Expectativas de devaluación: las empresas buscan asegurarse insumos y en junio se dispararon las importaciones

Un informe destaca que la “sensibilidad” de las compras externas, que en mayo-junio de este año aumentaron un 25,3% respecto de igual bimestre de 2019, refleja una tendencia a la dolarización. La actividad económica de mayo fue 9,1% inferior a la de hace dos años

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Un portacontenedores en una de las terminales del Dock Sud
Un portacontenedores en una de las terminales del Dock Sud

No solo ahorristas e inversores desconfían de la política cambiaria oficial y la salud del peso argentino; las empresas muestran similar actitud y aumentaron fuertemente sus importaciones, en prevención de una futura devaluación.

El gobierno puede argumentar que esto se debe a cierta reactivación, lo que es en parte cierto si se tiene en cuenta, por caso, el 99,3% que en el segundo trimestre aumentó la importación de “Piezas y Accesorios de bienes de capital” y el 65,1% en que lo hicieron las compras al exterior de “Bienes Intermedios”. Pero mucho más aún, 143,2%, crecieron las compras de “Combustibles y Lubricantes”, debido a una debilidad del actual esquema económico: un consumo de energía, con tarifas subsidiadas, que no alcanza a ser satisfecho por la producción local de sus “fuentes primarias”: petróleo, gas y derivados.

Otro factor de peso es la expectativa devaluatoria: en los últimos meses las empresas aprovecharon la mayor disponibilidad de dólares del BCRA, por la relativa abundancia provista por las exportaciones del campo y la agroindustria, y aprovecharon una “pax cambiaria” para stockearse.

Sensibilidad

Al respecto, un informe de Marcos O’Connor, del Ieral de la Fundación Mediterránea, afirma que “la sensibilidad de la variación de las importaciones en relación a la variación del PIB está en ratios inéditos: se observa una tendencia a la dolarización, secuela del cepo cambiario y de las elevadas expectativas de inflación, en el contexto de un tipo de cambio oficial que, en el periodo abril-junio, se ha deslizado a un ritmo de un tercio de la marcha de la inflación”.

Un gráfico del informe del Ieral muestra el repunte importador de los últimos meses, sin respaldo en el nivel de actividad económica
Un gráfico del informe del Ieral muestra el repunte importador de los últimos meses, sin respaldo en el nivel de actividad económica

La “sensibilidad” a la que se refiere el economista es que en mayo-junio de este año las importaciones totales aumentaron un 25,3% respecto de igual bimestre de 2019 (antes de la pandemia), pese a que, tomando el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del Indec de mayo, el PBI del último bimestre fue todavía 9,1% inferior al de hace dos años.

El informe precisa que en junio la balanza comercial arrojó un superávit de USD 1.067 millones, con exportaciones por USD 6.976 millones e importaciones por USD 5.909 millones y que en los últimos 12 meses el saldo comercial acumuló un superávit de USD 10.906 millones, con ventas al exterior de USD 62.621 millones y compras por USD 51.715 millones. Pero se trata de un superávit menguante.

En cuanto a las exportaciones, la venta al exterior de Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) aumentó en el segundo trimestre 43,4% y aportó el grueso de las divisas del período. Del lado de las compras, el rubro más impetuoso fue el de Combustibles y Lubricantes, con el ya mencionado 143,2% de aumento, lo que redujo el superávit energético de los últimos 12 meses a USD 183 millones, con lo cual el saldo comercial del sector anual probablemente pase al rojo en el acumulado anual a julio.

La evolución interanual, por trimestre, de los distintos rubros de importación. En el segundo trimestre, se dispararon las compras de combustibles y lubricantes
La evolución interanual, por trimestre, de los distintos rubros de importación. En el segundo trimestre, se dispararon las compras de combustibles y lubricantes

En junio, las exportaciones sumaron USD 6.976 millones, 45,8% más que en igual mes de 2020 y desde principios del año vienen registrando guarismos superiores a los 2020 e incluso de 2019, con un aumento de 33,2% respecto de hace dos años. Además del aumento ya citado de las MOA, aumentaron fuertemente (desde una base mucho más reducida) las Manufacturas de Origen Industrial (105,2%), aunque todavía 2,7% por detrás de las de 2019,

Qué me importan

Pero las mayores novedades vienen del lado de las importaciones, que en junio sumaron USD 5.909 millones, un 79,1% por encima que igual mes de 2020 y un 41,7% más que en igual mes de 2019. Así, las importaciones cerraron el segundo trimestre con una suba interanual de 68%, con lo que el aumento de las importaciones superó largamente la fuerza de tracción de la economía y respondió al estímulo de “stockearse” con los dólares disponibles y anticiparse a una potencial devaluación.

Esa conducta se notó desde principios de año, se acentuó en los últimos meses y se observa en todas las categorías. En el segundo trimestre, no sólo aumentó la importación de Combustibles y Lubricantes. La de Piezas y Accesorios para bienes de capital aumentó 99,3%, la de Bienes intermedios 65,1%, la de Bienes de Capital 55,4% y la de Bienes de Consumo 19,0 por ciento. Incluso la compra al exterior de vehículos automotores de pasajeros, el rubro más golpeado por la pandemia, aumentó 79,1% sobre igual período de 2020, aunque todavía se mantuvo 35,2% del segundo trimestre de 2019, destaca O’Connor.

Las importaciones rebotaron por tres motivos, dijo por su parte el titular de una consultora que prefirió reserva de su nombre: 1) el rebote de sectores productivos que consumen insumos importados, 2) la oprtunidad del momento para importar todo lo que necesitan las empresas, y más también, ya que este dólar está subsidiado, y 3) acumular existencias, máquinas y repuestos valuados en dólares es la mejor cobertura anti-devaluación.

Además, agregó, el fortísimo envión de la importación de Lubricantes y Combustibles, se explica por la baja producción y el aumento de la demanda en sectores específicos.

En otras palabras, no sólo los mercados financieros, sino también las empresas productivas avizoran una devaluación, aunque Economía y el BCRA confíen en su “poder de fuego” para evitarla tanto antes como después de las elecciones.

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