El Fondo Monetario Internacional estima en forma reservada que un acuerdo que permita a Argentina reprogramar la deuda de 45.000 millones de dólares se demorará hasta 2022, dado que el presidente Alberto Fernández tiene pocos incentivos para acordar rápidamente las bases de un nuevo programa.
Si bien el FMI ha expresado que está colaborando constructivamente con el gobierno argentino, no se espera que las negociaciones avancen mucho antes de las elecciones legislativas de noviembre, según cinco fuentes familiarizadas con las conversaciones, que pidieron no ser identificadas, ya que las discusiones son privadas.
La presión sobre Argentina para lograr un acuerdo más rápido también ha disminuido, ya que el gobierno probablemente tendrá suficiente dinero para cubrir los 4.580 millones de dólares de dólares en pagos de capital e intereses al Fondo a finales de este año.
Se espera recibir 4.400 millones de dólares de las reservas del FMI en agosto, como parte de una inyección global de fondos para luchar contra el impacto económico de la pandemia, y también ha visto unos ingresos en dólares mayores de lo esperado debido a la subida de los precios de la soja, uno de los principales productos de exportación.
Lo más importante es que Argentina y el FMI no se han puesto de acuerdo en las proyecciones económicas que servirán de base para un nuevo programa, según dos de las personas, una de las cuales consideró que las estimaciones proporcionadas por el país “son demasiado optimistas”.
El Ministerio de Economía de Argentina declinó hacer comentarios. El FMI dijo que no tenía más comentarios que los realizados por su portavoz Gerry Rice el 10 de junio, cuando dijo que el Fondo está trabajando en un programa para hacer frente a los profundos desafíos sociales y económicos de Argentina, sin ofrecer una proyección sobre los plazos.
Club de París
Los llamamientos a Fernández para que presente un plan económico creíble, ya que su gobierno también busca reestructurar la deuda con el Club de París. Argentina no hizo un pago de 2.400 millones de dólares que debía abonar en mayo al club de países ricos, y ambas partes siguen negociando durante un período de gracia de 60 días.
El año que viene, Argentina debe 18.000 millones de dólares de capital al FMI, una cantidad que el presidente dice que el gobierno no puede pagar.
El subsecretario del Tesoro de Estados Unidos, Wally Adeyemo, habló esta semana con el ministro de Economía, Martín Guzmán, sobre las negociaciones y dijo que Estados Unidos apoyaría un “fuerte marco de marco de política económica para Argentina que proporcione una visión para el crecimiento del empleo en el sector privado”. Cualquier acuerdo en el FMI requiere el apoyo de Estados Unidos, ya que tiene la mayor cuota de votos.
Argentina inició el año pasado conversaciones con el FMI para un programa renovado acuerdo para reprogramar los pagos derivados de un acuerdo récord concedido al anterior gobierno proempresarial de Mauricio Macri. En un principio, Guzmán pretendía cerrar un acuerdo antes de mayo.
Como se espera que las conversaciones se calienten después de las elecciones, el FMI también cambiará un alto funcionario en Buenos Aires, como parte de una rotación rutinaria del personal de alto nivel, Ben Kelmanson representante del Fondo en Turquía, sustituirá a Trevor Alleyne, cuyo mandato en Argentina termina este año, dijo un vocero del Fondo.
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