El Gobierno no ve con preocupación la reciente suba del dólar de las últimas semanas, que llevó a la cotización libre blue a subir un 11%, casi 20 pesos, solo durante junio. En el Poder Ejecutivo creen que todavía no empezó el ciclo “vendedor” del Banco Central y que aún no tuvo que poner a prueba su poder de fuego para soportar la demanda adicional que se espera para los próximos meses.
Cuestiones estacionales como el cobro de aguinaldo y una demanda adicional de divisas por la dolarización típica previa a los procesos electorales explican el aumento en el tipo de cambio, según comentaron a Infobae desde distintos despachos oficiales ligados a la política económica.
Algunos analistas con contactos con funcionarios nacionales admiten, de todas formas, que noticias como la reclasificación que hizo la MSCI del mercado de acciones argentino a una categoría inferior a la esperada “alientan la dolarización”.
Una estimación que recorre los despachos oficiales muestra que en los primeros seis meses el Banco Central compró unos USD 2.000 millones más de lo que esperaban tener a esta altura del año, algo que se relaciona con el aumento del precio de los commodities.
En el Poder Ejecutivo aseguran que la alteración de la pax cambiaria de los últimos meses no los sorprendió porque “no es novedoso” que a esta altura del año -y un año con las tensiones políticas de una elección de medio término- tenga lugar un recalentamiento de la demanda, que en un contexto de fuertes restricciones cambiarias, se canalicen a través del mercado blue, según comentó una fuente oficial.
La lectura que hacen en el Gobierno es que el mercado de cambios comenzará a experimentar, en las próximas semanas, un cambio de ciclo: terminará el primer semestre, que tradicionalmente se trata de un tramo de recomposición de reservas del Banco Central, y comenzará desde julio una segunda mitad del año que, de la misma manera, se caracteriza por una posición vendedora de la autoridad monetaria.
Una estimación que recorre los despachos oficiales muestra que en los primeros seis meses el Banco Central compró unos USD 2.000 millones más de lo que esperaban tener a esta altura del año, algo que se relaciona con el aumento del precio de los commodities. De acuerdo a un informe de Equilibra, en lo que va del año el BCRA logró comprar USD 6.327 millones. Una fuente oficial admitió que no esperaban más de USD 4.000 o USD 4.500 millones.
La pregunta que se impone y sobre la que los funcionarios ensayan una respuesta es cuándo comenzará a necesitar ponerse el Banco Central en una posición vendedora cuando aumente la demanda de divisas previa a las elecciones, ya con una liquidación de divisas del complejo agroexportador muy disminuido. Desde un despacho oficial arriesgaron que en julio podría mantenerse con saldo neutro y que la tendencia vendedora comenzaría más marcadamente en agosto.
La “presión dolarizadora” potencial ya fue puesta en números recientemente por Equilibra. De acuerdo a un informe, tres factores influirán en ese proceso: el desarme de depósitos a plazo fijo en pesos del sector privado, la deuda offshore en pesos (en manos no residentes) y la emisión de pesos del BCRA.
“Los depósitos a plazo fijo del sector privado en pesos suman $2.575.865 millones, de los cuales $2.063.852 millones está colocado a un plazo menor a 60 días (el 80%). Un desarme del 10% de estos últimos, volcándose al mercado del contado con liquidación implicaría una demanda adicional de USD 1.266 millones. Un desarme del 15%, USD 1.899 millones”, mencionó esa consultora.
Por otra parte, Equilibra estimó que los fondos Pimco y Templeton mantienen tenencias de deuda en pesos equivalente a USD 3.200 millones, “para lo que resta del año los vencimientos en pesos en manos de estos dos grandes fondos suman unos USD 400 millones, de los cuales USD 250 millones vencen entre septiembre y octubre”, continuó el informe.
Por último, “el mayor déficit primario que esperamos para el segundo semestre se traducirá también en una mayor emisión monetaria del Banco Central”, afirmó la consultora. “Según nuestro ejercicio, la presión ascendería a poco más de USD 3.400 millones: un 83% de los USD 4.083 millones de reservas netas que lleva acumuladas en BCRA en el año”, concluyeron.
Este último factor forma parte de la preocupación central del ministro Martín Guzmán. Es una idea que repite habitualmente en sus apariciones públicas y que repitió recientemente en una charla que dio en el Instituto Balseiro, en Bariloche.
“Parte de la emisión monetaria termina yendo al dólar, eso pone presión sobre el tipo de cambio y sobre la inflación, debilita nuestra moneda”, fue el diagnóstico del jefe del Palacio de Hacienda. “Como no queremos poner presiones adicionales que después terminen mal, el tipo de cambio se tiene que ir depreciando”, dijo el funcionario.
“Según nuestro ejercicio, la presión ascendería a poco más de USD 3.400 millones: un 83% de los USD 4.083 millones de reservas netas que lleva acumuladas en BCRA en el año” (Equilibra)
Esa depreciación, de todas formas, será más lenta en lo sucesivo. La administración del dólar mayorista es uno de los dos pilares -junto con los esquemas de control y coordinación de precios- en los que se apoyará el Gobierno en los próximos meses para tratar de contener la suba de precios, tal como consignó Infobae.
Según fuentes oficiales, durante el primer trimestre del año el Gobierno dio rienda para que tenga lugar la mitad de la devaluación del peso prevista para todo el año. Desde ahora, explican, el ajuste será en cámara lenta para no sumar un ingrediente más al cóctel de suba de precios.
Otros números de estimaciones privadas dan cuenta de que el segundo semestre será exigente para las arcas del Central. “Estimamos en USD 12.226 millones los vencimientos de obligaciones en el segundo semestre, la mitad corresponde a vencimientos del soberano para hacer frente a pagos con organismos internacionales, principalmente el FMI por USD 4.575 millones” mientras que “el sector privado enfrenta vencimientos por USD 5.636 millones”, proyectó Quantum.
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