En medio de la fiebre por las criptomonedas en todo el mundo y el cuestionamiento de muchos ecologistas y figuras de renombre, como Bill Gates, por el impacto ambiental inherente a la “fabricación” de las mismas, un granjero galés se dedica a transformar el metano que se desprende de los excrementos de vaca en energía para alimentar unas potentes computadoras dedicadas a minar Ethereum.
Se trata de Philip Hughes, quien cultivó la tierra durante generaciones, pero ahora se está dedicando a la “minería” de criptomonedas, utilizando computadoras alimentadas por energía renovable a partir del estiércol de vaca para generar nuevos activos.
Según una publicación de la BBC, Hughes instaló potentes ordenadores en su granja al norte de Irlanda gracias a la energía renovable que se obtiene cuando un motor de seis cilindros transforma el metano que se desprende de la descomposición del estiércol de las vacas en electricidad. Este producto se puede utilizar para generar calor o energía, pero, en caso de no darle algún uso, se iría a la atmósfera donde es “un poderoso gas de efecto invernadero”.
El proceso se llama digestión anaeróbica. En ausencia de oxígeno, los microbios descomponen el estiércol y producen metano, que puede quemarse para producir calor y electricidad, en lugar de ingresar a la atmósfera donde actuaría como un poderoso gas de efecto invernadero.
De acuerdo a la publicación, cerca de dos tercios de la electricidad generada por esta vía ayuda a alimentar la granja , pero el resto alimenta las computadoras del tamaño de una valija utilizadas para minar criptomonedas.
Actualmente, Hughes está extrayendo Ethereum. “Los ingresos fueron buenos, pero depende mucho del día en que hagas esa pregunta”, afirmó el granjero, en relación a la notoria volatilidad de esta moneda digital.
No obstante, su negocio de criptomonedas se basa en producir un activo cuyo valor puede cambiar drásticamente, a veces en respuesta a un solo comentario del fundador de Tesla, Elon Musk, o el ex presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Si el mercado colapsa, afirmó Hughes, destinará la potencia informática de las plataformas a otros usos.
En tanto, el uso de la energía renovable para el minado de criptomonedas es cuestionado en el mundo. Es el caso, por ejemplo, del experto en economía financiera Alex de Vries, que, en el blog Digiconomist, afirmó que es un desperdicio de energía verde y compara el potencial del minado con el de otros procesos del sistema financiero tradicional: “Bitcoin sólo puede procesar 7 transacciones por segundo; un procesador de pagos como Visa realiza hasta 65.000”.
También critica la poca vida útil de las computadoras utilizadas para minar criptomonedas. En su opinión, estas pueden quedar obsoletas en poco tiempo, generando una gran cantidad de desechos electrónicos.
Cabe destacar que cuanto más alto sea el valor de las criptomonedas, más dinero va a recibir el minero. Y, por lo tanto, más plata está dispuesto a invertir en hardware para resolver el problema matemático y más computadoras va a tener en el galpón.
Según la Universidad de Cambridge, que presentó el Índice de Consumo de Electricidad de Cambridge Bitcoin, CBECI por sus siglas en inglés, el bitcoin consume 121,36 TWh, lo que equivale al consumo total de la Argentina, que es de 121 TWh, lo que la ubica en el puesto 31° del ranking mundial de utilización de la energía. El primer puesto en el listado lo tiene China con 5564 TWh. Sigue Estados Unidos con 3902 Twh.
Como la energía eléctrica es cara, las empresas que persiguen la rentabilidad con minería de bitcoins tienen preferencia por los países donde la energía es más barata. Esto explica la profusión de granjas de bitcoin en Islandia y en Kuwait. Irán también es un lugar frecuente, porque la energía está subsidiada por el Estado, pero tanta actividad energética trae apagones, un consumo desmedido de combustibles fósiles y emisiones de CO2 en grandes cantidades.
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