La masificación de los pagos en comercios con código QR avanza dentro de los plazos fijados por el plan “Transferencias 3.0″ pero no con tanta celeridad como desearía el Gobierno. La fecha clave es el 29 de noviembre: según la norma del Banco Central lanzada en diciembre pasado, a partir de ese día todos los lectores de QR deberán recibir pagos de todas las billeteras electrónicas, tanto de bancos como de fintech. Si bien dispuso ese límite, no fijó un cronograma de transición para implementar esa interoperabilidad total. Tratándose de un plan que nació con fuerte apoyo oficial, muchos esperaban un desarrollo mayor para esta época. A la vez, todos los actores del sector, públicos y privados, consultados por Infobae, coinciden en algo: la fecha límite no será modificada.
Desde el punto de vista de algunos despachos oficiales, el QR interoperable es un plan que nació para poner límites al poderío de la red de 1,3 millón de comercios que tienen el QR de Mercado Pago en su mostrador, al tiempo que ayuda a reducir el efectivo y formalizar la economía. Pero el complejísimo diseño tecnológico del plan requiere tiempos demasiado extensos para las ansiedades que tiene la política, en particular para un Gobierno que no oculta su antipatía por el gigante de las fintech fundado por Marcos Galperín.
Lo cierto es que Transferencias 3.0 marcha dentro de los plazos legales. Y en su esquema la mayoría de las miradas apuntan a Modo, la billetera digital fundada por 35 bancos con la que el sistema financiero en su conjunto apunta a competir con Mercado Pago. Modo es presidida por el presidente del Banco Nación, Eduardo Hecker, y fue lanzada a fines del año pasado en la Casa Rosada por el presidente Alberto Fernández, en el marco del apoyo a las políticas de inclusión financiera. Tras ese impulso oficial, muchos funcionarios esperaban a esta altura del año un avance mayor.
Hay un punto que ni las autoridades ni las empresas pasan por alto: la experiencia del usuario debe ser positiva y los pagos, además de seguros, deben ser eficientes. Una masificación del sistema con problemas tecnológicos o quejas de los usuarios sería un problema difícil de revertir en el país del “solo efectivo”
La billetera de Modo ya está cargada en el celular de 2,5 millones de clientes bancarios, que la bajaron en su móvil o ingresaron a ella a través de las apps de sus bancos. Pero las vinculación de sus cuentas y tarjetas a la app es solo el primer paso; sobre la efectiva utilización de la billetera, Modo aún no informó operaciones.
Tal adelantó Infobae en marzo, en junio Modo ya dio algunos pasos hacia la interoperabilidad para que sus usuarios pueden pagar en comercios con el lector de código QR de Mercado Pago. Entre esas cadenas en las que ya se puede pagar con Modo, se destacan supermercados como WalMart, La Anónima, Toledo, Changomás, Cadena Dar y Maxiconsumo; tiendas de comida rápida como Burger King, McDonald’s, KFC, Wendys y Mostaza, y comercios de otros rubros como Todo Moda, Open 25, Carnicería Res, Rapa Nui y Pigmento. También pusieron en marcha la aceptación de la billetera en 450.000 comercios operados por Fiserv, para pagar con QR a través de una terminal Posnet.
En Mercado Pago señalan que otras billeteras también están operando en esas cadenas, tales como Cuenta DNI (del Banco Provincia), BNA+ (del Banco Nación), Reba o Yacaré, una app de fuerte presencia del interior. Y que hay muchos otros bancos y fintech trabajando en el mismo sentido.
La expansión de este esquema es lo que determinará el éxito de transferencias 3.0, ya que la esencia del plan es que cada argentino, a la hora de pagar, en lugar de sacar billetes de su bolsillo saque su celular y elija con qué app le conviene pagar. Por tal motivo, hay un punto que ni las autoridades ni las empresas pasan por alto: la experiencia del usuario debe ser positiva y los pagos, además de seguros, deben ser eficientes. Una masificación del sistema con problemas tecnológicos o quejas de los usuarios sería un problema difícil de revertir en el país del “solo efectivo”. Algunas de las primeras experiencias de interoperabilidad, explican en el mercado, debieron postergarse porque las tasas de fallas eran muy altas.
A la vez, Mercado Pago no parece haber puesto trabas para que las otras billeteras -es decir, sus competidores- comiencen a utilizar su QR, aunque tampoco tiene apuro. El tiempo está de su lado: mientras no termine de implementarse la interoperabilidad, seguirá consolidando su red de comercios. Armó su propio esquema de transición y, hasta el 29 de noviembre, estará dentro de las normas. “Los plazos están en línea con lo previsto. Estamos ampliando la oferta de comercios interoperables. En estos primeros meses estamos trabajando en la infraestructura de integración con otras billeteras bancarias y no bancarias, para lograr un sistema eficiente y escalable que garantice una buena experiencia, aceptación y confianza por parte de los usuarios”, explicaron en Mercado Pago.
Al mismo tiempo, durante este lapso se fueron sumando otros “agregadores de pagos” que salieron a competir con su espacio como Getnet, Ualá y Naranja X, entre otros. Seguramente llegarán más, en un escenario de explosión de la oferta de servicios para comercios y consumidores.
Por último, un punto clave para la implementación del esquema de pagos QR pasará lejos de las manos del Banco Central, los bancos y las fintech: la presión impositiva. Convencer a millones de comerciantes y cuentapropistas de digitalizar los pagos que históricamente se hicieron en efectivo tiene como adversario a las retenciones tributarias, con Ingresos Brutos y el “impuesto al cheque” a la cabeza, que se llevan gran parte de su ganancia. En el mercado se espera que los costos financieros se mantengan y tiendan a bajar, en basa al esquema de reducción de comisiones armado entre el Banco Central y las tarjetas y también a la llegada de nuevos competidores para Mercado Pago. El costo de los impuestos, en cambio, tiende a hacerse más pesado, incentiva el uso del efectivo y conspira contra el sistema.
SEGUIR LEYENDO