Brasil sigue siendo el principal receptor de capitales de la región y a la Argentina llega solo el derrame de esos fondos

Hay fondos del exterior que ingresan a través de la Bolsa de San Pablo porque la suba de la inflación en Estados Unidos los empuja a buscar renta en los mercados emergentes

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En la Bolsa de San
En la Bolsa de San Pablo, el índice Bovespa muestra niveles récord

La preocupación vino de la mano de la ley que permitirá que las provincias suban sus impuestos internos, en particular Ingresos Brutos e inmobiliarios, que inciden en toda la escala de valor de los distintos productos. Por supuesto, es una medida generará más inflación y caída de salarios por el encarecimiento de los distintos productos. No hay que olvidar que se aplica a los insumos que hacen al producto final y a cada paso de la venta del producto final por distribuidores, intermediarios hasta la venta final al consumidor. En cada paso, esta tasa se acumula porque no es deducible como el IVA.

Lo absurdo es que tras el fracaso del blanqueo para que los argentinos traigan dólares en el exterior para volcarlos a la construcción de edificios en pozo, se apruebe una suba de las tasas inmobiliarias en las provincias. Cuando la oferta de departamentos a la venta es récord, los castigan más. Paraguay y Uruguay agradecidos, porque con el dinero que los argentinos obtienen vendiendo los inmuebles locales compran en esos países, donde los alquilan en dólares. Hacen trámites para fijar su domicilio fiscal y eludir un sistema de impuestos sofocantes.

Por eso, los inversores, que ya hicieron cabecera de playa en las acciones, se hicieron más selectivos, aunque los fondos del exterior siguieron ingresando porque la suba de la inflación en Estados Unidos los empuja a buscar más renta y los alienta a buscarlas en los mercados emergentes para compensar la tasa negativa que dan los bonos norteamericanos y el agotamiento de las subas continuas de Wall Street y el Nasdaq.

Por supuesto, Brasil sigue siendo el principal receptor de capitales y lo que llega a la Argentina es un derrame de esos fondos. Brasil anticipa lo que sucederá aquí. En San Pablo, el Bovespa, el principal índice bursátil, sigue en valores récord pero sus alzas diarias son más moderadas. Ayer subió 0,13% al tiempo que el dólar bajó 0,07% a 5,006 reales y está por cotizar por debajo de los 5 reales. Hay quienes esperan un dólar a 4,50 reales. Hasta hace dos meses, el Banco Central brasileño debía vender dólares para evitar la suba de la moneda de Estados Unidos.

En la Argentina, con la Bolsa sucederá lo mismo cuando los inversores comiencen a seleccionar los papeles en los que invierten. Lo cierto es que el hecho de que el dólar se debilitara en el mundo al ceder 0,03% frente a las 6 principales monedas y que el rendimiento de los bonos del Tesoro de Estados Unidos bajara a 1,45% porque sus precios subieron ya que los inversores buscaron refugio en estos títulos y en el oro. La inflación de 0,7% de la inflación de mayo que equivale a una tasa interanual de 3,8%, deja en un sitio muy negativo a los rendimientos de los títulos del Tesoro. Por eso los fondos tienen que salir a buscar activos -aun ensuciando sus carteras- para que la rentabilidad supere a la inflación.

La suba del oro y la baja del dólar beneficiaron a las reservas argentinas. El Banco Central no compró divisas en la plaza mayorista, pero este cambio en las condiciones de los activos que integran las reservas las hizo subir USD 42 millones a 42.660 millones. El dólar mayorista subió 5 centavos a $ 95,11 con un buen monto de negocios de USD 292 millones, producto de las liquidaciones de los exportadores. Pero la demanda de los importadores se llevó casi todo lo ofrecido.

Los bonos de la deuda, tuvieron un reacomodamiento porque los de ley local estaban por debajo de los de ley extranjera. La baja de los títulos con ley extranjera hizo que el riesgo país subiera 12 unidades (+0,89%) a 1.475 puntos básicos.

Los dólares financieros volvieron a ceder alrededor de 0,50% tanto en el mercado oficial, donde no intervino el Banco Central, como en el de las mesas de dinero donde se opera con el GD30. El “blue” en el mercado libre, con escasos negocios, subió $ 1 a 157.

La Bolsa negoció $ 2.015 millones, el segundo volumen más importante desde que comenzó la resurrección. El S&P Merval, el índice de las acciones líderes, tuvo un día de vacilaciones, pero la mayoría del tiempo estuvo en terreno positivo y cerró con un aumento de apenas 0,05%. Las ganancias se recortaron sobre el final de la rueda.

Las subas más importantes fueron las de Comercial del Plata (+5,77%), YPF (+2,42%) y Grupo Valores (+1,91%). Las caídas fueron de magnitud. Edenor (-8,93%) devolvió buena parte de las ganancias de los últimos días. Transener (-5,24%) y Transportadora Gas del Norte (-5,09%), soportaron una fuerte toma de ganancias después de la buena rueda anterior.

Los ADR’s -certificados de tenencias de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- volvieron a negociar un volumen inferior al de las acciones. Las operaciones totalizaron $ 1.982 millones.

Los certificados argentinos tuvieron una rueda mixta. Lo mejor pasó por MercadoLibre (+4,31%), seguido de YPF (+3,06%) y por Globant (+2,32%). Las caídas más relevantes fueron las de Edenor (-8,41%), Corporación América (-3,59%) e IRSA Propiedades Comerciales (-3,02%).

La tendencia seguirá, a pesar de los cambios, porque la compra de acciones es una apuesta largo plazo porque los valores en dólares son exageradamente bajos. De hecho, los fondos de renta variable de los bancos, que permiten a los ahorristas entrar al mundo bursátil, están creciendo de una manera notable y han hecho mermar el avance de los depósitos UVA.

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