Las empresas englobadas en la economía del conocimiento y la exportación de servicios viven un boom de empleo que contrasta con indicadores negativos en materia de mercado de trabajo, con caída del empleo privado registrado e informal, más la salida de cientos de miles de personas del mercado de trabajo en un contexto de contracción de las oportunidades.
Sergio Kaufman, presidente de Accenture Argentina es una de las personas que está en el centro de este fenómeno, esta convencido de que es un sector que no detendrá su avance en el país y cree que las personas que buscan insertarse en él tienen la oportunidad de capacitarse para hacerlo. Profesionales de las áreas más diversas, sostiene, pueden obtener los conocimientos como para aspirar a trabajar en este sector tan dinámico si se aggiornan en materia de tecnología y, clave, fortalecen su nivel de inglés. “Tenemos psicólogos de consultorio que viraron y ahora están trabajando en tecnología”, dijo.
Accenture tiene hoy una búsqueda activa para llenar 1.200 puestos de trabajo en la Argentina. Los perfiles buscados son amplios y van desde tecnología, finanzas, administración de empresas, hasta recursos humanos, entre otros. Pero aunque es una de las más grandes, no es la única: Despegar, Mercado Libre, Pwc, Globant y varias otras empresas del sector son hoy algunas de las empresas que están ampliando sus plantillas en este momento.
“Hay un tsunami global que favorece a las empresas de servicios. Argentina no es el tsunami, pero puede surfearlo exitosamente generando un montón de puestos de trabajo. De hecho hay miles y miles de puestos de trabajo para cubrir ahora mismo”
Las búsquedas de perfiles tecnológicos, los más demandados y faltantes, son las que dominan. Eso genera un corte muy claro respecto a quiénes están calificados para sumarse a empresas como Accenture o cualquier otra firma dedicada a servicios o economía del conocimiento. Eso explica un sector con “desempleo negativo” en un país con sed de empleo privado registrado. No todos pueden entrar.
Sin embargo, para el presidente de Accenture Argentina la puerta de entrada al sector no es imposible de franquear para personas que quieren insertarse en él o reinsertarse en el mercado laboral. La clave es la capacitación en tecnología, programación y soluciones de base tecnológica junto con el refuerzo del manejo del idioma inglés. “La puerta está abierta, no pregunta qué edad tenés, de qué género sos, si tenés hijos o nada”, dijo en conversación con Infobae.
Y la pandemia, asegura, hizo aún más necesario al personal capacitado y más accesible el sector, ya que el teletrabajo le permite ahora a una empresa contratar a personas que están a cientos o miles de kilómetros de una oficina de la empresa que conduce.
— Estamos viendo al sector de exportación de servicios y economía del conocimiento crecer y tomar personal en medio de una caída del empleo en general, ¿es un fenómeno argentino o global?
— En este sector vivimos del cambio, entonces empresas locales o globales que hasta hace poco se adaptaban al cambio tecnológico al ritmo que querían se vieron forzadas por la pandemia a apurarse. Entonces necesitás tecnología, necesitás cyberseguridad, necesitás administrar ese cambio y, dada la posibilidad de proveer esas necesidades desde cualquier parte del mundo podes decir ‘OK me lo llevo todo a la Argentina’. Y no es la tercerización banal o de bajo valor que vemos todavía en algunos mercados. Que es decir, para no tener que tomar la persona contrato más barato. No, al contrario, a veces es más caro. Es más valor lo que estás poniendo.
“Si en este momento aparecieran mágicamente 40.000 tecnólogos o ingenieros en la Argentina, el lunes estarían empleados. Y digo el lunes porque es lo que se tarda en llenar los papeles”
Eso es algo que está pasando en el mundo y ahí es donde está la ventana espectacular de oportunidad para la Argentina. Y está ocurriendo dentro del mercado argentino con empresas argentinas que están haciendo eso y está ocurriendo en el mercado mundial que usan justamente muchas de las capacidades argentinas, generalmente en conjunción con otros mercados. Por ejemplo, tienen un pedazo de la operación en la Argentina. otro en la India y otro en Polonia. Este es el tsunami que está dando la vuelta al mundo y la Argentina se tiene que comprar la tabla de surf. Argentina no es el tsunami, pero puede surfearlo exitosamente generando un montón de puestos de trabajo. De hecho hay miles y miles de puestos de trabajo para cubrir ahora mismo.
Es raro, en la Argentina donde todo es medio bajón, tenés un sector que te pregunta si sos profesional, bilingüe, querés una carrera global, bueno la podés hacer desde acá junto a tu familia no hace falta que te vayas.
—¿Es el dólar alto el que ayuda a esa capacidad competitiva?
—El dólar para exportar es de $93, no de $160. Es un buen tipo de cambio, pero no es $160. Lo cual prueba que es un sector competitivo per se, no necesita el tipo de cambio. Hay puestos que sin importar lo que pagues, hacen falta en el mundo. Suficiente gente de tecnologías disruptivas, cyberseguridad, no existen en el mundo. Ya no es una cuestión de cuánto hay que pagar, sino si los consigo.
“La puerta está abierta. La puerta no dice qué edad tenés, de qué género sos, si tenés hijos o nada. Y la pandemia trajo algo más. Esto de la virtualidad lo estamos llevando al extremo del empleo líquido, vos trabajás desde tu casa, tranquilo, con tu familia”
—Bien, sin embargo se trata de empleos para perfiles muy específicos.
—Primer punto, la puerta está abierta. La puerta no dice qué edad tenés, de qué género sos, si tenés hijos o nada. Y la pandemia trajo algo más. Esto de la virtualidad lo estamos llevando al extremo del empleo líquido, vos trabajás desde tu casa, tranquilo, con tu familia. Y en la pospandemia veremos, por ahí hacemos alguna reunión mensual, veremos como le damos algo de contacto porque tiene valor el contacto. Pero esto es un cambio que hace unos días nos permitió darle la bienvenida a nuevos empleados de Formosa o Bahía Blanca.
—¿Personas de otras áreas se pueden adaptar para ser elegibles?
—Si me encuentro a los 57 años, mi edad, que quiero cambiar, porque necesito o porque me divierte, definitivamente sé que hay oportunidad para mi. Requiere sí una inversión sobre todo en materia de esfuerzo. Nosotros damos cursos de adaptación para mayores de 45 años, muchos que están cambiando de rubro, algunas mujeres que decidieron dejar de trabajar cuando tenían hijos chicos y ahora quieren volver, y después de un curso de unos meses son perfectamente productivos. Ahora, tenés cosas poco convencionales como que el supervisor de un equipo tiene 26 años y el promedio de edad es de 45 o 50. Y está todo bien.
Lo cierto es que hay un sector que está hiper demandado y tiene desempleo negativo. Si en este momento aparecieran mágicamente 40.000 tecnólogos o ingenieros en la Argentina, el lunes estarían empleados. Y digo el lunes porque es lo que se tarda en llenar los papeles.
—¿Y qué actualizaciones o capacitaciones pensás como clave para insertarse en el sector?
—Cualquier giro, si le divierte la parte de tecnología, es empleo inmediato y bien remunerado. Pero puede no gustarte, no hay problema. Como todos estos son procesos integrales, donde tomás desde la administración hasta la tecnología, requiere de gente que sepa de finanzas, de administración, de recursos humanos, de un sinfín de cosas. Con lo cual, gente que tiene lo básico en estos temas y que quiera aggiornarse está pasándose a este sector. Otro tema en el que invertiría fuerte es en comerme un año muy duro de inglés. Eso es clave.
Tenemos psicólogos de consultorio que viraron y ahora están trabajando en tecnología. Un chico que nace hoy tiene una expectativa de vida de casi un siglo, le vas a pedir que se dedique toda la vida a lo mismo? O los preparamos para reconvertirse varias veces
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