El ingreso de fondos del exterior se revirtió. Las Obligaciones Negociables (deudas de empresas) en dólares que antes guardaban con celo los inversores por el bajo riesgo y el alto rendimiento, se ofrecieron a la venta en el mercado junto a bonos de la deuda externa con legislación extranjera.
Lo que atesoraban activos argentinos que antes estaba ausente de los portfolios, ahora son vendedores porque la confianza en la Argentina disminuyó por el conjuro de dos situaciones: la lejanía de un arreglo con el FMI y con el Club de París y el derrumbe del precio de la soja que perforó el piso de USD 500 por tonelada.
La caída de 8% de la soja la colocó en USD 488,60 por tonelada, tornó más vulnerable al país y obligará al Banco Central a replantear el ritmo de devaluación y las tasas de interés, aunque se cree que no se modificarán hasta después de las elecciones. Los inversores, en tanto, hacen cálculos de cuánto puede disminuir el ingreso de divisas tras el derrumbe de la oleaginosa. Por eso levantaron el pie del acelerador sobre los activos argentinos.
Como sucede desde siempre, el inversor manifestó su opinión volcándose al dólar. Y no hay que considerar al “blue” que subió $ 1 a $ 163 en el mercado libre, como muestra de la insatisfacción, sino al costo que tuvo en reservas el Banco Central para contener a los dólares financieros.
En la plaza donde rige el cepo e interviene con el AL30C, vendió USD 32 millones nominales, que equivalen a USD 12 millones en billetes. El resultado de tanto fuego fue mezquino. El MEP subió $ 1,21 a 160,41 y el contado con liquidación quedó sin cambios. Pero en la plaza de los operadores, donde se negocia el GD30, el MEP subió $ 1 a 160,93 y el contado con liquidación $ 1,07 a $ 166,77.
Nadie duda que el Banco Central tiene reservas para contener a estos dólares hasta las elecciones y que cada día deberá vender más dólares para contener los precios, pero para eso deberá desistir de pagar al Club de París y de no utilizar los fondos que le enviará el FMI para cancelar deuda.
Las reservas de libre disponibilidad suman USD 6.800 millones, pero buena parte se utilizarán para satisfacer la demanda de los importadores porque se quiere bajar la inflación debido a que, si van a buscar al mercado alternativo los dólares que les niegan en la plaza oficial, provocarían una mayor presión inflacionaria.
Por eso en la plaza mayorista donde el dólar aumentó 5 centavos a $ 95,37 y se negociaron USD 302 millones, el Banco Central vendió a los importadores todo lo que compró a los exportadores y quedó con saldo neutro.
Como además tuvo que pagar deuda a los organismos multilaterales USD 183 millones y el oro se derrumbó 4,5% a USD 1.776 por onza -en las reservas hay 60 toneladas de oro y esta baja representa más de USD 100 millones- se perdieron USD 291 millones y las reservas quedaron en 42.400 millones.
Los títulos de la deuda con legislación extranjera tuvieron bajas generalizadas y el riesgo país aumentó 17 unidades a 1.493 puntos básicos. Los bonos indexados, después de absorber el impacto que produjo que mayo exhibiera una inflación menor a la esperada, aumentaron 0,30% y recuperaron lo que perdieron el día anterior.
La Bolsa con negocios por $1.188 millones no tuvo una buena rueda, aunque el bajo volumen de negocios muestra que hay resistencia a desprenderse de las acciones que fueron las que menos padecieron los movimientos negativos. Si bien se hablaba de que el hecho de que en pocos días se puede declarar a la mayoría de las acciones cotizantes en “mercado fronterizo”, esa no fue la principal razón de que el S&P Merval, el índice de las acciones líderes, cayera 1,68%.
Las acciones más destacadas fueron las de Transportadora Gas del Norte (+2,14%) que ha sido la estrella de las últimas ruedas por lo atrasado de sus precios. BYMA aumentó 2,06% y Ternium, 0,57%. En el extremo opuesto estuvieron Cresud (-5,31%), YPF (-4,28%) y Transener (-4,17%).
Los ADR’s -certificados de tenencias de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- operaron un elevado monto de $ 2.697 millones. Los certificados argentinos tuvieron una rueda negativa. Las bajas más pronunciadas fueron las de Cresud (-6,97%) e YPF (-6,55%) debido a la baja del petróleo en el mundo.
La Argentina fue el único país que padeció en la región. En Chile, el dólar cayó a los mínimos del año y fue la séptima baja consecutiva, mientras se disparó el precio del cobre. En Brasil, el dólar bajó 0,71% a 5,02 reales tras la decisión del Banco Central de elevar la tasa de referencia, la Selic) 0,75 puntos arriba a 4,25% anual. La Bolsa de San Pablo, perdió 0,9% por la baja de las acciones de las empresas petroleras.
La comparación de lo que sucedió con la Argentina y los países de la región muestran lo poco acertado de las últimas medidas económicas que aumentaron la inseguridad jurídica al poner en duda el pago de las deudas con el FMI y el Club de París. El derrumbe de la soja reforzó la decisión de los fondos del exterior de alejarse de la Argentina hasta que el panorama esté más claro.
SEGUIR LEYENDO