Para Juan Carlos Fábrega, ex presidente del Banco Central durante el kirchnerismo, el ministro de Economía, Martín Guzmán, “está haciendo el apriete más grande que se puede hacer, pero sin decirlo. Está trabajando en un camino donde va ajustando todo lo que puede. Quiere llegar a una disciplina fiscal que le permita encontrar un camino”.
“Por supuesto, está la segunda ola de Covid que no contemplaban ni el ministro ni el presupuesto, pero yo no dejo de pensar que el ministro tiene un objetivo de ir aplicando el mayor ajuste fiscal posible en la Argentina”, agregó, tras lo cual enfatizó que el ministro “tiene una vocación por lo fiscal sin que tenga impacto en la sociedad. Lo veo cuidando la caja, sinceramente.”
“Una devaluación del 15 al 20 por ciento, con variables acotadas y herramientas para visualizar lo que pasa en el mercado, se puede hacer” (Fábrega)
El ex titular del BCRA, en declaraciones a Diario con Vos, vaticinó que habrá una devaluación luego de las elecciones de medio término. Si bien considera que hay un atraso que no es “significativo”, juzga necesaria una corrección. “Si pisás el tipo de cambio con una corrección de 1% mensual con una inflación del 3%, a fin de año tenés una diferencia del 15 o 20 por ciento y se impone hacer algún ajuste que puedas controlar. Una devaluación del 15 al 20 por ciento, con variables acotadas y herramientas para visualizar lo que pasa en el mercado, se puede hacer”, apuntó.
En este último aspecto, Fábrega sabe de qué habla. En enero de 2014, pocas semanas después de las elecciones legislativas de 2013, impulsó una devaluación del 22%, aún con el desacuerdo del entonces ministro de Economía, Axel Kicillof. Para no reconocer que el gobierno había decidido devaluar, el actual gobernador bonaerense ensayó una explicación en aquel momento centrada en que la devaluación había sido fogoneada por una sola operación de la empresa Shell, algo inverosímil para el mercado.
De mucha confianza personal con el matrimonio Kirchner, Fábrega reconoce haber tenido diferencias con Kicillof, aún en un marco de diálogo. Recordó como “un hecho muy particular” que la ex Presidenta Cristina Fernández de Kirchner “hablaba por cuerda separada con el Ministerio y el BCRA por lo que atañe a ambos”. Reconoció también que “siempre después aparecen los celos y eso trae aparejado roces que no favorecen”.
Para Fábrega, el escenario cambiario de aquel 2014 era más complejo que el actual. “Si bien es cierto que había reservas, también había muchos compromisos internacionales y no estaba el swap de monedas con China. Este año tenés a favor que hay superávit comercial” añadió. Y recordó que en aquel momento había un déficit comercial que se llevaba USD 1.200 millones por mes mientras que en mayo pasado hubo saldo positivo de USD 1.700 millones.
“Es todo mejor que en 2014, cuando tenías juicios en el tribunal CIADI, problemas con el Club de París, con el Indec, con los holdouts y con Repsol. Hoy, con el Club de París ya está estirado a marzo de 2022. Y esto te dice que después de las elecciones van a hacer el acuerdo con el FMI”, vaticinó Fábrega.
El problema de la devaluación, anticipó, es el pass through, o el traspaso a los precios del aumento del dólar. Por eso consideró que hay que poner atención en la cotización del contado con liquidación y el dólar Bolsa. “Hay maneras de participar en el mercado para que no se arme una cosa extraordinaria. Lo que está claro es que si el oficialismo tuviera una elección satisfactoria le resultaría mucho más fácil aplicar lo que tenga pensado hacer. Si vos tenés una elección mala, la cosa se te complica.”
Fábrega minimizó la suba del dólar libre, un dato que calificó como “absolutamente marginal”. Pero encendió una alarma en cuanto al proceso electoral. “Si tuvieras encuestas antes de septiembre de que el gobierno tiene solo el 30% del electorado a su favor, por supuesto tendría impacto negativo, pero no me parece que sea lo que va a pasar. El hecho de que pueda tener una mala elección juega negativamente”.
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