Este mes, la Comisión Nacional de Valores (CNV) y el Banco Central dispusieron en conjunto medidas para acotar la negociación de dólares que se efectúa a través de la compraventa de activos bursátiles que se operan en simultáneo en pesos y en dólares.
A través de estas transacciones los agentes dolarizan sus tenencias sin necesidad de acudir al mercado de cambio formal, donde rige un “cepo” a la demanda privada, aunque deben asumir un mayor costo por la divisa norteamericana, más próximo al valor del dólar libre, hoy a $183 en el circuito paralelo.
Una mayor demanda por los dólares en Bolsa, habitual al acercarse las elecciones, empuja al alza de las cotizaciones implícitas y ésta es vista como una mala señal para las expectativas de devaluación. Por este motivo, a partir de octubre del año pasado, organismos públicos comenzaron a intervenir en este segmento del mercado, a través de la venta de los nuevos bonos en dólares emitidos con el canje de deuda, para deprimir los precios en pesos de estos títulos en el mercado secundario y así “aplanar” el tipo de cambio implícito.
El título más utilizado es el bono AL30, en dólares con ley argentina, cuyo principal tenedor es el Banco Central. La entidad vende este título contra pesos y lo recompra contra dólares. Así, mantiene estables su cantidad de nominales en cartera, pero en el pase de manos toma pesos de la plaza y sacrifica dólares de las reservas para abastecer la demanda privada que acude a la Bolsa. También deprime artificialmente las cotizaciones, lo que perjudica a los inversores que compraron estos bonos como inversión (o los recibieron como compensación con el canje) y también se afecta el activo del BCRA.
Por esta intervención, el BCRA sacrificó más de USD 1.000 millones en nueve meses, por lo tanto, el Gobierno decidió hace diez días ajustar los controles para el MEP y el “contado con liqui”, de modo de atenuar esta salida de divisas de las arcas oficiales. La principal medida redujo en los hechos el monto que se puede operar, del equivalente a unos USD 36.000 semanales a la mitad, unos USD 18.000.
Para estas operaciones corre el llamado “parking”, que es la cantidad de días que un inversor debe mantener los bonos comprados en su portafolio, antes de poder venderlos. De acuerdo a las últimas disposiciones, la CNV implementó un parking de dos días (hasta ahora no existía) para la adquisición del contado con liquidación, a partir de un instrumento en dólares, por ejemplo el AL30D, el título más utilizado por el BCRA para intervenir la cotización implícita del dólar.
El contado con liqui en el Senebi se pacta cerca de los $180, frente a los $167 de los valores de pantalla donde intervienen entes oficiales
La CNV dispuso además reducir el parking (obligación de mantener los títulos en cartera) de tres a dos días para comprar dólar contado con liquidación a través de un activo local (por ejemplo el AL30). Para comprar dólar MEP no habrá modificaciones y se mantendrá el parking vigente de un día hábil.
La consecuencia lógica de estas mayores restricciones fue que las operaciones comenzaron a trasladarse a otros segmentos no regulados, como el “contado con liqui” a través de acciones que se negocian en simultáneo en la Bolsa local en pesos y en el exterior en dólares, los Cedear (certificados de acciones extranjeras que se operan en pesos en la Bolsa local) y el Senebi (Segmento de Negociación Bilateral) de ByMA (Bolsas y Mercados Argentinos).
Este último término empezó a popularizar en las últimas horas, ante los nuevos controles de la CNV para dolarizarse en la Bolsa. El Senebi, a diferencia del PPT (Prioridad Precio-Tiempo), se trata de una rueda paralela al “dólar de pantalla”, donde compradores y vendedores pactan de manera particular un precio para la transacción, independiente del que marca el mercado.
Los mayores controles oficiales apuntan a reducir la cantidad de dólares que el BCRA sacrifica para frenar las cotizaciones bursátiles
De esta forma, empezó a crecer otra brecha cambiaria, además de la existente entre el dólar oficial y las variantes alternativas. Se trata de la propia brecha de los dólares en Bolsa según estos sean negociados en un segmento intervenido por entes oficiales o directamente entre privados.
Mientras que en el mercado secundario PPT el dólar MEP es transado a $166 y el “contado con liqui” a $167, con estricta supervisión oficial, en el Senebi estas operaciones alcanzan precios de $171,70 y $179,70, respectivamente, con una brecha de hasta 7,6 por ciento.
En tanto, el “contado con liqui” efectuado a través de acciones promedia los 178 pesos y varía según la especie. El liqui realizado a través de las acciones de YPF alcanza los $178,30, mientras que por medio de los títulos de Grupo Galicia es de 177,70 pesos.
Dolarizarse por medio de los Cedear cuesta, por ejemplo, unos $179 a través de los títulos de Amazon, de los más negociados en el mercado doméstico.
Las recientes medidas que ponen mayores trabas al acceso a dólares en los mercados alternativos no logran detener la suba de cotizaciones
“Como era de esperar, las restricciones impuestas para hacer contado con liquidación vía el mercado de bonos empiezan a quedar cortas”, subrayó Portfolio Personal Inversiones, y afirmó “el manual no se equivoca: a más restricciones, mayor precio”.
Una fuente del BCRA dijo a Reuters esta semana que la entidad usará “toda su fuerza” para racionalizar la demanda desbocada de dólares y domesticar los volátiles mercados cambiarios paralelos.
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