Un informe del gobierno de los Estados Unidos sobre la economía argentina reflejó la preocupación de la Casa Blanca por la “incertidumbre económica, las políticas intervencionistas, la alta inflación y el estancamiento” de la actividad. Así lo hizo público el Departamento de Estado en uno de sus informes periódicos sobre los países con los que tiene relación bilateral.
“Argentina presenta oportunidades de inversión y comercio, particularmente en agricultura, energía, salud, infraestructura, tecnología de la información y minería. Sin embargo, la incertidumbre económica, las políticas intervencionistas, la alta inflación y el estancamiento económico persistente han impedido que el país maximice su potencial”, consideró el gobierno de los Estados Unidos.
En ese sentido, “la pandemia de Covid-19 profundizó la recesión económica plurianual del país. Esto llevó al gobierno a intensificar los controles de precios, capital y comercio exterior, haciendo retroceder algunas de las políticas impulsadas por el mercado de la administración anterior”, cuestionó el Departamento de Estado.
El Departamento de Estado mostró su preocupación por la “incertidumbre económica, las políticas intervencionistas, la alta inflación y el estancamiento” de la economía argentina.
Por otra parte, la Casa Blanca criticó que “el Gobierno (de Alberto Fernández) aumentó los impuestos sobre el comercio exterior, endureció aún más los controles de capital e inició o renovó programas de control de precios. La administración también expandió los gastos fiscales, que se dirigieron principalmente a mitigar el impacto económico de la pandemia de Covid-19″.
Según los datos del informe, actualmente hay en la Argentina más de 300 empresas estadounidenses en operación. Estados Unidos, además, es el principal inversor extranjero en el país con más de USD 10.700 millones de inversión extranjera directa a partir de 2019.
“El noveno default soberano y la insolvencia autodeclarada del gobierno han limitado su acceso al crédito internacional, lo que lo ha obligado a financiar medidas de estímulo relacionadas con la pandemia y la compra de la vacuna Covid-19 a través de la emisión de dinero, lo que puede obstaculizar sus esfuerzos por contener la inflación y mantener un tipo de cambio estable a corto plazo. Se espera que el gobierno amplíe aún más los gastos fiscales antes de las elecciones de mitad de período en octubre de 2021″, consideró el Departamento de Estado.
Por otra parte, el informe apuntó que “tanto las empresas nacionales como extranjeras señalan con frecuencia una carga fiscal alta e impredecible y leyes laborales rígidas, que dificultan la respuesta a las condiciones macroeconómicas cambiantes, como obstáculos para una mayor inversión en Argentina”.
Sobre la relación con los inversores extranjeros, la Casa Blanca consideró que “la administración de Fernández no tiene una mesa de negocios formal u otro diálogo establecido con inversionistas internacionales, aunque sí se relaciona con empresas nacionales e internacionales”. “Las regulaciones del mercado como los controles de capital, las restricciones comerciales y los controles de precios aumentan la distorsión económica que obstaculiza el clima de inversión en el país”, continuó el informe.
“Con el objetivo declarado de mantener la inflación bajo control y evitar la escasez de producción durante la pandemia de COVID-19, el gobierno aumentó las intervenciones de mercado en 2020, creando más distorsiones del mercado que pueden disuadir la inversión”, mencionó el Departamento de Estado, en relación a los programas de control de precios como Precios Cuidados o Precios Máximos y la ley de góndolas.
Otros cuestionamientos que hizo el gobierno de los Estados Unidos estuvo relacionado con el control del acceso a divisas. “Los controles de importación más estrictos impuestos por la administración de Fernández han afectado los planes comerciales de las empresas privadas que necesitan insumos importados para la producción. El sector privado observó una mayor discrecionalidad por parte de las autoridades comerciales responsables de aprobar las licencias de importación”, apuntó el informe.
Como uno de los aspectos positivos, los Estados Unidos marcaron que “Argentina tiene un sector bancario relativamente sólido basado en ingresos diversificados, costos operativos bien contenidos y un alto nivel de liquidez. El sector bancario argentino ha resistido frente a una contracción económica de varios años”.
Por otro lado, mencionó la Casa Blanca que “los trabajadores argentinos se encuentran entre los más capacitados y capacitados de América Latina. Los inversores extranjeros suelen citar a la mano de obra calificada de Argentina como un factor clave en su decisión de invertir en Argentina”, explicaron.
Actualmente hay en la Argentina más de 300 empresas estadounidenses en operación. Estados Unidos, además, es el principal inversor extranjero en el país con más de USD 10.700 millones de inversión extranjera directa a partir de 2019.
De todas formas, mencionaron que “Argentina tiene impuestos relativamente altos a la seguridad social, la salud y otros impuestos laborales; sin embargo, los altos costos laborales se encuentran entre los desafíos operativos más citados por los inversionistas extranjeros”. “Las leyes laborales protegen comparativamente a los trabajadores en Argentina, y los inversores citan los litigios laborales como un factor importante que aumenta los costos laborales en Argentina”, continuó el Departamento de Estado.
Sobre la relación con los gremios, el informe asegura que “se producen tensiones entre la dirección y los sindicatos. Muchos gerentes de empresas extranjeras dicen tener buenas relaciones con sus sindicatos. Otros dicen que los desafíos que plantean los sindicatos fuertes pueden obstaculizar una mayor inversión por parte de su sede internacional”.
“El gobierno de Fernández no tiene la intención de perseguir una reforma laboral amplia, prefiriendo en cambio permitir que las empresas y los trabajadores negocien cualquier ajuste a las condiciones laborales a través del proceso de negociación colectiva”, concluyó.
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