Horas antes de la final de la Copa América entre la Argentina y Brasil el Banco Central emitió la Comunicación A 7327, informando a entidades financieras y operadores de cambio mediante una circular sobre “adecuaciones” a las operaciones de exterior y en el mercado de cambios.
En el crítptico e hípertécnico vocabulario que caracteriza a este tipo de medidas, la autoridad monetaria básicamente busca limitar las presiones sobre el mercado cambiario, que se despertó, al punto que en los últimos dos meses el valor del dólar “Contado con Liquidación” (CCL), que operan bancos y empresas con cuentas en el exterior, para hacerse de dólares, pasó de 150 a 170 pesos.
También la Comisión Nacional de Valores definió trabas para operar con bonos, que regirán desde el lunes.
Básicamente, explicaron fuentes con conocimiento del proceso regulatorio, la norma anterior del Banco Central establecía que si un agente operaba en el mercado de CCL no podía operar luego en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) local.
Sin embargo, dijeron, algunas empresas recurrían al “Contado con Liqui” usando la Clave Única de Identificación Tributaria (CUIT) del holding controlante y al MULC con otro CUIT, lo que les permitía eludir la restricción y ampliar su volumen de operación en dólares.
Con la nueva medida, señalaron, el uso del CUIT de la empresa controlante “arrastrará” a sus empresas controladas y las invalidará para operar en el MULC, esto es, en el mercado local.
En otros casos, explicaron, el BCRA detectó que en vez de operar a la manera tradicional en el mercado de Contado con Liquidación, consistente en vender títulos públicos contra dólares, hacían un canje entre títulos públicos locales y bonos americanos y luego vendían éstos. La nueva disposición y la Comisión Nacional de Valores cerraron ahora la posibilidad de esa circunvalación cambiaria.
En principio, las nuevas normas no afectan el acceso de particulares al “dólar-ahorro”, con un límite mensual de USD 200, ni las operaciones de personas fìsicas.
En cualquier caso, la oportunidad de la medida, introducida a poco de finalizado el “trimestre de oro” de liquidación de divisas del sector agroexportador, que le permitió al Banco Central comprar unos USD 6.500 millones y aumentar sus reservas netas en USD 3.000 millones, delata que el Gobierno se prepara para un segundo semestre mucho más complicado, por la escasez de divisas y por la incertidumbre que caracteriza a todos los períodos preelectorales.
De este modo, el Gobierno se prepara para defender la política económica y cambiaria de “pisar” el tipo de cambio oficial como un dispositivo más para contener el nivel de inflación y a la vez evitar que se disparen los dólares alternativos, como el CCL y se abra una brecha cambiaria que conspire contra un funcionamiento más o menos aceptable de la economía y, en particular, del comercio exterior.
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