El subsecretario de Energía eléctrica, Federico Basualdo, gana posiciones en el esquema energético del Gobierno. A pocos meses de sobrevivir a un pedido de renuncia que surgió desde el ministro de Economía, Martín Guzmán, ahora logró poner a sus colaboradores en puestos clave en los organismos públicos vinculados al sector eléctrico.
En los últimos días Basualdo logró imponer dos personas de su confianza, Valeria Martofel y Alberto Reynaud, en el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) y, en las próximas horas, sumaría una más en Cammesa, la empresa encargada del mercado mayorista de energía eléctrica a nivel nacional.
“Los cambios se realizaron por decisión de la Intervención del ENRE”
Martofel pasó a ocupar la jefatura del Área de Análisis Regulatorio y Estudios Especiales en reemplazo de un funcionario histórico del ente. Esa oficina tiene a su cargo, entre otros roles, conducir la Renegociación Tarifaria Integral (RTI) de transportadoras como Transener, Trasnoa y Trasnea. También es clave para la extensión de las redes de transporte en marcha. El segundo, Reynaud, pasó a dirigir el Área de Auditoría Económica Financiera y Revisión Tarifaria, en reemplazo de un funcionario que la condujo durante la presidencia de Mauricio Macri.
“Los cambios se realizaron por decisión de la Intervención del ENRE”, dijeron fuentes del organismo a Infobae como toda respuesta a la consulta respecto de los reemplazos.
Según adelantó el medio especializado Econojournal, además, este viernes durante la asamblea de accionistas de Cammesa la Secretaría de Energía designará a Mariela Koremblum como primera suplente del presidente de la empresa, puesto que actualmente ocupa el propio secretario de Energía, Darío Martínez. El puesto es, en los hechos, el que tiene a cargo la conducción de la empresa dado que el titular de Energía se ve obligado a delegarlo más allá de cumplir el rol de número uno.
El portal de noticias energéticas la describe como una economista egresada de la Universidad de Buenos Aires que se desempeña actualmente como asesora de Basualdo en la Subsecretaría de Energía Eléctrica y durante el macrismo fue directora de Análisis Económico y Financiero de Proyectos Nucleares. Reemplaza en la primera suplencia al propio Basualdo, permitiéndole mantener el control de ese consorcio estratégico sin necesidad de hacerlo en forma presencial.
Hasta ahora el primer suplente era el propio Basualdo, pero si no iba la conducción de la compañía quedaba en manos del abogado Guillermo Usandivaras, quien responde al vicepresidente Santiago Yanotti. De este modo, Basualdo, que cada vez tiene más influencia y se maneja en varios temas como si fuera el secretario de Energía, evitará tener que ir a Cammesa personalmente para ejercer ese control. Su designación se suma a la incorporación, el mes pasado, de Sebastián Bonetto a la gerencia general. Es otro hombre de confianza de Basualdo.
El cada vez más influyente Basualdo tuvo, durante algunas pocas horas, un pie afuera del Gobierno. Fue el 30 de abril pasado cuando desde distintos sectores del gobierno de Alberto Fernández se daba por concretada su renuncia, un pedido que en ese momento tenía el impulso de Martín Guzmán, el visto bueno de Santiago Cafiero y, según aseguraban en la Casa Rosada, del propio presidente Alberto Fernández.
Basualdo sumó dos personas de su confianza en el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) y, en las próximas horas, sumaría una más en Cammesa
“Basualdo se va por incompetencia. Se le pidieron escenarios de costos que nunca presentó. Tampoco avanzó con un eje fundamental de la gestión, que es la segmentación de tarifas. Ese pedido se hizo en diciembre de 2019″, aseguraron ese convulsionado mediodía en la Casa Rosada.
Identificado como cercano al Instituto Patria, el think tank de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, Basualdo había perdido el favor de Guzmán por su demora en elaborar un esquema de aumento de tarifas que redujera la dependencia de subsidios del sector eléctrico y, con ello, mantuviera estable los costos para el Tesoro de mantener a la energía barata.
Pero el trámite de pedirle la renuncia al que apenas era un secretario resultó ser más difícil de lo que parecía. Ese mismo día, desde el ENRE y sectores allegados a la presidenta iniciaron una ofensiva que terminó con la marcha atrás de Guzmán. Basualdo quedó en su puesto y Guzmán perdió poder. Nadie renunció y se inició una convivencia en la discrepancia que dura hasta hoy.
Uno de los puntos de conflicto giraba alrededor del objetivo de Guzmán de aplicar dos aumentos este año sobre las boletas hogareñas de electricidad, algo con lo que Basualdo nunca ocultó estar en desacuerdo al inclinarse por conceder un solo ajuste al sector, y hasta ni siquiera uno. La cercanía de las elecciones legislativas y el impacto que tuvo la inflación en el costo de vida de las familias inclinó a Cristina Fernández de Kirchner en favor de Basualdo y, hasta ahora, de un único ajuste aplicado.
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