A días de la colecta anual de Cáritas su presidente, el obispo de Quilmes Carlos Tissera, hizo un dramático llamado a colaborar ante el acelerado aumento de la pobreza en todo el país. Pero además señaló que es necesario reactivar la economía para que se creen más puestos de trabajo genuinos que permitan superar la crisis social.
“Argentina se encuentra ante una crisis sanitaria, social y económica sin precedentes en la que familias enteras sufren y, literalmente, están muriendo sin asistencia”, dijo el obispo en un comunicado de presentación de la Colecta Anual de Cáritas, que tendrá lugar los días 12 y 13 de junio.
“Cáritas hace un llamado a asumir las responsabilidades que a cada uno le compete, para encarar juntos una agenda que responda verdaderamente a las necesidades urgentes. Les pedimos a todos los actores de la vida social, a los dirigentes políticos, a los empresarios, a las organizaciones civiles, a los sindicatos que trabajemos juntos en una agenda común que dé respuestas al drama de los argentinos”, agregó.
“Argentina se encuentra ante una crisis sanitaria, social y económica sin precedentes en la que familias enteras sufren y, literalmente, están muriendo sin asistencia” (Tissera)
“Necesitamos de forma urgente poner en marcha el aparato productivo del país, para que crezca la economía y se creen más fuentes de trabajo genuinas. Lo necesitan nuestros hombres y mujeres, para que se recree en sus familias la esperanza en un futuro mejor para sus hijos”, dijo Tissera.
“Los desencuentros políticos e ideológicos agravan el problema, porque sólo generan más división. Tenemos que unirnos ahora y no perder tiempo en discusiones estériles ni especulaciones electoralistas. No sea que la crisis termine por dejarnos sin fuerzas o que el daño sea imposible de reparar.
Cáritas presentó su colecta anual de la mano del Observatorio de la Deuda Social de la UCA. La organización asegura haber atendido a 3,2 millones de personas desde el comienzo de la pandemia, con 36.000 voluntarios que trabajan en áreas como educación, primera infancia, economía social y solidaria, adicciones y vivienda, a los que se suman los numerosos programas locales, que desarrollan las comunidades diocesanas.
“Necesitamos de forma urgente poner en marcha el aparato productivo del país, para que crezca la economía y se creen más fuentes de trabajo genuinas” (Tissera)
El informe de la UCA presentado junto a la conferencia de prensa de Cáritas mostró un claro aumento, no sólo en los niveles de pobreza, sino también en los de indigencia. Con especial incidencia en la indancia: más de la mitad de los chicos son pobres, porcentaje que alcanza casi el 75% en el Conurbano bonaerense y otras zonas del país. “En estos lugares, de cuatro chicos que se sientan a una mesa, solo uno come todos los días”, dijo la UCA.
El informe también se enfoca sobre la caída del empleo formal y sobre cómo las medidas sanitarias afectaron, con mayor fuerza, a quienes contaban con empleos precarios y a los trabajadores de la economía informal. También, al hecho de que junto a la pobreza material crecieron considerablemente las múltiples consecuencias psicológicas y afectivas, provocados por la enorme presión emocional que se genera tanto por la enfermedad, como por las medidas asumidas para afrontarla.
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