Equilibrio fiscal de patas cortas: advierten que la mejora del déficit que logró Martín Guzmán desaparecerá en los próximos meses

El gasto se acelerará en el segundo semestre, empujado por la inflación, que contribuyó durante los primeros meses del año a retrasar jubilaciones y salarios públicos. Las elecciones impactarán en las cuentas del ministro de Economía, a la vez que empezaría a ceder el crecimiento de los ingresos extraordinarios

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Foto: Adrián Escandar
Foto: Adrián Escandar

Condicionado cada vez más por la política en un año electoral, al ministro de Economía, Martín Guzmán, se lo elogia tanto como se lo critica por el ajuste fiscal que exhiben las cuentas públicas. En un contexto marcado por los fuertes ingresos extraordinarios proveniente de las retenciones y con un gasto domado a base de retrasar jubilaciones, planes sociales y salarios públicos, el resultado primario de los primeros cuatro meses, con un desequilibrio de apenas 0,2% del PBI y el más bajo en los últimos 6 años, podría poner verde de envidia al más ortodoxos de los ex funcionarios que alguna vez tuvieron la misión de acabar con el rojo fiscal. Sin embargo, son pocos los que creen que esta mejora es sostenible y muchos menos los que ven allí una política de largo plazo. Por el contrario, algunos economistas le ponen fecha de vencimiento al virtual equilibrio, y bien cercana: durante el segundo semestre.

El primero en encender la mecha fue el ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, quien hace pocos días llamó la atención sobre el resultado obtenido por Guzmán “muy por encima de lo presupuestado” y advirtió que eso sólo era posible por el aumento de la recaudación impositiva y el atraso “importante” de las prestaciones de la seguridad social y sueldos públicos. “Estos comportamientos sólo pueden explicarse por el efecto de una inflación mucho más alta que la presupuestada”, afirmó. Y el debate prendió: ¿el de Guzmán es un camino al equilibrio fiscal o un ajuste inflacionario?

Un reciente informe de Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) destaca que por el lado de los ingresos, los derechos de exportación llevan recaudados casi $200.000 millones más que el año pasado pero que ese crecimiento menguará en la segunda mitad del año. En contrapartida, del lado del gasto, se producirá el efecto contrario ya que, en los próximos meses, tomaría más impulso. No sólo por la incidencia de las elecciones, siempre determinante en esta variable, sino porque aquellos gastos que no se actualizaron durante la primera parte del año, lo harán durante los próximos meses, a la luz de los nuevos datos de inflación. Las negociaciones paritarias, que ya se empiezan a cerrar muy por encima del 29% que en su momento aceptó el gremio de los bancarios y que ahora pide reabrir dos meses antes de lo pautado, es un buen ejemplo.

La mejora observada en los primeros 4 meses del año se revertirá en los últimos 4 ya que con la aceleración de la inflación primero crecen los ingresos y más tarde, con rezago, crecerán los gastos empujados por esa inflación

Es en esa dinámica, además, que en el Ministerio de Economía se sentirán más fuertes las presiones para aumentar el gasto electoral.

El punto es que este equilibrio fiscal del primer cuatrimestre es bastante endeble. Por el lado de las erogaciones, aparece el principal gasto que son las jubilaciones. Hasta ahora aumentaron 29%, pero ya se sabe que en junio van a aumentar 37% y en la segunda mitad del año van a tender al 45%, ya que la nueva fórmula de movilidad jubilatoria ajusta por salarios, que se acercan al 40% de crecimiento”, explicó el autor del informe y presidente de IDESA, Jorge Colina. “Lo mismo por el lado de los salarios públicos, que crecieron apenas 28%, los cuales se ajustarán al alza en la segunda mitad. Los subsidios a la luz, gas, agua y transporte vienen creciendo por encima del 50% y se vio que no hay voluntad política de torcer este gasto. En definitiva, lo que se está observando no es una tendencia al equilibrio fiscal sino un ajuste inflacionario”, aseguró.

En la misma línea de Cavallo, para el instituto económico, la mejora observada en los primeros 4 meses del año se revertirá en los últimos 4 ya que con la aceleración de la inflación primero crecen los ingresos y más tarde, con rezago, crecerán los gastos empujados por esa inflación.

Es en esa dinámica, además, que en el Ministerio de Economía se sentirán más fuertes las presiones para aumentar el gasto electoral. De hecho, el ajuste que se alaba al ministro es motivo de preocupación en el ala más dura del Frente de Todos, diferencias que quedaron abiertamente expuestas con el affaire de las tarifas y la renuncia trunca del subsecretario de Energía, Federico Basualdo.

El ala política del Gobierno estaría en desacuerdo con esta tendencia al equilibrio fiscal. La razón es que se trata de un año electoral donde mucha gente está sufriendo la falta de ingresos por la crisis económica y cierre de las actividades por el coronavirus. En esta visión, no sería el momento más oportuno para andar generando equilibrios fiscales”, redundó Colina.

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