Cerrará a fin de mes un trimestre histórico para el Banco Central, con un ingreso récord de divisas gracias a los precios de los granos en máximos históricos, que incluso anticiparon a marzo la liquidación de la cosecha. Esa lluvia de dólares, que a mayo sumó un volumen inédito de USD 13.300 millones, le permite al Banco Central mantener la pax cambiaria y también acumular reservas netas, imprescindibles para cumplir con los pagos internacionales hacia fin de año y evitar bruscos saltos cambiarios. Pero, así como no hay mal que dure 100 años, tampoco los tiempos de bonanza son para siempre. Por el contrario, en la Argentina, suelen ser más bien efímeros.
Si bien se mantendrá firme en las próximas semanas el ingreso de los agro-dólares, la tormenta habría alcanzado el mes pasado su máxima intensidad y, a partir de ahora, comenzará a perder ímpetu. De hecho, de acuerdo al seguimiento de la consultora de Gabriel Rubinstein, el ritmo de liquidación se redujo 25% en las últimas dos semanas. Claro que desde un promedio superior a los USD 900 millones por semana durante mayo, lo que ubica el nuevo flujo en USD 660 millones semanales promedio.
Pero entre mediados de julio y agosto, en tanto, la estacionalidad se revertirá definitivamente y las posibilidades del Banco Central de comprar dólares y acumular reservas serán ínfimas. Por el contrario, se prevé que entre tercer y cuarto trimestre, la autoridad monetaria deberá gastar incluso más de la mitad del colchón obtenido. En cifras concretas, desde marzo el BCRA logró sumar a las reservas unos USD 2.500 millones, monto que crecería en al menos unos USD 700 millones en las próximas cuatro a seis semanas. Sin embargo, este total se achicaría en más de 50% hacia fin de año. Esto aún sin contar los pagos de capital al Fondo Monetario -sólo intereses-, de los vencimientos que operan en septiembre y diciembre.
Es que el saldo positivo de USD 1500 millones en las reservas netas que dejaría la actual cosecha resultan insuficientes para cubrir esas obligaciones. Esto a pesar de que el BCRA contará, tal como informó ayer Infobae, con otra invalorable ayuda, la menor salida de dólares por turismo al exterior. Por esa vía, el Banco Central llegó a perder unos USD 8.000 millones, también en tiempos de fuertes restricciones cambiarias como 2013.
“En términos cambiarios, no habría mayores dificultades aunque a partir de septiembre el BCRA va a tener que empezar a vender, aunque puede ajustar más las clavijas de las restricciones”, aseguró Pablo Repetto, economista de la consultora GRA. “En esa época del año, desde agosto, cae muy fuerte la liquidación y va a coincidir con la plena campaña electoral”, agregó.
Por lo pronto, existen tres factores que incidirán en el ingreso de divisas durante las próximas semanas. En primer lugar, el reacomodamiento del precio de la soja, que finalmente se estabilizó debajo de los USD 600 la tonelada y la baja del precio del maíz. En segundo lugar, el efecto del conflicto con el campo por la exportaciones de carne podría haber ya influído en la baja desde fines de mayo. Finalmente, los factores estacionales típicos de la liquidación podrían, dado el altísimo nivel de precios ya obtenido, intensificarse. “Por los muy altos precios, no haría falta liquidar al mismo ritmo de ahora en más. En temporada preelectoral podría haber una retención de cosecha más pronunciada porque el volumen de liquidación fue muy alto durante los primeros meses”, explicó Repetto.
De hecho, el ingreso masivo de dólares comenzó antes de lo habitual. El primer trimestre del año registró un flujo inusual de casi USD 7.000 millones, aunque la autoridad monetaria sólo pudo retener para las reservas menos de USD 400 millones. Esa cuenta cambió radicalmente a partir de abril y mayo. El mes pasado, el Central retuvo gran parte de las compras de dólares acumuladas y las reservas netas se incrmentaron en más de USD 1.600 millones.
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