Tras un extenso debate de más de cinco horas, este viernes por la madrugada el Senado convirtió en ley el nuevo marco de la producción de biocombustibles que reemplaza al que funciona desde hace quince años y que propone un corte del 5% para el gasoil y el biodiesel.
La iniciativa fue aprobada pasada la una y media de la mañana por 43 votos a favor y 19 en contra, por lo que la nueva normativa sustituirá a la que regía hasta el momento, la cual había sido prorrogada por el Gobierno a través de un decreto publicado esta misma semana, cuando el proyecto parlamentario todavía estaba por ser tratado.
La medida, que fue sancionada con los cambios introducidos en la Cámara de Diputados, recibió el apoyo del oficialismo y de algunos legisladores de la oposición que representan a las provincias de Jujuy y Tucumán, beneficiadas con la medida, por ser productoras de caña de azúcar.
Por el contrario, los principales cuestionamientos durante el debate en el recinto provinieron de los senadores de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, distritos que son productores de granos.
De esta manera, cuando el nuevo marco normativo sea reglamentado, habrá una reducción del corte obligatorio del 10% al 5% en la mezcla entre biodiesel y gasoil. En tanto, en el caso del combustible elaborado a base de caña de azúcar, los volúmenes deberán ser del 6% de la mezcla mínima obligatoria, y del mismo porcentaje para el bioetanol a base de maíz
Además, este Régimen de Regulación y Promoción para la Producción y Uso Sustentables de Biocombustible prevé exenciones relacionadas con el Impuesto al Valor Agregado, el Impuesto a las Ganancias para la adquisición de bienes de capital u obras de infraestructura y dispone que los bienes afectados no integrarán la base de imposición del Impuesto a la Ganancia Mínima Presunta establecido por la Ley Nº 25.063.
También dispone que los biocombustibles no estén alcanzados por la tasa de Infraestructura Hídrica, por el Impuesto sobre los Combustibles Líquidos y el Gas Natural, por el impuesto denominado ‘Sobre la transferencia a título oneroso o gratuito, o sobre la importación de gasoil así como tampoco por los tributos que en el futuro puedan sustituir o complementar a los mismos.
El presidente de la Comisión de Energía, el sanjuanino José Uñac, sostuvo que esta iniciativa “termina con la incertidumbre y las especulaciones y abastece al mercado interno y externo”, además de que “impulsa el crecimiento social, diversifica la matriz energética y continua con la industrialización”.
En cambio, la opositora mendocina Pamela Verasay, calificó al proyecto como “otro salvavidas para YPF” y que “lo que no se dice es que el negocio del peronismo que con una mano privatizó y con la otra estatizó, le costó a la Argentina 25 mil millones de dólares”.
Por su parte, la peronista santafesina María de los Ángeles Sacnun, enfatizó que esta ley “va hacia un modelo de desarrollo integrado”, ya que, según opinó, “contribuye a romper el lobby petrolero y cerealero, y a generar un modelo de país más federal y equilibrado”.
Por el contrario, la también santafesina pero del Interbloque Parlamentario Federal, Alejandra Vucasovich, cuestionó la postura de su comprovinciana y la acusó de “no tener puesta la camiseta” de su jurisdicción.
En cambio, la radical Silvia Elías de Pérez, sostuvo que “como tucumana y defensora del bioetanol”, iba a acompañar esta ley, aunque adelantó su voto en contra “del artículo ocho que habla de la mezcla de los combustibles”.
“Ojalá que se sienta la desesperación cuando gente que produce, que trabaja, que apuesta al futuro, que crea empresas y fuentes de trabajo, ve que el Congreso sanciona una ley que las liquida, que les pone un cerrojo, que casi les pone bandera de remate”, expresó la macrista cordobesa Laura Rodríguez Machado.
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