Más pesos en la calle: las cifras detrás de la disparada del precio del dólar libre en el último mes

La expansión monetaria empezó a hacerse visible en junio y provocó una reacción inmediata del tipo de cambio que escapa al “cepo”

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El dólar libre registró en
El dólar libre registró en junio su mayor ascenso en ocho meses (EFE)

El dólar libre anotó en junio su precio más alto de 2021, a $175 para la venta el viernes 24. Aunque en lo que va del año el ascenso está muy rezagado respecto de lo que fue la inflación (2,4% versus 25% del IPC del Indec), volvió a quedar en evidencia que hubo un fundamento monetario detrás de la escalada del tipo de cambio paralelo.

Basta observar que en la medida en la que el Banco Central sostuvo un crecimiento casi neutral de la Base Monetaria (y su principal componente, el dinero en circulación), el dólar “blue” operó en terreno negativo (tocó $139 en abril, con baja de 16% respecto de $166 del 30 de diciembre), mientras que al activarse los mecanismos de expansión, el precio del billete se disparó.

Hasta el valor máximo de junio el dólar libre subió 12 pesos en el mes, un 11,5%. A la vez, la Base Monetaria creció 14,9% o $370.000 millones, para rozar los $2,9 billones.

Por otra parte, la Circulación Monetaria, que compone la Base Monetaria y está integrada por los billetes y monedas en poder del público más el dinero depositado en cuentas a la vista, creció 10% o más de $100.000 millones, para rozar por primera vez los 2 billones de pesos.

Más que a un movimiento especulativo, el ascenso del dólar en junio fue una reacción a la expansión monetaria a una tasa de dos dígitos

Quiere decir que detrás de la escalada del dólar libre hay un motor que impulsa esta suba que es la del aumento de la cantidad de dinero en la economía, que creció a tasas de dos dígitos en el último mes.

Cuando se hace una proyección a un plazo más largo, se detecta que el dólar libre -y en cierto modo también las paridades bursátiles del “contado con liquidación” y el dólar MEP- no hicieron más que acoplarse al crecimiento de la cantidad de pesos en circulación a partir del 28 de octubre del 2019, cuando se fijó un control de cambios más estricto, con un límite de USD 200 para la demanda privada.

En los últimos 20 meses, el dólar libre aumentó casi 100 pesos o 131,8%, desde $75,50 a $175, mientras que en el mismo período, el “contado con liqui” avanzó 105,4%, saltó de $80,83 a $166 por unidad.

En tanto, la circulación monetaria se expandió desde aquel 28 de octubre del 2019 -un día después de la consagración electoral de Alberto Fernández como presidente electo- en más de un billón de pesos o 113,3%, desde $923.500 millones a $1.969.900 millones el 22 de junio último.

El Banco Central está más enfocado en la devaluación gradual del peso en el mercado mayorista -donde el valor del dólar para el comercio exterior acumula una suba de 14% en el primer semestre- y con la mirada puesta en la apreciación del real brasileño que contribuye a esta estrategia de “ancla” cambiaria.

Hacia fin de año, la evolución de los dólares paralelos estará sujeta al crecimiento de los agregados monetarios más que al ritmo de devaluación oficial y la inflación

Por eso, los analistas del mercado alertan que hay que permanecer atentos al eventual crecimiento de la brecha cambiaria por encima del umbral del 80% de car a las elecciones de medio término, debido a que la evolución de los dólares paralelos no estará sujeta tanto a la devaluación oficial ni a la inflación como lo está al crecimiento de los agregados monetarios.

“Hacia adelante, no se descarta ver una mayor presión desde el punto de vista cambiario. La demanda por cobertura se espera comience a aparecer en los próximos meses y es probable que comencemos a ver una BCRA más presente para controlar la brecha. Un punto a tener en cuenta: la desaceleración de las compras del BCRA en el MULC. La menor estacionalidad de liquidación de granos condiciona la capacidad de compra del ente en el mercado de cambios”, precisó Portfolio Personal Inversiones.

Un análisis de GMA Capital en base al último informe de Balanza de Pagos, Posición de Inversión Internacional y Deuda Externa del Indec -correspondiente al primer trimestre de 2021-, indicó que “el sector privado no financiero (item Otros sectores) es el gran acreedor con una posición neta estimada en USD 219.129 millones”, mientras que “en términos de activos, el valor de privados se proyecta en USD 347.875 millones” fuera del sistema financiero doméstico, casi el tamaño del PBI argentino del último año.

“De ese total, USD 237.317 millones (el 67% que no es Inversión directa ni Inversión de cartera) corresponden al rubro ‘Otra inversión’, un segmento que es un buen proxy del dinero que los argentinos tienen debajo del ‘colchón’ o en cajas de seguridad”, agregó el reporte.

GMA Capital concluye que “más allá de los avatares recientes, la tendencia es clara: ante la incertidumbre, el sector privado se blinda con inversiones en el exterior o fuera del sistema, siendo un gran prestamista del resto del mundo. En tanto, los desequilibrios fiscales contribuyen para que el endeudamiento público se mantenga elevado, incluso post reestructuración de títulos con el sector privado en 2020″.

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