El representante de la Argentina en el directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional, Sergio Chodos, dijo que si bien el organismo, principal acreedor externo de la Argentina, ha cambiado algunos modos, sigue fiel a su esencia ortodoxa. “El FMI aprende, pero no se convierte en lo que no es”, señaló en declaraciones radiales, pero trazó un balance muy positivo de la reciente reunión de ministros de Finanzas del G20, en Venecia, en la que secundó en las reuniones a Martín Guzmán.
“Estamos muy encaminados en construir escalón sobre escalón dentro de un esquema que le sirva a la Argentina”, dijo el funcionario en una entrevista radial por AM 750. El resultado, dijo, fue “valioso” y sirvió “para que se entienda a la Argentina”.
Chodos resumió en tres ejes los debates que tuvieron lugar en Italia. En primer lugar, señaló “las discusiones en el marco del G20 que marcan agenda y quedan plasmadas en los comunicados” para las cuales hubo un foro específico sobre cambio climático y otro sobre una imposición global mínima del 15% sobre las ganancias de las grandes corporaciones. En segundo lugar, señaló, Guzmán participó en 10 encuentros bilaterales “de altísima importancia”, entre ellas con la secretaria del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, a quien el ministro no había logrado ver hasta entonces. Y por último, el equipo técnico de Economía discutió con el del FMI “que estaba ahí en Venecia”.
El resultado de ese ajetreo, dijo Chodos sirvió “para que se entienda a la Argentina; cuáles son sus limitaciones, dónde estamos, dónde vamos y la necesidad de llegar a un acuerdo que responda a los intereses de los argentinos y que sea sostenible también para los acreedores.”
Insostenible
Como ejemplo, apuntó, “El nivel de deuda insostenible que tiene la Argentina está claro; tiene que acceder a un nuevo programa con el FMI para pagar lo que se debe por el programa de 2018 que fue claramente insustentable”. Al respecto -dijo- “las responsabilidades entre quienes endeudan y quienes desendeudan están bastante claras”.
Pero los acuerdos sobre lo que no es no son una ruta directa a un acuerdo sobre lo que puede ser. “Nosotros no nos ponemos una agenda específica; seguimos avanzando en hitos y en tener áreas de acuerdos. Cuanto antes, mejor, dentro de un esquema que le sirva a la Argentina”, dijo Chodos, muy cercano a Guzmán, al punto que el ministro amasó ñoquis en su último cumpleaños.
Según Chodos, las reuniones e intercambios en Venecia fueron “un hito más para llegar al final de una reestructuración con el FMI en el marco de una discusión global sobre los DEG (Derechos Especiales de Giro, la “moneda” de la que el Fondo hará una nueva emisión, por el equivalente a USD 650.000 millones) y cómo se distribuyen, la agenda ambiental, el problema de las grandes corporaciones y cómo se puede llegar a una estructura tributaria global más justa”. La emisión de esa masa de liquidez, de la cual la Argentina recibirá en forma directa USD 4.350 millones, fue respaldada en Venecia y sería finalmente aprobada por el directorio del Fondo, donde se sienta Chodos, a fines de agosto.
Aristas
“La discusión de los DEG tiene muchas aristas y está en proceso. Falta un tiempo para que podamos verlo plasmado. Uno de los aciertos de Georgieva (la titular del FMI) es haber dividido la discusión sobre necesidad de la distribución de los DEG y cómo se distribuye lo que tienen los países que tienen exceso y no los necesitan”, dijo quien funge en la negociación como alter ego del ministro. A Guzmán, recordó, “lo conocí en un seminario sobre reestructuración de deuda soberana en Columbia, que terminó colaborando con el proceso de los principios generales adoptados Naciones Unidas. Siempre hablábamos de la crisis del endeudamiento y comparábamos las experiencias. Ellos habían armado un foro con Stiglitz sobre esta cuestión”.
Según Chodos, “el acuerdo con el FMI se va construyendo en etapas. Como el acuerdo va a necesitar un nivel de debate y revisión interna y externa, va a pasar por el Congreso de la Nación”. Y allí fue que marcó los límites acerca de lo que es y no es posible, al señalar que el Fondo aprende pero no puede convertirse en lo que no es.
Este jueves, en una rueda de prensa en Washington, Gerry Rice, el vocero del organismo, volvió a rechazar la posibilidad de que el Fondo negocie con la Argentina un acuerdo a 20 años, como piden voceros del kirchnerismo e incluso pusieron por escrito en una carta a Kristalina Georgieva, la directora-gerente del organismo.
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