¿Cómo funciona el ecosistema de criptomonedas? ¿Cuáles son las diferentes partes que lo integran, y qué roles y servicios cumple cada una? ¿Cuál es el nivel de riesgo de los diferentes servicios y tipo de operaciones? ¿Cuánto valor se canaliza diariamente a través de los servicios de criptomonedas?
Chainalysis, un sitio especializado en inteligencia e información sobre blockchain, la tecnología de base de la mayor parte de las casi 10.000 criptomonedas ya existentes, describió en un informe reciente ese mundo en el que participantes como los gobiernos, los operadores de la industria y las instituciones financieras tradicionales, que gradualmente han ido “probando” el sistema, necesitan entenderse y armonizarse para que el mercado continúe creciendo y adaptándose a diferentes desafíos, desde la prohibición de minado que empezaron a aplicar algunas provincias chinas hasta nuevos desafíos regulatorios y robos y fraudes que socavan la confianza en el sistema.
Desde el lanzamiento de Bitcoin en 2009, dice el informe, las criptomonedas han abierto nuevos mercados, aportado avances a la infraestructura financiera e impulsado ideas innovadoras para atender necesidades de la economía mundial.
En primer lugar, Chainalysis identifica 7 distintos usos de las criptomonedas: desde su minado mediante la resolución de complejos problemas y algoritmos para “acuñar” nuevas unidades (lo que les permite, en muchos casos, jugosas ganancias, de ahí la proliferación de “granjas” de minería cripto, de altísimo consumo de energía), pasando por servicios de depósito o guarda de criptomonedas, servicios de inversión e intercambio, de compra-venta de bienes y servicios ilegales, de compra-venta de bienes y servicios ilegales, esquemas de robo o fraude y servicios de ocultamiento u “ofuscación” de huellas, para evitar el rastreo, actividad que a menudo está asociada a lavado de dinero.
Cada una de esas actividades, dice el informe, está asociada a diferentes niveles de riesgo.
Así, por caso, la guarda de billeteras electrónicas, las granjas de minado y los servicios comerciales de canalización de operaciones están en general menos asociados a actividades ilícitas e implican menor nivel de riesgo.
A partir de allí, los niveles de riesgo y complejidad operativa van aumentando gradualmente, hasta llegar a las zonas de fraude y criminalidad.
Chainalysis considera todavía de bajo riesgo los servicios de cambio (Exchange) de criptomonedas y los corredores OTC (Over The Counter) y de un riesgo levemente mayor los operadores DeFi (finanzas descentralizadas) que funcionan a través de “Smart contracts” (contratos inteligentes) en cadenas de bloque, como Ethereum, la segunda criptomoneda de mayor capitalización, luego de Bitcoin.
Luego, el informe califica como de riesgo medio los centros de apuestas de azar (tipo casino) y los cajeros automáticos (ATMs) de criptomonedas,
De riesgo ya “alto” son las operaciones en ciertas jurisdicciones (que el informe no especifica) y los servicios de “mixing” de criptomonedas, riesgos que se agudizan si uno es apuntado por operaciones de ransomware, opera con criptomonedas robadas o es objeto o sujeto de fraudes.
Por último, en la categoría de riesgo grave o severo está el financiamiento, a través del sistema cripto, de actividades terroristas o de grupos dedicados a esparcir material de redes de abuso de menores.
Las actividades intermedias, dice el informe, no son consideradas universalmente ilegales, pero suelen estar vinculadas a actividades ilegales. Por caso, dice el informe, las apuestas y juegos de azar son legales en muchos países y jurisdicciones, pero a menudo sirven como medio para el lavado de dinero. Esos riesgos, de todos modos, están asociados al tipo de servicios, no necesariamente a la entidad que lo presta, que puede ser seria y respetable, lo que exige un análisis de la transparencia y la reputación de la contraparte de una operación.
Intermediarios
Como ejemplo, Chainalysis recurre a los servicios mercantiles (merchants) de criptomonedas, esto es aquellos intermediarios entre un comprador y un vendedor de una operación fijada en criptomonedas o con servicio de “clearing” en divisas regulares.
Empresas como Starbucks, Whole Foods y hasta hace un tiempo la automotriz Tesla aceptan o brindan pagos en criptomonedas, lo que ha permitido desde el año pasado un fuerte aumento de estos servicios, después de casi dos años de estancamiento del volumen de operaciones posterior a la primera gran crisis de Bitcoin, a fines de 2017 y principios de 2018 (gráfico).
La conveniencia de estos servicios es el menor costo o comisión respecto de, por ejemplo, el pago con tarjetas. Este tipo de servicios, dice Chainalysis, son en general de bajo riesgo, pero hay que estar atentos a algunos grupos fraudulentos que integran su servicio de procesamiento con webs maliciosas. Como ejemplo de servicios de bajo riesgo y legales, menciona a Worldpay, FIServ y Global Payments y como ejemplo de operadores de mayor riesgo o asociados a sitios maliciosos a Bitpay, Flexa, Coinpayments, WebMoney y Coinify.
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