino Unido. También se sumaron inversores globales como Draper Associates, Valor Capital, Cadenza Ventures, Draper Cygnus (integrado por Ignacio Plaza, presidente de la Cámara Argentina de Fintech), Coinbase Ventures, Draper University Ventures, el Banco Supervielle y Andrés Bilbao, uno de los fundadores de Rappi.
El primer destino de la inversión será “salir a buscar a los top talent, en la Argentina o en el exterior, para armar el mejor equipo.” La empresa arrancó con 5 personas, hoy tiene 35 y cerrará el año con 70. A la vez, se pondrá el foco en el desarrollo de productos y agregar funciones a la app. La tarjeta prepaga Visa Lemon Card ya tiene 60.000 usuarios en lista de espera y resume la filosofía de la empresa de unir ambos mundos: con una tarjeta de una emisora internacional se podrá pagar en más de 50 millones de comercios de todo el mundo desde una cuenta en pesos o desde otra en cualquiera de las criptomonedas comercializadas por Lemon.
La idea es “simplificar el acceso a productos complejos”, dice Cavazzoli, que anticipa que el mundo blockchain puede traer servicios financieros de toda clase como seguros, préstamos o inversiones completamente inéditos para un mercado como el argentino.
El paso siguiente de Cavazzoli y Martel, con inyección de capital y aliados estratégicos, es hacer un softlanding en distintos mercados de la región. El primer objetivo es Perú, donde ya estará operativo en los próximos meses. En Uruguay y Ecuador ya había hecho algunas operaciones. En esta etapa también aparecen Chile y Colombia. Una vez adquirida la gimnasia para crecer en nuevos mercados, siguen en la lista los dos grandes desafíos de la región: Brasil, facilitado por la incorporación de Valor Capital como socio, y México.
“Tener Bitcoin es tener un pedacito del futuro”, dice Cavazzoli minimizando la extrema volatilidad que la criptomoneda más famosa mostró en los últimos meses. “En 12 años, solo hubo 3 meses de caídas. En el corto plazo, puede subir o bajar. Imaginate haber podido comprar ese pedacito de futuro en los ‘90. Hoy, ese ticker existe”, señaló.
“Tenemos la suerte de ser argentinos, porque acá hay una adopción de las criptomonedas impresionante, único. Estamos formando en la Argentina productos que van a ser útiles en el futuro en toda la región. La Argentina, además de tener grandes talentos, tiene una situación económica que obliga a acostumbrarse a los cambios”, señaló Cavazzoli.
Entre sus nuevos inversores destaca que Tim Draper, una estrella entre los inversores de riesgo dentro de la escena fintech global, será “el líder filosófico” del proyecto, ya que los apoya en “el futuro que imaginamos con la descentralización de las finanzas”.
Los dueños de Lemon dieron con Draper en un vertiginoso recorrido de cursos y conferencias virtuales durante la pandemia en el que mostraron su proyecto y consiguieron apoyos que ahora se tradujeron en dólares. En diciembre de 2020 explicaban que estaban muy orgullosos del avance de Lemon Cash, su billetera electrónica, pero que eso no era lo que querían ser. Apuntan a un nuevo ecosistema virtual en el que las nuevas monedas interactúen con las tradicionales, tanto para pagar como para invertir.
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