Multimillonarios por accidente: la historia de los siete profesores hippies que armaron sin querer una empresa que vale USD 28.000 millones

Los académicos comenzaron el proyecto en 2012. Qué hacen y cómo alcanzaron el éxito inesperado

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Ali Ghodsi, CEO de Databricks
Ali Ghodsi, CEO de Databricks

La historia de Databricks es uno de esos curiosos ejemplos acerca de un grupo de académicos poco interesados en el dinero que terminó gozando de una gran fortuna.

Se trata de siete investigadores que lograron transformar una empresa de software en una importante firma de Estados Unidos, según un artículo de Forbes.

El punto de quiebre se produjo en San Francisco en noviembre de 2015, donde estaban reunidos los siete investigadores de Berkeley, algo desolados luego de dos años de haber arrancado su emprendimiento por los escasos ingresos que habían logrado. Según Forbes, el emprendimiento intentó captar fondos durante varios meses, pero los inversores de riesgo no querían saber nada por los insignificantes ingresos obtenidos.

“Éramos un grupo de hippies de Berkeley y solo queríamos cambiar el mundo. Les decíamos, ‘simplemente tomen el software gratis’, y ellos decían ‘No, tenemos que darles un millón de dólares’” (Ghodsi)

En este contexto, uno que ya había apostado, Pete Sonsini, dijo que podía sumar 30 millones de dólares delante de los demás.

Dado que el CEO fundador, Ion Stoica, aceptó correrse para regresar a su cátedra en la Universidad de California, Berkeley, la decisión fue contratar a un ejecutivo experimentado de Silicon Valley, tal como lo había hecho el principal competidor de Databricks, Snowflake. La elección entonces fue de Ali Ghodsi, “también cofundador y quien en ese entonces trabajaba como vicepresidente de ingeniería”, según Forbes.

La familia del CEO tuvo
La familia del CEO tuvo que escaparse de Irán para mudarse primero a Suecia y luego a Estados Unidos

“Parte del resto de la junta dijo naturalmente: ‘¿Cómo? Eso no tiene ningún sentido ¿Cambiar un profesor fundador por otro?’”, según Ben Horowitz, el primer inversor de la compañía, y unos de los dueños del prestigioso Andreessen Horowitz, uno de los fondos emblemáticos de Silicon Valley. Para aceptarlo, se optó por poner a prueba a Ghodsi por un año. Sin embargo, Ghodsi, de 42 años, “se ha convertido en el mejor director ejecutivo de la cartera de Andreessen Horowitz, que abarca cientos de empresas” y Databricks parece ser la mejor historia de éxito del rubro por su reciente valuación en USD 28.000 millones, “110 veces mayor que cuando se hizo cargo Ghodsi”.

La firma cuenta con más de 5,000 clientes, y Forbes estima que está en camino de registrar más de 500 millones de dólares en ingresos en 2021, frente a $275 millones del año pasado. De este modo, en el corto plazo podría encarar una de las OPI más exitosas en la historia del software.

El emprendimiento intentó captar fondos durante varios meses, pero los inversores de riesgo no querían saber nada por los insignificantes ingresos obtenidos

En este sentido, el éxito de Ghodsi ya logró sumar a tres socios multimillonarios: él mismo, Stoica, de 56 años, y el jefe de tecnología, Matei Zaharia, de 36 años, todos los cuales, según la estimación de la revista, poseen participaciones entre el 5% y el 6%, por un valor de 1.400 millones de dólares o más.

El éxito se torna más brillante por el hecho de que la mayoría de los fundadores estaban muy preocupados originalmente por sus respectivos trabajos académicos más que por el desarrollo lucrativo de la empresa.

“Éramos un grupo de hippies de Berkeley y solo queríamos cambiar el mundo. Les decíamos, ‘simplemente tomen el software gratis’, y ellos decían ‘No, tenemos que darles un millón de dólares’”, relató Ghodsi.

La firma cuenta con más de 5,000 clientes, y Forbes estima que está en camino de registrar más de 500 millones de dólares en ingresos en 2021, frente a $275 millones del año pasado

Cabe destacar que el software de Databricks utiliza inteligencia artificial para fusionar costosos almacenes de datos (datos estructurados utilizados para análisis) con “lagos de datos” (repositorios de datos sin procesar baratos) para crear lo que ha llamado “casas de lagos” de datos.

Entre otras, “las empresas de comercio electrónico utilizan el software para sugerir cambios en sus sitios web que impulsen las ventas; por ejemplo, se utiliza para detectar ataques informáticos tanto en las bolsas de valores como en las redes sociales”.

La empresa podría lograr USD 1.000 millones en ingresos en 2022, pero su CEO –cuya familia tuvo que escaparse de Irán para mudarse primero a Suecia y luego a Estados Unidos– afirma con toda certeza que en el futuro podría trepar hasta los USD 100.000 millones.

Todo nació hace nueve años en un restaurante indio de precios bajos, cuando Zaharia, nacido en Rumania, Scott Shenker y su compañero rumano Ion Stoica, propusieron el proyecto, que ahora no solo es una realidad, sino un ícono del éxito que pueden lograr aquellos que son capaces de traducir su inteligencia académica en dinero.

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