Pasó ya más de un mes del anuncio oficial. La nueva canasta de productos básicos que el Gobierno denominó “Súper Cerca” estaría en las góndolas de los autoservicios una vez que las empresas participantes tuvieran impreso en los envases el precio de cada alimento; y eso llevaría tiempo. Pero el Gobierno no está dispuesto a esperar más e instó a los supermercados -autoservicios, almacenes y algunos mayoristas- a vender los alimentos del programa al precio pactado y señalizarlo con cartelería, como sucede con Precios Cuidados.
Desde varias de las empresas que participan aseguraron que los productos ya están en las góndolas pero aún sin el precio en los envases, ya que eso llevará más tiempo. Sólo en el caso de La Serenísima, que relanzó la marca “La Martona” para este programa, está distribuyendo la leche con el precio en el sachet. Las otras firmas están en plena producción y recién comenzarán a verse los productos con el precio impreso entre fines de este mes y los primeros días de agosto.
Así se los prometió también a los supermercados mayoristas, almacenes y autoservicios la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, en un encuentro que mantuvieron el jueves pasado de forma virtual. En esa reunión, especialmente convocada para hablar de Súper Cerca, los empresarios le manifestaron su apoyo a la funcionaria, pero al mismo tiempo le manifestaron dudas respecto a la posibilidad de conseguir todos los productos a un bajo precio para poder comercializarlos al valor estipulado.
Tanto es así que si bien desde varias empresas dejaron trascender que ya están comercializando los productos al precio pactado, los comercios de proximidad sólo están recibiendo los alimentos de Mastellone (leche en sachet, queso rallado Armonía y dulce de leche La Martona) y los productos de Danone (queso crema, yogur bebible y yogur batido marca García), ya que tienen distribución directa. En el caso de Bimbo, que incluyó dos tipos de panes de mesa en el programa, también le vende directamente a los almacenes y autoservicios, pero aún no está ofreciendo los productos ni los precios del programa, aclaró a Infobae el presidente de la Federación de Almaceneros de la Provincia de Buenos Aires (FABA) y vicepresidente de la Confederación General Almacenera de la Argentina, Fernando Savore.
“El resto de los productos los tenemos que comprar en los mayoristas, y el problema es que en la gran mayoría de estos grandes comercios los productos todavía no están. Estamos entusiasmados y queremos acompañar, pero el paso siguiente ahora es poder encontrar los artículos en los mayoristas”, precisó Savore. El que sí ya los está ofreciendo, sin el precio impreso en los envases pero con cartelería, es Maxiconsumo, cuyo dueño es Víctor Fera, presidente además de la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (Cadam).
Pero no todos los comercios son clientes de Maxiconsumo por cercanía y muchos almacenes del interior del país se manejan directamente con mayoristas pequeños, locales, que difícilmente tengan acceso a los 70 artículos del programa. Además, aún si los consiguiesen, deberán luego venderlos a un valor razonable que les permita tener un mínimo margen del 20% a los pequeños comercios, explicó Savore. En cuanto a la dificultad para conseguir los productos, el directivo hizo referencia a la yerba mate con palo Ytacua de 1 kg. “No la ví en mi vida”, dijo. O la mermelada Noel: “No se consigue en cualquier mayorista”, agregó. Lo mismo sucede con los fideos Marolio o Molto, que vende exclusivamente Maxiconsumo.
Ante estas dificultades, sumadas a las demoras en la puesta en marcha del programa, los empresarios le plantearon a la secretaria de Comercio la posibilidad de reemplazar los productos por otros de igual categoría, si es que el margen les permitía venderlo al mismo precio que fija el programa, pero Español se resistió. Sucede que un almacén no tiene la seguridad de poder sostener ese valor en otro producto por seis meses, mientras que en los casos de los artículos anunciados, ya existe un acuerdo con las empresas productoras, les dijo la funcionaria.
Los productos incluidos en el programa son 70, muchos menos de los que inicialmente pretendía alcanzar el Gobierno (120). Entre ellos, figuran la leche en sachet La Martona, que costará hasta fin de año $74; el queso crema García ($168); la gaseosa Pepsi Black de 2,25 litros ($185); el agua mineral Nestlé de 1,25 litros ($79); el pan de mesa blanco briosh Bimbo 315 gramos ($110); la harina 000 Favorita de 1 kilo ($63); el paquete de 112 gramos de galletitas de agua Arcor ($39); el café instantáneo La Morenita de 100 gramos ($225), entre otros. El Gobierno aspira a que puedan encontrarse con el precio fijo en la etiqueta y en la mayor cantidad de comercios de proximidad posibles, pero ya pasó más de un mes y recién está comenzando a visualizarse lentamente.
“Súper Cerca fue pensado desde el inicio para llegar a los comercios de cercanía. Por un lado, fue para dar respuesta a las y los consumidores que no compran en los grandes supermercados, pero también para tener un programa al que se pudieran sumar con facilidad los comerciantes de autoservicios, almacenes y supermercados de origen asiáticos. Para llegar a un sector tan atomizado, buscamos acordar con las grandes empresas de consumo masivo que tienen distribución en todo el país y pueden garantizar que el programa tenga alcance federal”, sostuvo Español a este medio.
El Gobierno aspira a que puedan encontrarse con el precio fijo en la etiqueta y en la mayor cantidad de comercios de proximidad posibles, pero ya pasó más de un mes y recién está comenzando a visualizarse lentamente
La funcionaria dijo también que están manteniendo reuniones con cámaras y asociaciones de todo el país que nuclean a los comercios de cercanía para promover el programa y que tuvieron buena recepción. “Además -agregó-estamos trabajando para que se puedan obtener los productos de Súper Cerca a través de Correo Compras para llegar a los lugares más alejados, y que se pueda pagar online con la Tarjeta Alimentar”. Según Español, con este programa se busca “dar previsibilidad y que haya menos dispersión de los precios en la economía. Es una herramienta más para cuidar la mesa de las familias argentinas”.
El representante de los almaceneros se mostró entusiasmado con el programa, pero al mismo tiempo realista. “Hay algunos colegas que no se sumarán porque la rentabilidad es poca y hoy el costo operativo de un negocio es muy alto. Antes de la pandemia, la venta con plásticos alcanzaba al 20% de la facturación diaria; hoy ese porcentaje es del 60%”, remarcó Savore, y remató: “Ojalá se pueda cumplir. Hay 60.000 pequeños comercios en todo el país. El gran tema será cómo conseguir los productos”.
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