
Antes de comenzar a levantarse una pared de ladrillos, sea de forma particular (mucha gente por estar más tiempo en sus hogares emprendió obras) o por medio de una constructora, es fundamental tener presente la ubicación y función (muro interior, medianero o exterior); altura, la superficie en donde será apoyada (tierra, losa o contrapiso); y el acabado, tanto por estética como por economía. Sobre esa base se definirán la materiales, sus aspectos estructurales y funcionales, tales como calidades de aislante térmico, hidrófugo y acústico.
La arquitecta Laura Nocito, especificó a Infobae, que, “los muros pueden materializarse con diversas tecnologías, desde las comunes, macizos de tierra cocida, ladrillos cerámicos de construcción tradicional (huecos o portantes) y los bloques de cemento clásicos. También surgieron en los últimos tiempos los modernos y de creciente difusión compuestos de bloques de hormigón celular curado y los de placa de roca de yeso con estructura de perfilería de acero galvanizado”.
Dentro de la llamada industria de la cerámica roja, la principal innovación fueron los ladrillos termoeficientes que permiten generar envolventes con alta capacidad de aislación en las construcciones y posibilitan un menor consumo energético para la climatización del hogar.

“Su uso posibilita obtener menores costos para el usuario y además respetar el medio ambiente. Estos productos nuevos son los doble muro de 20 cm y de 27 cm (dm20, dm27) y el denominado econoblock de iguales espesores, que además de ser termoeficientes, ayudan a simplificar la obra y disminuir los tiempos de ejecución. Son materiales que cumplen con la Ley 13.059 de Acondicionamiento Térmico y con las normativas IRAM”, dijo a Infobae, Nelly Lombardi, del departamento de sustentabilidad de Cerámica Ctibor.
Ofrecen muy buena aislación térmica, lo cual además de ahorro de energía no permite que se generen patologías habituales en envolventes de mala calidad ya que evitan las condensaciones en la superficie del muro y por eso no se hacen hongos que perjudican el material y a los habitantes del hogar.
Lombardi añadió, que los ladrillos termoeficientes, “tienen gran durabilidad y resistencia. Es ignífugo (resistencia al fuego de 4 horas). Proporciona aislación acústica, es un sistema abierto para refacciones y ampliaciones. Los arreglos o cambios son fácilmente ejecutables o corregibles total o parcialmente. Además, el sistema constructivo de la cerámica permite hacer una obra en etapas, ya que los materiales resisten muy bien el acopio en exterior sin sufrir alteraciones”.

Los costos generales para levantar un muro por metro cuadrado varían entre $3.600 y $9.700 (desde los más económicos, los comunes, hasta los termoeficientes, los más cotizados).
Paso a paso
Una vez determinada la estructura por realizar, en caso de hacerla directamente sobre la tierra tiene que llegar a suelo compacto y hacer un cimiento corrido, que deberá contar con su correspondiente cajón hidrófugo. Si se opta por losa o contrapiso se levantará directo, aunque si la superficie presenta irregularidades habrá que nivelarla previamente.
“Dependiendo de la ubicación, función y medidas de la pared, el trabajo puede requerir algún tipo de estructura adicional, tal como pilares (elementos verticales) en su longitud y encuentros, encadenados superiores horizontales sobre los cuales pueden apoyar las siguientes estructuras, y dinteles sobre los vanos o aberturas. Todos estos elementos se ejecutan generalmente en concreto con hierro, hormigón o perfilería de acero”, detalló Nocito.
Antes de iniciar el trabajo, se coloca un puntal nivelado con una tanza para tener una línea recta sobre la cual se va a ejecutar la pared (en caso de no tener techo para colocar el puntal, se flecha una regla).
Los expertos recomiendan asegurar tanto la escuadra de la pared (para que guarde perpendicularidad y paralelismo con otras paredes y con las líneas que pueda dibujar el revestimiento del solado), como su plomo (que mantenga la verticalidad en toda su extensión) y nivel en cada hilada ejecutada (es decir que los ladrillos estén todos al mismo nivel a medida que se van colocando).
Cuando el muro se ejecuta en ladrillo es necesario ir humedeciendo los bloques para asegurar que no absorban agua de la mezcla, debilitándola una vez puesta en funciones, lo que puede derivar en posteriores defectos. En la mezcla de asiento, cada tres o cuatro hiladas, se deben colocan varillas de hierro del 6 (milímetros).
Nocito, aclaró, que, “es muy importante resaltar que siempre que el muro no sea meramente divisorio, y que sus medidas superen a las de un elemento autoportante o, por supuesto, que la obra tenga el manifiesto requisito por el municipio, se deberá dar intervención a un profesional o técnico con acervo en el área, tal como un arquitecto o maestro mayor de obras”.

En cuanto a los morteros de asiento, se recomienda utilizar las dosificaciones y/o morteros preparados, de aplicación en manga. Estos sólo pueden aplicarse en ladrillos cerámicos huecos horizontales, los cuales no requieren que sean humedecidos previamente, dado que se aplican en capas milimétricas, reducen la incidencia de los puentes térmicos de las juntas horizontales.
“En los ladrillos de huecos verticales, el mortero de asiento se debe colocar sobre las franjas laterales paralelas a la longitud del ladrillo, donde los huecos son de menor tamaño. Se recomienda utilizar una mezcla espesa, para que no fluya al interior”, explicó a Infobae, Belén Salvetti, del departamento de sustentabilidad del Grupo Unicer (que agrupa varias fábricas del sector).
En los ladrillos de la línea doble muro ( de 20, 24 y 27), el mortero de asiento se debe aplicar en las bandas de asiento, dejando libre la canaleta central. “La función de dicha canaleta es romper el puente térmico que se produce en la junta horizontal, por lo tanto, no debe llenarse con mortero de asiento. Puede aprovecharse el espacio de la canaleta central para colocar una banda de material aislante, que permita mejorar el comportamiento térmico del muro”, aconsejó Salvetti.
Proporciones
Para levantar un metro cuadrado de muro se requieren 15 ladrillos, contemplando la utilización de mortero tradicional. En el caso de que se utilice mortero en manga, se deberán contemplar 16 ladrillos.
Salvetti contó que “la cantidad de mortero dependerá de las medidas del ladrillo y del sistema adoptado, portante o de cerramiento. Si se trata de una pared en contacto con el exterior, se recomienda la utilización de ladrillos termoeficientes, de espesores entre 20 y 27cm, de acuerdo al clima. Para el caso de muros levantados con mortero en manga, recomendamos aplicar 4 cordones de asiento por hilada”.

Además, para levantar la pared, se necesitan cemento, arena, agua, hidrófugo (si el muro es exterior o de un local húmedo), cuchara de carpintero, pala, trompo (para realizar la mezcla de manera uniforme), balde de albañil, tanza, hierro sección del 6 u 8, plomada.
Dependiendo de cual fuera la problemática que surja ante el error, “tirar abajo una pared siempre será la última opción, y la menos frecuente, a menos que la misma no cumpla con sus propiedades fundamentales, el material se encuentre debilitado o se encuentre comprometida su estabilidad. En general, salvo defectos estéticos, los problemas más engorrosos generados en la ejecución suelen requerir de un tiempo para hacerse evidentes. Es por eso tan importante, y a la vez efectivo, contar con la experiencia, a la hora de hacerlo, tanto del ejecutor como del responsable del trabajo”, resaltó Nocito.
Un problema habitual es la aparición de humedades, que pueden provenir tanto de fallas en la estanqueidad del cajón hidrófugo de los cimientos como de fallas por fisuras o cortes en la capa hidrófuga de la superficie exterior. Para estos casos existen numerosas soluciones para aplicar sobre la superficie afectada, siendo algunas tan simples como pinturas elastómericas impermeabilizantes, placas antihumedad o diversos productos inyectables para cortar la humedad ascendente por inversión del ángulo de mojado.

Ante la aparición de fisuras es primordial determinar si su origen es estructural (en cuyo caso la solución puede pasar desde simples llaves de hierro en el sentido de la tracción de la falla, la realización de refuerzos estructurales adicionales, o su destrucción) o si son superficiales y se les dará un tratamiento estético.
Estimación de materiales para un buen revoque
El primer paso es verificar que la superficie se encuentre limpia, firme y mantenerla húmeda (esto es muy importante para evitar que la mezcla a utilizar pierda parte de la propia). Lo habitual, una vez que se levantó la pared, es realizar un revoque grueso (posterior a la aplicación de un azotado hidrófugo si corresponde) que sirve para cubrir, nivelar la superficie y dar una primer terminación. “A continuación podemos realizar el revoque fino con el que dejamos nuestra pared lista para pintar. En algunos casos luego se aplicarán retoques con enduido para perfeccionar aún más la superficie una vez seca. Cuando las superficies son cuantiosas se suelen utilizar máquinas revocadoras que permiten proyectar un material específico acortando los tiempos y evitando la fatiga del responsable de su aplicación”, dijo Nocito.
Una variante tradicional está compuesta por revoque grueso: que se hace con 1 ½ balde de cal, ¼ cemento, 3 baldes de arena y agua (que se deberá incorporar poco a poco hasta conseguir un resultado homogéneo y no tan espeso). Luego se hace el revoque fino, con 3 medidas de arena, 1/8 de cemento, 1 cal aérea, y agua (que se deberá incorporar poco a poco hasta conseguir una mezcla espesa).
Precios
Los ladrillos comunes de 30 cm de espesor, se consiguen en promedio por unidad a $31; los huecos, 18x18x33 cm, por $87; los portantes, de 18x19x33 cm, a $117; los klimablock 27x19x20, a $128, los doble muro (termoeficientes) 27x18x33, a $146,50, y los doble muro 24x18x33, a 147,20 pesos.
Para revoques y morteros, los valores promedian: cemento, bolsa de 50 kilos, $1.100; bolsa de cal, de 25 kilos, $650; arena, $3.200 el metro cúbico; morteros en manga, bolsa de 30 kilos, $1.352; barras de acero de 6 mm, $755 por unidad, e hidrófugo en balde de 20 kilos, $1.700, y revestimientos, bolsa de 30 kilos, 773,39 pesos.
“En cuanto a la relación costo-beneficio, los termoeficientes permiten alcanzar la máxima eficiencia energética en muros, sin necesidad de incorporar aislantes. Esto último cobraría más importancia dada la posibilidad de implementación de un sistema de certificación energética de viviendas en un futuro no muy lejano”, concluyó Salvetti.
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