En un debate tranquilo y sin el apoyo de Juntos por el Cambio, el oficialimos en la Cámara de Senadores de la Nación aprobó las modificaciones al impuesto a las Ganancias para las empresas.
Bajo la atenta mirada del ministro de Economía, Martín Guzmán, que siguió el debate desde los balcones del Senado, el proyecto que ya contaba con media sanción de la Cámara de Diputados, obtuvo 36 votos a favor y 26 en contra por lo que ahora habrá que esperar que el Poder Ejecutivo reglamente y publique la norma.
El proyecto, según el oficialismo, busca aliviar la carga fiscal para las pequeñas y medianas empresas, al proponer una estructura de alícuotas marginales escalonadas con tres segmentos en función del nivel de ganancia neta imponible acumulada de cada sociedad. El dictamen fue acompañado por los senadores del bloque del Frente de Todos, en tanto que la bancada de Juntos por el Cambio anunció que se opondrá en el recinto de sesiones.
Según explicaron los impulsores del proyecto, establece un primer escalón impositivo del 25% para ganancias netas acumuladas de hasta $5 millones, una alícuota que no sólo abarcará a las pymes sino también a la mayoría de las medianas empresas. El segundo escalón de 30%- es para ganancias netas acumuladas de más de $5 millones y hasta $50 millones, y un último segmento de 35% para ganancias netas acumuladas superiores a $50 millones. Los dividendos distribuidos pagarán en todos los casos la alícuota especial de 7%, a través del impuesto vigente.
“Esta progresividad del impuesto en el proyecto de ley está destinada a ayudar a las pequeñas y medianas empresas que hacen un esfuerzo en condiciones desfavorables y que no nos tan sujetas a crédito”, subrayó el senador por el oficialismo y miembro informante del proyecto, Carlos Caserio.
La respuesta llegó del senador Roberto Basualdo quien señaló el proyecto “espanta las inversiones, pero hay que fomentarlas, si a alguien le va bien tenemos que ver cómo ayudar a que les vaya mejor y, también, estamos fomentando el negro porque, sobre todo las Pymes, no van a querer pasarle de la escala”, expresó el legislador de la oposición.
Luego llegó el turno de la voz del kirchnerismo puro en el Senado. El senador Oscar Parrilli se refirió al proyecto señalando que esta ley “viene a traer un poco de justicia, pero además se debería ir avanzando en otros aspectos si queremos recaudar impuestos para sobrellevar las consecuencias de la pandemia”, expresó.
Quien no dio rodeos a la hora de establecer su posicionamiento fue el senador Martín Lousteau quien comenzó su exposición diciendo que sus colegas del interbloque habían explicado lo suficiente por lo que se dedicó a fijar su posición. “Este es un aumento de la presión tributaria sobre el aparato productivo. Es cierto que hay algunas compañías que van a pagar menos, otras parecido o un poco más, pero las que van a pagar bastante más son dos terceras partes de las ventas totales”, explicó el legislador. “Todas estas distorsiones y cambios que se realizaron en los últimos años generaron que las empresas ponerse a pensar cómo eluden o como evaden. Con este proyecto vamos a profundizar el sesgo anti inversión en la Argentina”, sentenció.
“Es cierto que hay algunas compañías que van a pagar menos, otras parecido o un poco más, pero las que van a pagar bastante más son dos terceras partes de las ventas totales” (Losteau)
En ese sentido se intercalaron los legisladores del oficialismo y de la oposición, entre apoyos, rechazo y discursos en los que el Frente de Todos señaló que las nuevas escalas van a proteger a las pymes y el PRO aseguraba que ahogará a las empresas.
En la previa a que llegar la norma al recinto, los legisladores tuvieron un encuentro en Comisión con el secretario de Políticas Tributarias, Roberto Arias. Con respecto a las escalas, el funcionario aclaró que los valores mencionados corren para 2021, pero “a partir del año que viene van a tener la actualización correspondiente por el Índice de Precios al Consumidor”. Además, señaló que “es un impuesto justo y está bien que tenga alícuotas progresivas porque si durante la pandemia una empresa logró mantener o aumentar el nivel de ganancias, parece justo que pague una alícuota mayor, mientras que las empresas que tuvieron caída en el nivel de actividad no tengan el mismo impacto”.
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