Menos congelamientos: el Gobierno da señales de un cambio de estrategia para combatir la inflación

De la lista de 2.200 productos con precios fijos se pasó a otra de sólo 70, respondiendo a un reclamo que venían realizando las compañías alimenticias. Martín Guzmán dijó ayer que los controles de precios son “transitorios”

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El programa “Súper Cerca” representó lo que puede ser visto como un punto de inflexión del Gobierno en la lucha contra la inflación. La secretaría de Comercio Interior dio de baja de un día para el otro el programa de congelamiento de 2.200 productos que duró más de un año y lo reemplazó por otro programa que congela precios por seis meses, pero que abarca apenas a 70 productos.

Además, el ministro de Producción, Matías Kulfas, fue explícito al señalar que no continúa el programa Precios Máximos (es decir el congelamiento de aquellos 2.200 productos) y que en los supermercados sólo se mantendrá Precios Cuidados, un programa de precios de referencia que incluso mantuvo el gobierno de Mauricio Macri durante toda su gestión. Súper Cerca, con etiquetas fijas en los precios de los productos que participan en el programa, será exclusivamente para locales de cercanía, como almacenes y autoservicios.

Las alimenticias venían llevando adelante una fuerte presión en las conversaciones que mantenía en los últimos meses con el Gobierno. Argumentaban que Precios Máximos era un programa “insostenible”, en un contexto de fuerte aumento de costos pero que impedía llevar esas mayores cargas a las góndolas.

Quedan ahora dos programas para regular los precios de productos de consumo masivo. Por un lado, Super Cerca, con una lista de 70 productos congelados por 180 días. En los supermercados continuará Precios Cuidados, que son utilizados como referencia desde el gobierno de Cristina Kirchner

El fantasma que sobrevolaba estas discusiones siempre fue el peligro de desabastecimiento. O sea dejar de producir ante la posibilidad de incurrir en pérdidas, como ya le sucede a varias compañías, por ejemplo del sector lácteo. En medio de las disputas, el Gobierno había intimado a las compañías a producir a “máxima capacidad” justamente para evitar faltantes.

El propio Martín Guzmán aseguró ayer en una charla con empresarios en el marco de la presencia del Presidente español, Pedro Sánchez, que los controles de precios son “transitorios” y resultan necesarios para amortiguar los efectos de la crisis.

La decisión de dejar atrás Precios Máximos se da, por otra parte, en medio de un contexto de elevada inflación, que en los últimos meses se ubicó en torno al 4% mensual. Por lo tanto, la medida puede interpretarse incluso como inesperada, teniendo en cuenta además los antecedentes en la materia del kirchnerismo.

En el fondo, parece haber un reconocimiento sobre la inutilidad de controles estrictos de precios para dominar la inflación. Y el peligro de que se destape la olla una vez que se sale de este tipo de esquemas.

La incógnita, por supuesto, es qué pasará con los precios que se mantuvieron congelados o semicongelados durante tanto tiempo. Es posible que se produzca un ajuste en algunos productos que termine impactando en los niveles de inflación de los próximos meses.

Guzmán y Kulfas recibieron ayer a Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo de España
Guzmán y Kulfas recibieron ayer a Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo de España

Aunque se insiste desde distintas usinas oficiales con que la inflación es un fenómeno “multicausal”, en los últimos meses el Banco Central se mantuvo vigilante de la base monetaria, que prácticamente no aumentó en lo que va de 2021. Esto es un reflejo de la reducción del déficit fiscal primario, que cayó sustancialmente en los primeros meses aunque repuntaría en el segundo semestre.

Al mismo tiempo, se mantiene el gradualismo para ajustar el dólar oficial, que viene subiendo a un ritmo de apenas 1,2% mensual. Utilizar al tipo de cambio como ancla antiinflacionaria es algo habitual en épocas preelectorales. Y el tipo de cambio real no se deterioró en los últimos meses, por lo que hay margen para mantener ese retraso cambiario hasta fin de año.

En el caso de las tarifas se optó por un “semicongelamiento”, al admintirse un ajuste menor tanto para electricidad (9%) como para gas (6% desde este mes). El Gobierno compensa a las compañías con subsidios, que vienen en pleno aumento. El desafío que tiene por delante Guzmán es evitar que vuelvan a desequilibrar el nivel de gasto como ocurrió durante la última parte del gobierno de Cristina Kirchner. Para 2015, los subsidios económicos llegaron a representar 5% del PBI.

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