A pesar del aumento del gasto que implicó la crisis sanitaria desatada por la pandemia a lo largo de 2020, los gobiernos provinciales lograron mantener sus cuentas públicas equilibradas gracias a las transferencias que hizo el Gobierno nacional en ese contexto.
Así lo aseguró un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), que relevó que al medir al conjunto de provincias a fines de 2020, su situación fiscal era incluso mejor que la de 2019. Los ingresos públicos provinciales ascendieron a 4,7 billones de pesos en 2020 (equivalente al 17,5% del PBI) y lo que representó una caída en términos reales de 5,3 por ciento. Por su parte, los gastos totales alcanzaron los 4,8 billones de pesos, con una caída real de 7,4 puntos porcentuales.
Las provincias terminaron el 2020 con un déficit fiscal de $77.590 millones pero, al quitar de la consideración los intereses de deuda, completaron un superávit primario de $62.843 millones.
De este modo, el 2020 cerró con un déficit fiscal de $77.590 millones (0,3% del PBI) para el consolidado de provincias, aseguró Iaraf. De todas formas, al quitar de la cuenta el gasto en intereses de deuda, el resultado primario que obtuvieron fue superavitario en $62.843 millones, es decir un excedente que equivalió al 0,2% del Producto Bruto.
“El año pasado fue el tercero consecutivo en el que las provincias y CABA tomadas en conjunto mostraron resultados primarios positivos. En la comparación con 2019, hubo una leve mejora en el resultado primario consolidado, y a su vez, debido a un menor peso de los intereses en 2020, el déficit fiscal (es decir el que incluye los intereses) se redujo a menos de la mitad del observado en 2019″, señaló el estudio, realizado por los economistas Nadin Argañaraz y Ariel Barraud.
En el capítulo de los ingresos provinciales, dos de las fuentes principales de los gobiernos subnacionales tuvieron fuertes caídas en términos reales por el impacto de la pandemia. Los envíos automáticos de coparticipación registraron un retroceso de 3,2% real, mientras que la recaudación impositiva de los tributos provinciales tuvieron una contracción de 7,6 por ciento.
Hubo, de todas formas, un factor que compensó esos desplomes. “Las transferencias corrientes fueron las únicas que mostraron una variación real positiva, del orden del 82% respecto a lo ingresado en este rubro en 2019. Por esta cuenta se canalizaron gran parte de los envíos de nación a provincias con el fin de atenuar los efectos de la crisis sanitaria”, mencionó Iaraf.
Ese centro de estudios estimó que las transferencias corrientes tuvieron un “exceso” de $150.000 millones respecto al valor que las hubiera dejado constantes en términos reales, por lo cual ese sería el monto que podría atribuirse específicamente a la pandemia. “En dicho escenario, el consolidado de provincias hubiese mostrado un déficit primario de $87.500 millones (0,3% del PIB) en lugar del superávit que efectivamente se verificó”, continuó.
Por el lado del gasto, el consolidado provincial tuvo una caída real del 7,4% en sus erogaciones totales y del 5,6% en el gasto primario, que excluye los intereses de la deuda. La mayor parte de los gastos provinciales corresponde habitualmente a gastos corrientes, que retrocedieron un 5,6 por ciento. Por su parte, los gastos de capital cayeron en términos reales un 23,3% respecto al 2019.
Las transferencias corrientes tuvieron un “exceso” de $150.000 millones respecto al valor que las hubiera dejado constantes en términos reales, por lo cual ese sería el monto que podría atribuirse específicamente a la pandemia, según Iaraf.
El ránking de las provincias con mejor resultado fiscal
De acuerdo a los datos recopilados por Iaraf, la provincia con mejor desempeño fiscal fue Santiago del Estero, que terminó el 2020 con un resultado superavitario de 23% en relación con el total de sus gastos. De todas formas, era una provincia que ya había comenzado el año con una situación de sus cuentas públicas favorable, ya que había terminado 2019 con un excedente equivalente al 13,6% de su gasto.
Bajo el mismo método de evaluación, le siguieron Córdoba (superávit equivalente al 8,7% del gasto), La Rioja (6,7%), Santa Fe (6,2%), Entre Ríos (4,3%), La Pampa (3,9%), Jujuy (3,6%), Tierra del Fuego (3,4%), Mendoza y Salta (3,3%), Formosa y Chaco (1,5%), Misiones (1%), Catamarca (0,6%), San Juan (0,5%) y Santa Cruz (0,4 por ciento).
El resto de las jurisdicciones terminaron el 2020 con déficit primario. El desequilibrio más alto lo tuvo Chubut (equivalente al 10% de su gasto total) y le siguieron Río Negro (-6,6%), San Luis (-5,8%), Corrientes (-4,8%), Neuquén (3,8%), la Ciudad de Buenos Aires (-1,5%) y Buenos Aires (-0,5 por ciento).
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