La luz natural es uno de los atributos más buscados en una vivienda y uno de los pocos irremplazables. Una construcción con buena iluminación, se estima que vale un 25% más en comparación de otra que no la ofrece.
La llegada de la pandemia provocó que se revalorice la presencia de ventanas amplias en una propiedad, que posibiliten el paso de la luz y la ventilación, también necesarias en áreas laborales.
El arquitecto Marcelo Langone, dijo a Infobae: “Quienes habitan una propiedad con buena luz natural obtienen mayor calidad de vida, al residir en ambientes más secos. Y en sus facturas de servicios ahorran gastos de energía eléctrica porque el sol está presente más horas e implica menor consumo en iluminación artificial, como también reducen el gasto en calefacción en invierno (sea a gas o eléctrica)”.
La pandemia hizo que el home office, estudiar en casa o realizar otras actividades que antes se hacían fuera del hogar, demanden buena presencia de luz natural.
“Cambió cualitativa y cuantitativamente el uso promedio de la vivienda. Hoy pasamos el 90% del tiempo en ella y hay nuevos requerimientos en las instalaciones”, aseguró Guillermo Bill Marshall, del Estudio de arquitectura Marshall. La presencia de buena luz natural es fundamental para beneficiar la salubridad de la construcción y de quienes la habitan.
La arquitecta Myriam Heredia precisó que “la luz es fuente de vida, históricamente en ciudades y casas con poca iluminación la gente ha padecido problemas en su metabolismo, como fatiga generalizada, trastornos con el sueño y afecciones de estrés y cardíacas, que nos vuelven más vulnerables a infecciones varias. Y ni hablar del COVID-19, que para reducir contagios es aconsejable disponer de varias aberturas para ventilar el hogar”.
Apertura ideal en una propiedad
Voces expertas indicaron que lo recomendable es tener una o dos aberturas por ambiente, por lo cual, si la propiedad tiene 5 sectores, sería necesario disponer de 10 ventanas.
Langone dijo que “si las aberturas son amplias, mucho mejor. Como la altura, que permiten que la luz derrame mejor en el ambiente. Cuanto más alto se ubique el dintel (parte superior de la ventana), y cuanto más bajo el antepecho (la inferior), mejor serán las visuales. La ubicación dentro del ambiente es un detalle a tener presente, porque las ventanas centradas en la pared, reparten mejor la luz que las que están contra un lateral”.
Los especialistas coincidieron que la necesidad de estar mucho más tiempo en el hogar hizo refundar la relación de la gente con su casa. Esta situación valorizó los espacios también al aire libre como balcones, terrazas, jardines y patios. “La gente está repensando sus espacios y prioridades. Claramente, el mercado inmobiliario y los desarrolladores están tomando nota de estas necesidades, antes minimizadas, y los nuevos proyectos como la demanda se van alineando con nuevas necesidades y formas de vida, muchas de ellas que llegaron para quedarse”, expresó el arquitecto.
“La ubicación dentro del ambiente es un detalle a tener presente, porque las ventanas centradas en la pared, reparten mejor la luz que las que están contra un lateral” (Langone)
En una vivienda, cada punto cardinal tiene una particularidad específica. La orientación norte es la mejor porque recibe la mayor cantidad horaria de luz natural y esto repercute en ambientes más secos. Luego le sigue la orientación este, que es el sol de la mañana hasta el mediodía. Esta orientación recibe un sol más fresco que es el del amanecer.
La construcción orientada al oeste es la que recibe el sol de la tarde hasta que oscurece; recibe el sol caliente del. La sur no recibe luz de forma directa en invierno, pero en verano capta los primeros rayos de la mañana y los últimos de la tarde. Esta orientación suele tener ambientes más húmedos, principalmente en invierno.
Sobre cuáles son las ventanas ideales también diferentes “bibliotecas”. Según Marshall, hay que preguntarse cuantas y cómo deben ser, hay infinidad de combinaciones de formas de abrir, tipos de vidrios, medidas y proporciones. “Recordemos la famosa polémica entre los arquitectos del suizo Le Corbusier y Auguste Perret, francés, quienes se diferenciaron en el uso de ventanas verticales y horizontales. Lo importante es distinguir entre las dos funciones más básicas de la ventana de vivienda: iluminación y ventilación. Hay ambientes que requieren lo primero y otros más ventilación”.
Precios
En los últimos tiempos creció la intención de quien reemplaza aberturas para cambiar ventanas pequeñas por las grandes. Tiene un costo de $230.000 promedio, con materiales, mano de obra. Si son de PVC –de 1,80 m por 2 metros– unos $58.000 por unidad; o de madera, de 1,50 m x 1,10 metros, $40.000, según modelos y marcas.
Respecto al aporte de luz natural existen varias, desde aberturas de grandes dimensiones de 2,40 m o 2,60 de altura, paños fijos o rajas (ventanas angostas) de iluminación en la losa. En algunas viviendas se opta por aplicar una claraboya (de techo, según el material, madera, acrílico o zinc, oscilan entre 10.000 y 48.000 pesos), soluciones que tienen que ver con el estilo de la casa.
Qué pasa en las oficinas
Desde el COVID-19, el uso de la luz natural y ventilación son más requeridos que antes y en los espacios laborales son imprescindibles. Ya no son buscadas las superficies corporativas con vidrios herméticos.
Heredia, puntualizó, que, “era bastante común ver espacios laborales acotados, con muy poca luz y con un uso de optimización del m2 que es absolutamente insalubre. Pasamos muchas horas trabajando y es absolutamente relevante reconfigurar no solo las áreas, sino también la generación de metros convencionales laborales, como también la incorporación de lugares de relax. Tengo la convicción que la fuerza laboral se potencia bien cuando se desempeña en superficies diseñadas así”.
Aislaciones
Además de las aberturas, los expertos, aconsejan, que, debe realizarse una buena aislación térmica en paredes, techos, ventanas, trabajando como un sistema unificado, y “con las aberturas que por razones de aprovechamiento energético se recomienda que sean de doble vidrio”, amplió Heredia.
Para aislar las paredes y resguardarlas de la intemperie, como preservar el buen uso de las aberturas surgió la revalorización del cuidado de los frentes de las unidades.
“Los arquitectos Le Corbusier y Auguste Perret se diferenciaban entre el uso de ventanas verticales u horizontales. Lo importante es distinguir entre las dos funciones más básicas de la vivienda: iluminación y ventilación” (Marshall)
“En este aspecto, buscamos crear fachadas ventiladas (un sistema de constructivo que deja una cámara ventilada entre el revestimiento y el aislamiento y elimina los puentes térmicos, así como los problemas de condensación), muy usado en Europa desde hace muchos años pero poco conocido en América Latina. Con pocos recursos se logran óptimos resultados en aislación térmica, de humedad, de lluvia, acústica, por ejemplo. Las aberturas deben acompañar con buenas prestaciones para no ser el talón de Aquiles de la envolvente”, concluyó Marshall.
SEGUIR LEYENDO: