Luego de conocerse la suba de 3,2% de la inflación de junio, las consultoras económicas ya prevén una “desaceleración transitoria” para la segunda mitad del año, aunque estiman que tendrá un piso alto de entre 2,7% y 2,8%. El efecto será consecuencia de dos estrategias implementadas por el Gobierno: el ancla cambiaria y tarifaria, pero estiman que podría dejar de ser efectivo más cerca de fin de año.
“Para el segundo semestre vemos una desaceleración transitoria en la inflación, pero con un piso todavía elevado en un contexto donde la inercia inflacionaria se mantiene alta y la demanda de pesos sigue siendo muy débil. Esta desaceleración la vemos con el ancla cambiaria, con el ritmo del crawling peg (devaluación progresiva y controlada) que se sigue desacelerando, que se mueve por abajo de la inflación y buena parte del resto de los precios de la economía”, señaló Martín Vauthier, economista de la consultora Anker Latinoamérica.
“Con todo ese arsenal, ancla cambiaria, tarifaria, flexibilidad de importación y congelamiento de precios, el Gobierno va a intentar una desaceleración para que antes de las elecciones el salario le pueda ganar a la inflación” (Vauthier)
“El congelamiento de las tarifas sigue operando y a fines de mayo hubo una flexibilización en las importaciones, que da algo de aire al nivel de actividad. La contracara es una menor acumulación de reservas netas. Probablemente tampoco veamos ajustes en otros precios regulados, como el programa Precios Cuidados que ya ha tenido retoques. Con todo ese arsenal, ancla cambiaria, tarifaria, flexibilidad de importación y congelamiento de precios, el Gobierno va a intentar una desaceleración para que antes de las elecciones el salario le pueda ganar a la inflación”, agregó Vauthier.
En ese escenario, comienzan a aparecer los interrogantes sobre qué pasará con la dinámica de la inflación después de las elecciones. Desde la consultora ACM estiman para julio una inflación de 3% y una desaceleración que se mantendrá durante buena parte de la segunda mitad del año, por debajo del 3%. “De cara a fin de año vemos un quiebre en esta tendencia bajista producto del impacto rezagado que tiene la emisión monetaria que se está comenzando a dar y seguirá durante el segundo semestre para financiar al fisco. Del mismo modo, se deberá ajustar de alguna manera las distorsiones en precios relativos que causaría el congelamiento en ciertos precios regulados”, señaló el economista Juan Pablo Di Iorio.
Según detalló, este ajuste se dará no solo por el impacto que tiene sobre la asignación de recursos y sobre la rentabilidad de las empresas, sino también frente a un posible programa con el FMI que podría tener objetivos cuantitativos de tipo de cambio real y un ajuste en las tarifas. En la consultora Seido, en tanto, señalaron que la inflación de julio podría estar por debajo del 3,2% con algo de desaceleración en el segundo semestre pero con una tasa más cerca del 3% mensual que del 2%.
Los analistas de Equilibra estimaron una inflación mensual de 2,9% en julio, que finalmente perfore el piso del 3%. Y para el segundo semestre proyectan una inflación mensual promedio de 2,8%, con precios regulados congelados y el tipo de cambio oficial avanzando a un ritmo promedio mensual entre 1,2% y 1%. “El año cerraría con una inflación acumulada de 47,5%. De esta manera, tras un primer semestre de paridad entre precios y salarios formales, prevemos una mejora de 2 puntos porcentuales de poder adquisitivo de los trabajadores en la segunda mitad del año. A este resultado se llega por la combinación de mayores subas de salarios respecto a lo previsto a principios de año, gracias a reapertura de paritarias y sumas fijas decretadas en la previa a los comicios, y una menor inflación gracias al uso intensivo del ancla cambiaria y tarifaria”, indicó la economista Lorena Giorgio.
El congelamiento de las tarifas también hace su aporte para desacelerar la tasa de inflación. Las de luz y gas, junto con las subas de combustible estarán congeladas en el segundo semestre del 2021 (Claudio Caprarulo)
Desde la consultora Analytica también coinciden en que la inflación rondará el 2,9%. Y hacia adelante proyectan una tasa de inflación mensual aún menor, en promedio de 2,6%. Según indicaron, el actual nivel del tipo de cambio real, aun competitivo, es una estrategia sostenible hasta fin de año, pero la pregunta es cómo lo va a resolver el Gobierno a partir de 2022.
“El congelamiento de las tarifas también hace su aporte para desacelerar la tasa de inflación. Las de luz y gas, junto con las subas de combustible estarán congeladas en el segundo semestre del 2021, de acuerdo al Secretario de Energía. En cuanto a las tarifas de telefonía, internet y cable, el gobierno autorizó un aumento del 5% retroactivo a julio”, advirtió Claudio Caprarulo, economista de la consultora.
Para el especialista Guido Lorenzo, de la consultora LCG, la inflación del segundo semestre tendrá un piso de 3%, luego de observar que en junio fue superior al 3% aún cuando la actividad económica estuvo “anémica”, los salarios muy retrasados y un tipo de cambio que se movió muy por detrás de los precios. “Pensando en que salarios y actividad mejorarán y un sesgo expansivo de la política fiscal y monetaria podrían imprimir algo de presión. Con eso tendríamos una inflación superior al 50% en 2021″, estimó Lorenzo.
Por su parte, el analista Jorge Neyro consideró que la inflación puede desacelerarse en los meses que vienen pero consideró que es difícil que pueda caer por debajo del 2,7%. “En julio se dispuso un aumento de Internet y celulares del 5% y se está hablando de un aumento de prepagas, aparte que los alimentos siguen con una inercia importante y el aumento del dólar blue puede causar subas en bienes durables e insumos de construcción. Va a haber algo de desaceleración, pero va a ser menos marcada de lo que esperaba hace unas semanas”, opinó.
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