La semana financiera terminó de definir la tendencia en las últimas dos ruedas operativas. Y lo hizo con números negativos para los activos activos bursátiles y también para el peso argentino, como quedó reflejado en la disparada del dólar libre a sus precios más altos en ocho meses.
El dólar libre captó la creciente tensión financiera de caras al segundo semestre, cuando merma el ingreso de divisas por las exportaciones del agro y se producirán las cruciales elecciones de medio término a la vista.
La divisa “blue” encadenó este viernes su quinta jornada de negocios en alza, contando el viernes de la semana anterior -el lunes 21 fue feriado- y a $174 para la venta alcanzó su precio más alto desde el 29 de octubre del año pasado. Además, el billete informal acumula un incremento de 10,8% en junio, la mayor alza mensual desde octubre del año pasado.
Con un dólar mayorista que finalizó a $95,60, también se amplió la brecha cambiaria, ahora en la zona de 82% respecto del dólar paralelo, la más amplia desde enero de este año.
El BCRA cerró la semana con una compra de apenas unos USD 70 millones, una de las intervenciones más reducidas de los últimos meses y rumbo a cerrar junio con un saldo claramente menor a los algo más de 2.000 millones sumados en mayo.
Las acciones y los bonos soberanos, que habían atravesado dos meses de notoria recuperación de precios, empezaron a lateralizar después de la primera semana de junio. Y esta semana, con el empujón extra dado por MSCI, se inclinaron a una toma de ganancias que neutralizó el efecto virtuoso que se esperaba por el anuncio de un pago parcial de USD 430 millones al Club de París para evitar el default.
El panel S&P Merval de la Bolsa de Buenos Aires terminó el viernes en 65.133 puntos, con variación semanal neutra medido en pesos y una pérdida de 0,5% en dólares. El Merval recortó un 8% desde el 10 de junio, cuando al promediar la rueda se acercó por primera vez a los 70.000 puntos.
Sorpresivamente, la firma MSCI declaró a Argentina como mercado independiente o “standalone”, lo que significó una suerte de “limbo” para eventuales inversiones, pues salió de la categoría “emergente” a la que pertenecía, pero no ingreso a “frontera”, como anticipaba el consenso de los analistas.
Un informe de Portfolio Personal Inversiones explicó que “el mercado esperaba que Argentina pase a la categoría de Frontera, donde esperábamos una mayor ponderación a la que tenía el país en Emergentes y así conseguir algo más de flujo hacia los ADR argentinos. Ahora la situación es distinta: bajo la categoría de standalone no hay fondos ni ETFs que repliquen este grupo y Argentina se perderá de esos potenciales flujos que podrían haber ingresado de pasar a Frontera. De ahora en más compartiremos grupo con países como Jamaica, Malta, Ucrania, Zimbabwe, Líbano y Palestina”.
Por la decisión de MSCI, el mercado de capitales argentino queda relegado de un importante flujo de fondos de inversión
“En términos de estrategia, los Globales continuaron la corrección desde los máximos del mes a la vez que la decisión de MSCI de reclasificar a Argentina a la categoría de standalone profundizó la corrección que tenía lugar hace algunas ruedas en la renta variable”, subrayaron los expertos del Grupo SBS. Agregaron que “ambas caídas pueden resultar puntos de entrada tentadores para perfiles arriesgados y dispuestos a mantener la posición en el mediano plazo, aunque la falta de definiciones en materia de plan de estabilización configura el principal riesgo”.
Santiago Ruiz Guiñazú, Head de Equity Sales & Trading de AdCap, refirió que “la noticia no sorprendió demasiado, ya que en la práctica Argentina era considerada por el mercado como un país de calidad inferior a los emergentes. De todos modos, las compañías que se verán más perjudicadas son las que aún se mantenían en el índice de mercados emergentes. Es decir, YPF, Adecoagro y Globant”.
“Si bien puede haber un impacto por flujos de corto plazo por el rebalanceo de algunos fondos, desde AdCap creemos que las oportunidades de inversión en Argentina pasan por otro lado: que un cambio hacia una mayor moderación desde las principales fuerzas políticas permita dar certidumbre en el mediano plazo sobre la recuperación económica y el entendimiento con los organismos multilaterales de crédito. Esto resultaría en una baja del riesgo país, que terminaría favoreciendo a las empresas a través una menor tasa de descuento en las valuaciones”, acotó Ruiz Guiñazú.
Los bonos Globales -en dólares con ley extranjera- que salieron al mercado tras el canje de deuda, acumularon en la semana una caída de 4% en promedio, mientras que el riesgo país de JP Morgan se aproximó a los 1.600 puntos básicos por primera vez desde el 11 de mayo.
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