Eduardo Elsztain, presidente del grupo IRSA y accionista de Cresud, una de las empresas de agro más grandes del país, presentó el proyecto Costa Urbana, un emprendimiento inmobiliario con el que planea desarrollar viviendas, oficinas y centros comerciales en la Costanera Sur, en la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors.
La obra, que IRSA define como “el proyecto más importante de su historia”, requerirá una inversión de USD 1.800 millones.
En ese marco, el empresario se refirió a la economía post pandemia y afirmó que “los productos que tiene Argentina, principalmente los alimentos, van a ser de alta demanda”. En una ronda con periodistas de las que participó Infobae, Elsztain dio detalles del proyecto e hizo un análisis de la macroeconomía.
Si bien venimos de un ciclo donde lo financiero manda, hoy vale más el activo real que el financiero. Los bienes raíces van a seguir siendo un muy buen refugio de la inversión (Elsztain)
“La deuda que tanto nos preocupa fue restructurada en largo plazo en con una tasa baja y con muchos años de gracia. Y en una moneda que fue muy emitida en los últimos doce meses. Mi visión es que esa deuda se va a pagar con una moneda que tiene menos poder adquisitivo en los próximos años”, afirmó.
Y agregó: “Los productos que tiene Argentina son productos que han tenido movimiento fuerte en los últimos seis meses. Mi visión es que van a ser de alta demanda en la post pandemia”.
En otro orden, el también y socio del Estado en el Banco Hipotecario, ponderó el mercado inmobiliario como refugio de valor y remarcó que “la gente invierte en moneda de valor, que es el dólar o en ladrillos”.
“Una macroeconomía ordenada te permite una situación más benigna. Si la macro ayuda los proyectos se hacen más rápido. Nosotros lanzamos un desarrollo pensando que hay crecimiento de ahorro y poblacional”, destacó.
Elsztain se refirió al contexto en el que anunció un emprendimiento inmobiliario en la Ciudad con una inversión millonaria y recordó que siempre lanzó proyectos grandes en momentos de crisis: comenzó la compañía en medio de la hiperinflación de 1991; en 2001 anunció el centro comercial de Rosario, y en 2008 el shopping DOT. ”Las crisis son como si el ADN corporativo que tenemos, cuando todo el mundo cree que no están dadas las circunstancias, nosotros pensamos de otra manera”, dijo.
La gente invierte en moneda de valor que es el dólar o en ladrillos. En ese sentido, una macroeconomía ordenada te permite una situación más benigna. Si la macro ayuda los proyectos se hacen más rápido. Nosotros lanzamos un desarrollo pensando que hay crecimiento de ahorro y poblacional (Elsztain)
Por último, Elsztain aseguró que el negocio inmobiliario ha sido protector de valor y una muy buena inversión: “Si bien venimos de un ciclo donde lo financiero manda, hoy vale más el activo real que el financiero. Los bienes raíces van a seguir siendo un muy buen refugio de la inversión”.
Viviendas, comercios y un parque en Costanera Sur
El proyecto se llama “Costa Urbana” y se levantará en terrenos sobre la Costanera Sur que aguardan aprobación definitiva de la Legislatura porteña tras obtener aval en una primera y segunda lectura. IRSA acordó con el Gobierno porteño la cesión de 67% del terreno, más aportes a fondos de innovación y de desarrollo urbano por un equivalente a USD 250 millones.
De esta manera, podría obtener la normativa para comenzar a urbanizar el terreno sobre la Costanera Sur adquirido hace casi tres décadas.
Las tierras decidas se destinarán a la creación de un parque público de 35 hectáreas más otros espacios de uso común hasta totalizar 43 hectáreas. La superficie de este nuevo espacio verde equivale a cinco veces la del Parque Lezama, el más cercano. Además, IRSA aportará terrenos aptos para la construcción y financiará parte del Fideicomiso de Innovación, Ciencia y Tecnología del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y del Fondo de Desarrollo Urbano Sostenible (Fodus). También las obras de infraestructura de gas, agua corriente, cloacas y luz eléctrica en el interior de la urbanización.
La superficie a construir incluirá viviendas, oficinas, locales comerciales, escuelas, un sanatorio, un paseo peatonal, un paseo costero apto para correr y andar en bicicleta de 4,2 km y un hotel, indicó IRSA
“Sería una gran felicidad poder arrancar, en cuanto la Legislatura dé la aprobación final, con un emprendimiento que es una ilusión de vieja data para nuestra empresa”, dijo el empresario. “Va a ser el vínculo natural entre la zona sur y Puerto Madero, generando una continuidad en la trama urbana en un área de la ciudad que la necesita. Además Costa Urbana generará miles de puestos de trabajo, recaudación impositiva tanto para el estado nacional como para el de la ciudad”, destacó.
La superficie a construir incluirá viviendas, oficinas, locales comerciales, escuelas, un sanatorio, un paseo peatonal, un paseo costero de 4,2 km y un hotel. “Estimamos que esta nueva zona albergará unas 6.000 familias. Generarán un gran movimiento de personas y una actividad económica de la que hoy carece ese barrio”, dijo Elsztain.
La empresa estima que el cumplimiento de los pasos legislativos (primera lectura, audiencia pública no vinculante y segunda lectura) podría estar completado hacia fines de este año o principios de 2022. El proyecto incluye modificaciones a la normativa vigente, que permitirá cambiar los usos habilitados para la zona —que actualmente solo está habilitada para usos deportivos— y la altura de los edificios, que pasarán de un límite máximo de 12 metros a 98 metros, según adelantaron funcionarios porteños.
El predio donde se llevará adelante la urbanización es propiedad de IRSA desde 1997, cuando compró esos terrenos a Boca. Su historia comenzó en 1964, cuando el Congreso Nacional le cedió terrenos al club para construir su ciudad deportiva, un proyecto que ganó tierras al río pero que nunca llegó a concretarse.
Luego de adquirir el predio, por unos USD 50 millones, la empresa presentó un proyecto conocido como Santa María del Plata con un perfil residencial y con la idea de completar el desarrollo urbano de Puerto Madero. Sin embargo, no pudo ser concretado porque no contó con la aprobación de la Legislatura porteña para reformar los usos del terreno.
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