Martín Redrado, expresidente del Banco Central y titular de la Fundación Capital, dijo hoy que es “muy difícil” que en los próximos meses el salario le gane a la inflación, como pretende el gobierno. También criticó la fuerte distorsión de precios relativos y subrayó la tensión cambiaria, que se acentuará en los próximos meses, en particular a partir de septiembre.
Entrevistado en FM Milenium, el economista dijo que el Gobierno mantendrá su política de contener artificialmente la inflación retrasando el valor del dólar oficial al devaluarlo entre 1 y 1,2% mensual hasta las elecciones del 14 de noviembre. De todos modos, dijo, le será difícil bajar la inflación del 3% al mes, por lo que también señaló que es improbable que el salario le pueda ganar a la inflación.
Redrado dijo que en junio, según estimó la Fundación Capital, la inflación fue de entre 3 y 3,2% y que las importaciones se acercaron al 6%, debido a que algunos importadores el relativamente barato tipo de cambio mayorista, de $ 96. El economista apuntó a las distorsiones e inconsistencias de precios y de la actual política económica y dijo que para que la economía pueda estabilizarse y crecer se necesita un paquete de cinco leyes aprobadas con mayoría especial del Congreso, un programa económico y un equipo capaz de implementarlo. Y describió el rumbo actual como insostenible. A fin de año, calculó las reservas del BCRA serán “escuetas” y apenas suficientes para afrontar las obligaciones del primer trimestre de 2022, por lo que luego de las elecciones será imprescindible lograr un acuerdo rápido y “potente” con el Fondo y acotar la brecha cambiaria, sobre la que en los próximos meses se irán acumulando tensiones.
En diálogo con el programa Economía 21, de los periodistas Daniel Fernández Canedo y Carlos Méndez, Redrado respondió a varias preguntas, sin obviar críticas a la política económica del “vamos viendo”. He aquí sus principales definiciones:
-La actual situación económica:
-Hay una coyuntura que acumula distorsiones que temprano o tarde el gobierno va a tener que enfrentar. Hay tensiones en lo social, con indicadores como que 42% de los argentinos están bajo la línea de pobreza y que el salario promedio privado registrado en el primer trimestre de 2018 compraba 13 canastas alimentarias y hoy compra solamente 10. Entre los jóvenes de 14 y 24 años tenemos un 20% de desempleo. Hay una gran distorsión de precios: en los últimos 12 meses los materiales de construcción aumentaron un 87%, los vehículos alrededor de 85%, la luz y el gas 9% y en el medio los alimentos, un 54%. Hay también tensión cambiaria: el “trimestre de oro” de liquidación de divisas de la cosecha tuvo una piso de brecha cambiaria de 59%, que ahora es ya 75 y plantea un gran desafío para los próximos meses. Y hay tensión financiera: hacia fines de julio y principios de agosto el gobierno tienen que renovar casi un billón de pesos en bonos, en un momento en que la demanda de pesos está estancada. La gente no quiere tener tantos pesos en su bolsillo y eso genera tensión cambiaria e inflacionaria para los próximos meses.
-A qué apuesta del gobierno
-Parecería que apuesta a vacunas, poner plata en el bolsillo de la gente y atrasar el dólar. En junio se devaluó el 1,2% y según proyecciones de la Fundación Capital la inflación estuvo entre 3 y 3,2%. Es algo que nos se puede seguir manteniendo sine die. Tenemos una inflación artificialmente controlada por el tipo de cambio, y sabemos esto donde termina. En julio y agosto va a haber más pesos en los bolsillos: entre la devolución de ganancias, el aguinaldo y los primeros aumentos en paritarias calculamos que va a haber $ 335.000 millones en los bolsillos. Parte se va a gastar y parte va a buscar refugio en el tipo de cambio. El desafío del gobierno que eso se vuelque a consumo y que la inflación no vuelva a ganarle al salario. El salario privado desde el primer trimestre 2018 cayó 12% y en este último período 3,8%. Es muy difícil que el salario le gane a la inflación. Para ganarle, debería crecer más de 3% que es donde se va a estabilizar la inflación. Quizás a partir de agosto planchando artificialmente el dólar la inflación pueda estar un poco por debajo del 3%. Pero es un gran desafío que el salario le gane a la inflación.
-Cómo estabilizar y crecer:
-La economía argentina necesita cinco leyes, un programa económico y un equipo con capacidad para implementarlo. Leyes que se discutan en el Congreso. Una en materia fiscal, que marque un sendero para los próximos años, otra para darle un marco a la política monetaria, otra que modernice y simplifique la estructura impositiva e incentive el consumo, la inversión y las exportaciones. Una cuarta ley de impulso a las exportaciones y una quinta de infraestructura que marque las principales Obras Públicas que la Argentina debe hacer en los próximos 10 años en el transporte multimodal: cómo aprovechar la Hidrovía, las carreteras y el transporte ferroviario y puertos que nos permitan sacar la mercadería al mundo. Es algo que se financia con organismos multilaterales, regionales e internacionales, asiáticos. Se necesitan estas leyes para que la Argentina tenga un rumbo definido. El consenso político es tener leyes con mayorías especiales de dos tercios del Congreso, para no pueda otro gobierno cambiarlas leyes. Así no se necesitaría un superministro de Economía que implemente esa hoja de ruta, porque va a haber leyes que marquen el sendero económico.
-Ingreso de dólares y reservas
En junio va a sorprender el monto de las importaciones, va a estar en USD 5.950 millones, según calculamos en la Fundación Capital. Cuando hay represión financiera y hay un poco de dólares, el que puede obtener el dólar mayorista a $ 96 lo va a hacer. Ha habido (en el último trimestre) acumulación de reservas netas por USD 3.000 millones y ahora están por arriba de USD 7.000 millones. Desde diciembre pasado el gobierno intervino comprando y vendiendo bonos para mantener el dólar financiero. Después entraron los dólares de la cosecha. En el próximo trimestre, sobre todo a partir de septiembre, va a tener presión sobre las reservas y la brecha cambiaria.
-En los próximos meses, ¿habrá más plata en el bolsillo de la gente?
-Plata va a haber, el problema es que los precios no estén por delante. La pregunta es si el salario va a crecer más del 3%. El gobierno va a mantener una pauta de devaluación para contener artificialmente la inflación. Es un desafío mayor que el salario crezca más de 3% en los próximos meses.
-¿Cuánto va a estar el dólar a fin de año?
-El gobierno va a sacrificar reservas para sostener tasa de devaluación de 1-1,2% mensual del dólar oficial hasta las elecciones. Después el ritmo de devaluación se va a acelerar para llegar a la tasa de inflación. La Fundación Capital proyecta el dólar oficial a entre $113 y 115 para fin de año. Entre septiembre y diciembre hay dos vencimientos de USD 1.800 millones con el FMI, que el Gobierno va a pagar con los DEG que reciba del propio FMI.
-¿Qué pasará en 2022?
-En el primer trimestre vencen USD 4.000 millones con el Fondo: la suerte del dólar estará atada a cuán rápido haya un acuerdo sustentable, de estabilización y crecimiento y lo suficientemente potente con el FMI que permita calmar el dólar oficial y la brecha cambiaria. El partido del gobierno de los próximos meses va a ser el nivel de tolerancia a la brecha cambiaria, que no puede ir más allá del 85, 90%. Esto va poner más tensión en la economía y el gobierno va a utilizar las reservas. Son varias preguntas: no sólo el dólar y la brecha, sino también cuántas reservas netas le van a quedar al BCRA para enfrentar estos desafíos. La proyección de la Fundación Capital es que utilizando dólares para defender el tipo de cambio oficial y que la brecha no se escape, el BCRA va a terminar el año con reservas muy flacas, escuetos USD 4.000 millones, que son los que le alcanzan para llegar al primer trimestre de 2022. Este es un gobierno de “vamos viendo”, pero con las distorsiones acumuladas esa etapa tiene que dar paso a un programa de estabilización y crecimiento y con leyes aprobadas por oficialismo y oposición y que le den un sentido y una dirección que resuelva los problemas de la economía argentina.
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