Estiman que el precio de la soja ya llegó a su techo en el primer semestre y se modera el escenario favorable para la Argentina

Lejos de los valores máximos registrados este año, se estima que igual las cotizaciones se mantendrán altas. El impacto de un nuevo mapa internacional y las chances del BCRA de seguir acumulando reservas

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Foto: REUTERS/Anton Muraviov
Foto: REUTERS/Anton Muraviov

Una nueva discusión económica ocupa por estas horas tanto al mercado global como al local por su implicancia en los frentes fiscal y cambiario para la Argentina. El eje del debate es si el ciclo de súper precios de las commodities ya llegó a su fin y a partir de ahora se estabilizarán en un nuevo nivel, más bajo de lo visto durante el primer semestre o si, todavía, existe la posibilidad de nuevas ráfagas del viento de cola que benefició al país desde fin de 2020 y que permitió al Banco Central recomponer su nivel de reservas.

Los hechos son recientes y el escenario todavía es volátil mientras el mercado termina de asimilar las últimas conclusiones de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) que se reunió el miércoles pasado, advirtió sobre una suba de tasas en el mediano plazo. Y derrumbó, entre otros, el precio de la soja al día siguiente, cuando perforó los USD 500. El principal producto de exportación argentino recuperó algo de la pérdida en las jornadas siguientes pero se mantiene lejos del máximo de este año, por arriba de los USD 600 por tonelada.

“El mercado continúa digiriendo las implicancias de la última reunión de la FED, en la que se alertó sobre las fuertes subas en commodities y se planteó un camino más palpable hacia la normalización monetaria, con una suba de tasas prevista para 2023. Las materias primas agrícolas lideraron las bajas entre las que se destacó la soja que perdió 9% de su valor, acumulando una caída de 22% desde sus máximos de principios de mes”, informó a sus clientes el área de inversiones de Cohen SA. “Creemos que la suba que tuvieron los precios de las materias primas llegó a su fin. Si no hay una situación de shock de oferta como una mala cosecha en Estados Unidos, la soja de USD 600 ya es algo muy lejano” agregó el jefe de Estrategia de la sociedad de bolsa, Martín Polo.

Entre los factores que sostienen esa expectativa se cuentan una reacción más veloz a la oferta, la vocación de China de contener los precios internacionales y no convalidar subas exageradas y el impacto en los mercados de las señales de la FED, intentado normalizar la política monetaria. “Todo ese combo hace que los precios de las materias primas que habían pegado un salto espectacular ahora estén ajustando. Nuestra visión es que los precios internacionales van a seguir altos, un 50% por encima de 2020 pero no en el máximo de hace un mes”, sostuvo Polo.

Sin embargo, las cotizaciones no serán lineales y lo que puede caracterizar las próximas semanas en todos los mercados es la volatilidad. Es lo que advierte desde el Institute of International Finance (IIF), una asociación de bancos global, el experto en mercados emergentes Sergi Lanau. “Los flujos de capital a los mercados emergentes no registraron salidas descomunales la semana pasada en respuesta a la reunión de la Fed de línea más dura. El dinero sí salió de los mercados emergentes, pero no tanto como en febrero y marzo. Todavía vemos margen para episodios taper tantrum (reacción del mercado a la reducción de políticas expansivas) este año”, dijo. Respecto de la Argentina agregó que “ha tenido bastante éxito en la aplicación de controles de capital”, factor le permitió, a diferencia de experiencias de controles pasados, acumular reservas gracias a los altos precios de la soja y bajos servicios de la deuda.

Con todo, la recomposición de reservas por parte del Banco Central comienza a ser un desafío cada vez mayor, tanto por la caída estacional de ingreso de divisas del agro como por el nuevo contexto internacional que podría acotar el nivel de precios.

De hecho, en junio, incluso hasta un día antes de la caída a los USD 487 la tonelada que tocó el jueves pasado la soja, el nivel de compras divisas por parte del BCRA cayó 59% mientras que la caída liquidación de divisas fue bastante menos significativa, de 17%, según el seguimiento de la consultora Gabriel Rubinstein y Asociados.

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