Robinhood, la plataforma virtual para invertir en la bolsa de Estados Unidos que más relevancia cobró el pasado 2020 gracias a brindar acceso a los pequeños inversores, está próxima a salir a cotizar en bolsa, pero a la vez deberá enfrentar una multa de 70 millones de dólares a los reguladores de ese país.
La FINRA, autoridad Reguladora de la Industria Financiera de EE. UU., impuso la mayor sanción económica a la popular aplicación de inversiones, Robinhood, y todavía se enfrenta la respuesta de la comisión de valores de ese país (SEC) en relación con sus prácticas comerciales.
En una declaración de registro de formulario S-1 presentada ante la SEC, Robinhood mencionaba que persistía con intenciones de seguir adelante con su IPO (oferta pública inicial) para comenzar a cotizar en bolsa, y así, convertirse en uno de los brokers más importantes a nivel internacional.
De ser aprobada, la empresa dijo que planea cotizar con el ticker “HOOD” en el Nasdaq, el índice que reúne las 100 empresas tecnológicas más importantes, y recaudar USD 100 millones en su debut. La empresa reveló que reservaría entre el 20% y 35% de las acciones para sus usuarios.
Quienes inviertan a través de la aplicación de Robinhood, que ganó protagonismo global por el shorteo de las acciones de GameStop y otras compañías “viejas”, podrán acceder a las acciones de dicha compañía en su salida a bolsa. Esto es algo único ya que se acostumbra a que solo los grandes inversores institucionales puedan acceder a las IPOs.
La corredora en línea está reservando entre el 20% y el 35% de las acciones para venderlas en una oferta pública inicial para sus clientes, según su presentación regulatoria más reciente. Aunque por el momento, no se conoce exactamente cuál será el precio por acción o cuántas acciones estarán disponibles.
“Existe el potencial de mucha volatilidad con una OPI a medida que el mercado determina cuál es el valor real de la empresa”, dijo el planificador financiero certificado Douglas Boneparth, presidente de Bone Fide Wealth.
Las OPI implican esencialmente que las empresas privadas se conviertan en empresas que cotizan en bolsa. Es decir, las acciones de la empresa se venden al público y luego se pueden comprar y vender en bolsas públicas, como el Nasdaq. O, en Argentina, a través de CEDEARs (Certificados de Depósito argentino).
El anuncio de su salida a bolsa se produjo justo un día después de que la FINRA ordenara a Robinhood el pago de alrededor de USD 70 millones en multas relacionadas con sus supuestos “fallos sistémicos de supervisión”. Y la restitución a los clientes a los que habría causado un “daño importante y significativo”.
Robinhood informó en la presentación que había llegado a un principio de acuerdo con el organismo regulador para pagar la multa de USD 57 millones, pero sólo USD 4.5 millones en restitución a los usuarios afectados.
Además, Robinhood se ha enfrentado a múltiples demandas de reguladores, autoridades estatales y personas por las caídas de la plataforma, toma de cuentas y las restricciones de la compra de acciones de GameStop. Esto, hoy, solo afecta a la empresa. Pero de salir a bolsa, noticias como estas podrían repercutir fuertemente en el precio generando enormes pérdidas para los inversores.
La empresa dijo que prevé pagar USD 15 millones al Departamento de Servicios Financieros del Estado de Nueva York en relación con “cuestiones relacionadas con el lavado de dinero y la ciberseguridad”.
La criptomoneda basada en memes, Dogecoin (DOGE), desempeñó un papel importante en la actividad de Robinhood. La empresa informó que 34% de sus ingresos totales procedentes de criptomonedas en el primer trimestre de 2021 procedían de DOGE. La empresa afirmó que su negocio podría verse afectado negativamente “si los mercados de Dogecoin se deterioran o si el precio de Dogecoin disminuye” sin una demanda similar de otros tokens en la aplicación.
Esto es completamente lógico y muy alarmante. Ya que el volumen de transacciones de Dogecoin fue principalmente por Elon Musk, y no por fundamentos de la criptomoneda. Además de encontrarse en una “altseason” lo que significa que todas las criptomonedas, exceptuando a Bitcoin, subían con mucha más fuerza que la criptomoneda número uno.
En la actualidad, empresas como esta llevan un gran riesgo para sus accionistas y potenciales inversores. Debido a la fuerte volatilidad de sus ingresos y deudas que provocan fuertes movimientos en el precio.
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