El Gobierno anunció esta semana la puesta en marcha de un Plan de Desarrollo Productivo Verde para reconvertir la tecnología de empresas para hacerlas más ecológicas y para desarrollar determinadas industrias de una manera amigable con el medio ambiente. Uno de esos proyectos es el de la fabricación de bicicletas eléctricas, un vehículo que en distintos países actúa como sustituto de autos o motos en las grandes ciudades.
El estímulo al desarrollo y a la compra de bicicletas eléctricas es uno de los objetivos que el Ministerio de Desarrollo Productivo se planteó en el corto plazo en el marco del Plan Verde, que en total destinará unos $10.000 millones para distintas iniciativas que involucran a unas 3.550 empresas.
De ese monto total, $3.000 millones será el fondeo que corresponde al proyecto de impulso a las bicicletas eléctricas. Ese dinero se canalizará a través de líneas de créditos subsidiados para la compra de unos 20.000 rodados a través del Banco Nación. De todas formas, esos préstamos estarán disponibles más adelante, cuando comience a rodar la nueva producción local.
El Ministerio de Desarrollo Productivo se planteó en el corto plazo en el marco del Plan Verde destinar unos $10.000 millones para distintas iniciativas que involucran a unas 3.550 empresas
La iniciativa de fabricación de bicis eléctricas se cristalizará en los próximos días en un convenio que firmará la cartera laboral con tres cámaras empresarias: Asociación de Industriales Metalúrgicos (Adimra), la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (Cadieel), y la Cámara de la Industria de Motovehículos, Bicicletas, Rodados, Motopartes y Bicipartes argentinas (Cimbra).
“Este acuerdo implica la implementación por parte del Ministerio de Desarrollo Productivo de herramientas de apoyo a la oferta, asistencia técnica y financiamiento a través del Programa de Proveedores”, explicó la cartera que dirige Matías Kulfas el día de la presentación del Plan Verde.
Integración nacional
Las conversaciones entre las empresas fabricantes nucleadas en Cimbra, los metalúrgicos y los electromecánicos y los funcionarios del Ministerio de Desarollo Productivo comenzaron el año pasado. En esa mesa de discusión se acordó que el plan para fomentar el desarrollo de bicicletas eléctricas cuente, en su mayor parte, con componentes de origen nacional, con un espíritu similar al del plan Juana Manso para el caso de las notebooks o Mi Moto, para motocicletas.
En términos generales, se llegó a la conclusión de que el proyecto podría incluir un subsidio a la demanda de unas 20.000 bicicletas eléctricas, que se materializará a través de líneas de préstamos del Banco Nación que tendrá tasas por debajo de la inflación y que podría incluir hasta 48 cuotas. La extensión de los créditos responde a que se tratará de vehículos que tendrán un precio inicial de entre 150.000 y 200.000 pesos.
Según explicó Daniel Tigani, presidente de Cimbra, “estamos arrancando la producción este segundo semestre y estimamos que la fabricación va a tomar más volumen y velocidad más cerca de fin de año”, comentó a Infobae quien además es director de Azzurra Bikes. “Todo producto nuevo tiene una primera etapa de pionerismo, el que la quiere tener antes que nadie. Después viene el que es más selectivo, y recién después se convierte en masivo”, mencionó Tigani.
“Estamos arrancando la producción este segundo semestre y estimamos que la fabricación va a tomar más volumen y velocidad más cerca de fin de año” (Tigani)
En una primera etapa habrá unos tres modelos de bicicletas eléctricas en fabricación. Serán dos de tipo “urbanas” y una mountain bike. Las dos primeras serán las versiones más económicas y la mountain bike, con mayor autonomía y capacidad de circular por ejemplo en rutas, tendrá un precio mayor. Para más adelante se prevé el desarrollo de un modelo plegable, también cada vez más popular entre las bicicletas mecánicas.
Las series a fabricar tienen como características generales que contarán con baterías de entre 350 y 500 watts, tienen un tiempo de carga de unas cuatro horas y una autonomía de entre 65 y 80 kilómetros, lo que dependerá de en qué superficie se utilice la bicicleta (no demanda la misma energía andar por el asfalto que por una superficie más blanda) y del peso de quien la utilice.
“En Europa actualmente el 50% de los bicicletas son eléctricas. Hay un gran potencial desde la fabricación actual de 1,5 millones de unidades convencionales por año que tenemos en Argentina, solo con aspirar a tener un 10% del total eléctricas, aunque trabajamos con un primer horizonte conservador de 5% del total”, dijo el presidente de Cimbra. Actualmente hay empresas que fabrican bicis eléctricas pero el monto es poco significativo. Incluso muchas de las que están en oferta son directamente importadas.
La mayoría de las bicipartes son de fabricación nacional, incluso las baterías que incluirán las nuevas unuidades y que representan el 30% del valor total del rodado. Lo único que todavía deberá importarse hasta tanto exista una estructura productiva que pueda sustituir esas compras al exterior serán los motores, explicaron fuentes del sector, que aseguran que la Argentina tiene una de las pocas fábricas de llantas de aluminio del mundo.
¿Cuáles son las ventajas de tener una bicicleta eléctrica? “Hay ventajas contra una bicicleta común y contra el transporte público de pasajeros. A diferencia de una bici mecánica, no genera un desgaste físico, no llegás transpirado o cansado al trabajo, no necesitás estado físico, te estira el rango de movilidad. Y respecto al transporte público: en medio de la pandemia, no tener que estar encerrado en un subte o un colectivo es una ventaja”, dijo en diálogo con Infobae Ignacio Crosetto, uno de los propietarios de la marca de bicicletas eléctricas Starley.
Además hay otros aspectos que la hacen atractivas, principalmente para un público que utilizaría la bicicleta exclusivamente para movilizarse por trabajo o por paseo y no como actividad deportiva. “Hay un factor de ahorro. La bicicleta eléctrica es una alternativa que apareció entre una bicicleta normal y una moto. Y a diferencia de la moto, no paga patente ni es requisito pagar un seguro, no necesitás cargar nafta, y tiene mucho menos costo de mantenimiento. Además ahorrás el tiempo de embotellamiento y no deja de ser una forma agradable de viajar”, explica Crosetto.
Lo único que todavía deberá importarse hasta tanto exista una estructura productiva que pueda sustituir esas compras al exterior serán los motores
La Ciudad de Buenos Aires incluyó a las bicicletas eléctricas en su Código de Tránsito y Transporte luego de la aprobación en la Legislatura porteña de una normativa en septiembre de 2017, que delimita además qué características deberán tener. La Ciudad autoriza la circulación de bicis eléctricas con una potencia máxima del motor auxiliar unos 500 watts y con una velocidad máxima de 25 kilómetros por hora. Además, exige que tengan un sistema de frenos que actúe sobre las ruedas que se accione desde el manubrio, bocina, espejo retrovisor y luces tipo reflector traseras y delanteras.
Para quienes nunca vieron o montaron una bicicleta eléctrica, el dueño de Starley comentó las diferencias principales con una bicicleta mecánica: “Lo primero para tener en cuenta antes de comprar una es entender cómo funciona. Es un motor que asiste al pedaleo. Es decir, cuando uno empieza a pedalear se activa el motor y eso empieza a empujar. Desde ese momento podés casi ni pedalear y la bicicleta va a seguir”, apuntó.
Luego hay, como está dicho, un componente ambiental. “Es un producto sustituto que viene creciendo en el mundo entero a costa de otros vehículos del mercado que son caros e ineficientes, como autos o motos. El acceso es más económico, es un producto que descongestiona el tránsito, no contamina y es saludable. Tiene todas las ventajas”, concluyó Tigani.
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