En el último año, 9 compañías aéreas que volaban regularmente en la Argentina decidieron suspender sus operaciones de forma temporal o permanente. Los motivos van desde las restricciones para operar, con aprobación de los cronogramas de vuelos en períodos quincenales o mensuales, con poca anticipación y hasta la cancelación de rutas a determinados países, como sucedió con Gran Bretaña o hasta con destinos en África.
“Honestamente, creemos que de seguir así la situación habrá más aerolíneas que decidan irse o suspender sus actividades”, dijo Felipe Baravalle, director ejecutivo de la Cámara Argentina de Líneas Aéreas (Jurca), entidad que nuclea a más del 90% de las aerolíneas nacionales y extranjeras de transporte de pasajeros y carga que operan en el país.
Vale recordar que desde el inicio de la pandemia, Latam, Qatar Airways y Air New Zealand son las tres aerolíneas que se fueron de Argentina. Mientras que Emirates, Ethiopian Airlines, Alitalia, Gol, Azul Linhas Aéreas Brasileiras y Air Canada suspendieron las actividades en el país de forma indefinida.
La principal preocupación en la entidad es que el mercado estadounidense se abra a Europa, “si en los Estados Unidos se comienza a permitir la entrada de ciudadanos europeos, es posible que algunas aerolíneas prefieran operar esas rutas en vez de volar en la Argentina”, detalló Baravalle sobre las difíciles condiciones para trabajar que encuentran las líneas aéreas en nuestro país, para entender el por qué, ejemplificó de la siguiente forma, “una compañía que manda un Boeing 747 ocupado al 50% al país, que no puede mandarlo al 100% por las restricciones, va a preferir poner ese avión en una ruta donde pueda operarlo a su máxima capacidad y le resulte más rentable”.
“Pensemos que en tiempos normales una persona que sacaba un pasaje hacia la Argentina lo hacía con 6 meses de anticipación, hoy no podemos darle certezas de acá a dos días. Las compañías tienen que publicar su oferta aclarando que la salida del avión está sujeta a decisiones gubernamentales, lo que implica un riesgo para la empresa ya que si vende un itinerario que luego es cancelado tendrá que bajar a esos pasajeros y reprogramarlos en un nuevo vuelo que no sabe si podrá o no operar,” continuó Baravalle.
Las aerolíneas van a elegir trabajar en países donde tengan rentabilidad económica, algo que en la Argentina no se cumple según el director ejecutivo de Jurca: “Las aerolíneas buscan operar con seguridad económica, hoy por hoy la normal realización de rutas en el país es muy riesgosa y poco rentable”, sentenció.
Jurca no fue la única entidad que advirtió al respecto. Peter Cerdá, vicepresidente de IATA para las Américas, dijo en diálogo con Infobae que las líneas aéreas deciden dejar de operar en el país ante la falta de previsibilidad, en medio de un clima de políticas cambiantes.
Del mismo modo, el director ejecutivo de Jurca se pronunció sobre la falta de certidumbre: “Las casas matrices de las aerolíneas trabajan con planes de vuelo por un mínimo de 3 meses, hoy por hoy no podemos darles ninguna previsibilidad.” Se suma a esto la falta de claridad respecto a la distribución del cupo de pasajeros. Ya que en la de Decisión Administrativa 643/2021 no se especifica de qué forma deberá ser repartido el cupo diario de 600 pasajeros que pueden ingresar al país.
“Lo que puede suceder es que las aerolíneas reduzcan sus operaciones, en vez de mandar 4 o 5 aviones van a mandar 1 o directamente suspender la operación, En algunos casos, como ya ha pasado, se irán definitivamente; en otros, suspenderán hasta noviembre u octubre cuando sea posible programar los vuelos con la Argentina”, dijo Baravalle.
Las empresas aéreas se sienten castigadas, sienten que falta ayuda de parte del Gobierno y no ven sustentabilidad en el negocio local
Al indagar sobre los factores que tiene en cuenta una línea aérea para calcular la rentabilidad de un vuelo, explicó que son varias cosas las que hay que tener en cuenta. Por un lado está el costo de sobrevuelo, que en el caso de Argentina “es uno de los más altos”. Por otro, el combustible; se calcula en base a la carga del avión, el primer aeropuerto de destino y se agrega la cantidad necesaria para que el avión llegue a un segundo aeropuerto en caso de no poder aterrizar en el primero estipulado.
Además hay costos de tripulación, que abarcan los hospedajes, traslados, viáticos y otros gastos. En condiciones normales, una tripulación pasa una o dos noches en un destino antes de subir a un nuevo vuelo; con las condiciones actuales en la Argentina algunas aerolíneas deben dejar un equipo entero por una semana o más en el país hasta el próximo vuelo que tenga habilitado, lo que representa un costo fuera de lo normal para la empresa.
Otro punto muy importante es el costo del leasing. Algunas compañías aéreas rentan aviones a por esa vía grupos financieros por períodos que suelen durar meses. Cuando una empresa hace esto, tiene que hacerle diversos controles a la aeronave para que esté en óptimas condiciones operacionales, lo que significa nuevos gastos. “Si una empresa tiene aviones en esa condición y tiene que hacerlos volar en Argentina, no le será conveniente, ya que mes a mes tiene que pagar la renta del avión, a la larga operar así le significará una pérdida”, explicó Baravalle.
De seguir así la situación, habrá más aerolíneas que decidan irse o suspender sus actividades
La acumulación de todos estos factores hace que volar en nuestro país sea riesgoso e incómodo para las aerolíneas. “Las empresas aéreas se sienten castigadas, sienten que falta ayuda de parte del Gobierno y no ven sustentabilidad en el negocio local: además está el problema de los pasajeros, ya que si un vuelo es cancelado, por más que no sea responsabilidad de la aerolínea, los viajeros irán a reclamarles a ellos”, concluyó.
El panorama aerocomercial argentino no es claro. Este viernes 9 de julio dejarán de tener vigencia las medidas adoptadas por el gobierno días atrás, que vienen motivando los reclamos de representantes de las aerolíneas y del turismo sobre la falta de claridad para el futuro. Estos grupos reclaman una mesa de diálogo y trabajo en conjunto para poder diagramar las rutas aéreas a un plazo mayor al de dos semanas y para revisar la restricción al cupo de pasajeros argentinos y residentes que pueden ingresar al país por día.
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