Los bancos arrasaron con Letras del Tesoro, cayó el dólar y subieron bonos y acciones: qué hay detrás de la euforia

Las apuestas del mercado parten de la base de que esta calma durará hasta las elecciones porque las buenas noticias financieras equivalen a pronósticos negativos para el oficialismo en las urnas

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FOTO DE ARCHIVO. Billetes de
FOTO DE ARCHIVO. Billetes de cien dólares estadounidenses son contados en un banco en Westminster, Colorado, EEUU. 3 de noviembre de 2009. REUTERS/Rick Wilking

La licitación de bonos y letras del Tesoro excedió las expectativas y cubrió gran parte de las necesidades del mes para el Tesoro, ya que se esperaban recaudar $ 19.500 millones y se captaron $ 163.303 millones, debido a que los bancos barrieron con las Letras que ajustan por el CER y representaron 78,5% de lo recaudado. Las Leliq que utilizaron para canjearlos, rinden 38% anual contra LECER que ajustan por una inflación que crece a un ritmo de alrededor de 4% mensual. Por otra parte, era el único bono que se licitaba al que podían aspirar los bancos porque para canjear las Leliq debían hacerlo por instrumentos con un plazo mínimo de 180 días de vencimiento y las dos LECER vencían en marzo y mayo próximos.

Como la secretaría de Finanzas tiene un importante fondeo, los vencimientos de $ 244.500 millones de este mes están cubiertos y la próxima licitación servirá para fondear dinero para los vencimientos de julio que también son elevados.

A la buena señal que dejó la licitación se sumó el reencauzamiento de la Bolsa después de la toma de ganancias de la rueda anterior. La euforia volvió a los inversores y se operaron $ 1.824 millones, un monto 15% superior al del día anterior. El S&P Merval, el índice de las acciones líderes, aumentó 2,58% y los papeles de mejor comportamiento fueron los de Edenor (+9.03%), Transener (+7,57%) y BBVA (+6,52%).

Los ADR’s -certificados de tenencia de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- operaron un volumen menor al de la rueda del día anterior de $ 1.373 millones. La atención de los inversores locales se desplazó desde los vacilantes índices neoyorquinos a Buenos Aires. Los certificados tuvieron una rueda positiva donde las mayores alzas replicaron a las de la Bolsa local y correspondieron a Transportadora Gas del Sur (+7,33%), BBVA (+7,29%) y Edenor (+7,25%).

Los títulos de la deuda también tuvieron una gran rueda y los de ley extranjera, con los que se calcula el indicador del riesgo país, crecieron hasta 1,5%. De esta manera, el riesgo bajó nada menos que 31 unidades (-2,1%) a 1.463 puntos básicos.

Los dólares financieros retrocedieron sin intervención del Banco Central. En la plaza oficial donde el Banco Central opera el AL30, se negociaron USD 28,9 millones en el dólar MEP que bajó 80 centavos a $ 159,68. En la plaza libre, donde los operadores utilizan el GD30, cedió 74 centavos a $ 159,74. El contado con liquidación con negocios por USD 38,3 millones perdió 24 centavos y quedó en $ 168,39. En las mesas de dinero se pagó 38 centavos menos a $ 165,98.

El “blue” quedó sin cambios en $ 156 y en la plaza mayorista, el dólar que se utiliza para el comercio exterior, aumentó 4 centavos a $ 95,06. Las operaciones fueron las más elevadas de los últimos tres meses -casi USD 400 millones- lo que permitió que el Banco Central compre USD 70 millones al tiempo que las reservas subieron USD 218 millones a 42.618 millones.

Pero atención: en el mercado de futuros del dólar, la calma dura hasta octubre, después la curva se empina como si el mercado creyera en una devaluación inevitable. De la misma manera que hoy apuesta a que la inflación no baja, en el futuro no creen que se pueda mantener el anclaje y este ritmo de devaluación de tan solo 15% anual que es la tercera parte de la inflación que se espera para todo el año.

El único trámite que le queda pendiente al Gobierno para vivir más relajado es la negociación de la deuda de la provincia de Buenos Aires. De todas maneras, el mercado sabe que esta calma durará hasta las elecciones primarias porque las buenas noticias financieras son apuestas a que el oficialismo perderá bancas legislativas en las próximas elecciones. Eso significaría que tendrá menos poder para reformar la justicia e imponer leyes que no son bien vistas por los empresarios y muchas de ellas tienen que ver con estatizaciones.

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