Las restricciones para el turismo internacional podrían traerle al equipo económico noticias tan buenas como el aumento del precio internacional de la soja, que la semana pasada volvió a dispararse hacia los USD 600 por tonelada. Así como los analistas hacen estimaciones de cuántos dólares extra dejarán en las arcas públicas las agroexportaciones, otros estiman un beneficio casi tan cuantioso por los dólares que dejarán de salir del país por las trabas que tienen los argentinos para viajar al exterior, donde se combinan factores tanto sanitarios como económicos. Más allá del bolsillo de los argentinos, muchos países tardarán en volver a recibir turistas.
“Respecto del turismo, el Banco Central ha perdido cuantiosas divisas en los períodos de atraso del tipo de cambio o de brecha cambiaria. Por ejemplo, el rojo alcanzó USD 8.600 millones en 2013 y USD 10.700 millones en 2017. Producto de la pandemia, el turismo internacional se redujo considerablemente en 2020, desplomando el déficit a menos de USD 2.000 millones”, señaló Lorena Giorgio, economista jefe de la consultora Equilibra, quien no ve motivos para que ese déficit no se mantenga igual de acotado este año. Nada hace creer que en 2021, del que ya pasaron cinco meses, los argentinos puedan volver a gastar divisas en el exterior como lo hacían en la era prepandemia.
Por otra parte, cuando existe una brecha amplia entre el dólar oficial y el paralelo, como en la actualidad, el turismo genera una situación particular: los dólares que se van lo hacen a través del mercado formal pero los que ingresan lo hacen por el mercado libre. Cuando los argentinos gastan en el exterior, la salida de dólares impacta sobre las reservas del Banco Central; gran parte del ingreso de dólares que hacen los turistas extranjeros, en cambio, suele ser por la vía informal. Ningún extranjero venderá sus dólares a $100 en un banco o una casa de cambio si puede hacerlo a $157 en cualquier comercio o en la calle.
Producto de la pandemia, el turismo internacional se redujo considerablemente en 2020, desplomando el déficit cambiario a menos de USD 2.000 millones. En 2013, aún con cepo cambiario, había sido de USD 8.600 millones
En el escenario actual, “este fenómeno implica que el turismo no impacte demasiado en el MULC por el lado de que no hay tanta entrada de dólares, pero si lo favorece mucho que no haya tantas salidas”, según Giorgio.
Esta menor salida de dólares por la vía del turismo resulta casi tan positiva para las cuentas cambiarias como el ingreso extra de divisas que provocó la fuerte suba de las commodities que exporta la Argentina, con la soja a la cabeza.
Los cálculos que hacen en Equilibra son claros: este año, la Argentina recibirá USD 15.000 millones extra. Ese número global supone un roll over del pago al Club de París que debió hacerse el 31 de mayo pasado. De ellos, USD 4.350 millones provendrán de la ampliación de capital del Fondo Monetario Internacional y llegarán bajo la forma de los Derechos Especiales de Giro (DEG). Otros USD 10.000 millones serán aportados por el campo y sus buenos precios para exportar.
“Este fenómeno implica que el turismo no impacte demasiado en el MULC por el lado de que no hay tanta entrada de dólares, pero si lo favorece mucho que no haya tantas salidas” (Lorena Giorgio)
Pero a la vez, el Banco Central tendrá una ayuda invalorable con la restricción del turismo: el déficit anual por esa vía, que llegó a superar los USD 8.000 millones aún en años de cepo estricto, como 2013, este año llegará apenas a la cuarta parte de esa cifra.
“El Banco Central tendrá bastante poder de fuego como para domar la brecha, hoy en 75%, no la vemos mucho más alta de 85% o 90%. De los USD 10.000 millones extra del campo, con los números de mayo sabemos que el BCRA compró USD 5.500 millones y probablemente llegue a 7.500. Habrá que ver cuánto gasta en mantener la brecha acotada, interviniendo con bonos, y cuánto puede destinar a incrementar sus reservas netas”, explicó Giorgio.
El escenario cambiario suele complicarse a medida que se acerca un período electoral, ya que es sabido que los inversores y las empresas prefieren pasar las elecciones en dólares. No obstante, en la consultora esperan que la situación cambiaria “se mantenga contenida”, un punto de partida clave para que el equipo económico pueda acercarse a las metas fiscales y monetarias planteadas en el Presupuesto, la “hoja de ruta” pregonada por el ministro Martín Guzmán.
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