Empleo y pobreza: expertos piden una reforma laboral para que puedan crecer los puestos de trabajo del sector privado

En una conferencia organizada por la UCA, afirmaron que es imperativo adaptar las leyes a los cambios en el mercado para que pueda haber más y no menos empleados formales, como ocurrió en la última década pese al aumento de la asistencia social

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Expertos consideraron que es necesario
Expertos consideraron que es necesario reformar el mercado para que haya más empleo

La creación de empleo genuino y la reducción de la pobreza requieren reformas estructurales que incluyen cambios en las leyes laborales, para adaptarse a las circunstancias de crisis que atraviesa la Argentina y a los cambios del mercado de trabajo.

Esa conclusión surgió este viernes de un panel del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) en el que se debatió el informe sobre “Efectos de la pandemia COVID-19 sobre la dinámica del trabajo en la argentina urbana”, que resaltó que uno de cada cuatro trabajadores es pobre.

Los expertos de la UCA y los disertantes invitados pusieron el acento en la necesidad de lograr un crecimiento económico sostenido para cambiar el ciclo de deterioro del empleo formal y la reducir la pobreza registrada en última década, pese al aumento importante de los planes de asistencia social.

En este sentido, Eduardo Donza explicó que “los efectos inflacionarios carcomen los ingresos” y dijo que la caída del 7,4% en el poder adquisitivo registrada en el último año “no fue mayor porque la perdida se concentró en los trabajadores con menor nivel de ingresos”.

“Es necesario un flujo importante de inversiones, con una política del Estado para incentivar el desarrollo, con un gran consenso para que tengan continuidad. Y también la integración de esos sectores al mercado formal, indicó.

El debate virtual de la
El debate virtual de la UCA

En tanto, la socióloga Marta Novick enfatizó que “esta situación dramática se da aún en el contexto de una fuerte inversión del Estado en el área de protección social”.

“La Argentina no puede seguir avanzando sin una mejora de la productividad, que es un concepto sistémico, no de mayor intensidad laboral. Y requiere una mejor distribución del ingreso también”, indicó.

Por su parte, el director académico del CEPE y decano de la Escuela de Gobierno de la UTDT, Eduardo Levy Yeyati, indicó que “no está claro que haya sido progresiva la ayuda” durante la pandemia, ya que se dirigió básicamente a sectores que, de algún modo, ya estaban protegidos por el Estado.

Además, indicó que el empleo formal cayó más que lo que muestran los datos, por la prohibición de los despidos. “Si hoy se levantara la prohibición, sería mayor el desempleo. Hay una reducción latente del empleo y debería haber políticas para ese momento, que seguramente se dé después de las elecciones. Es un peligro y una urgencia que hay que atender”, advirtió.

“En estos últimos 10 años bajó el nivel de empleo formal; la pandemia hace más visible esta tendencia. La Argentina apoya muy bien a los trabajadores empleados y protegidos, mejor que América latina, pero el resto está es una nebulosa”, aclaró. Por esta razón, consideró que, aunque cualquier cambio “suena a flexibilización, los que están adentro cada vez son menos” del mercado formal.

En el caso de los trabajadores informales, indicó, “hay que abrir un camino para los que se cayeron, para que vuelvan a entrar. En el caso de las pymes es muy difícil que generen empleo formal porque el costo de despido es muy alto. No importa lo que diga el gobierno, porque lo que les importa a las pymes es que, aunque les prometan que en el caso de los nuevos trabajadores el costo es más bajo, luego pueden cambiar las reglas”, afirmó.

Además, sostuvo que “hace falta un régimen para que el trabajador independiente no sea precario, muy superior al monotributo, con beneficios sociales mínimos, por ejemplo, licencias; pero que a la vez los convierta en aportantes para que el régimen no explote”.

En tanto, el presidente del INAES, Alexandre Roig, destacó la “importancia de la economía popular y feminista” y consideró que “el salario no alcanza y la autogestión es importante”.

Por su parte, el director del Observatorio, Agustín Salvia, afirmó que “es evidente que se necesitan importantes reformas estructurales, como la reforma laboral, que a veces asusta”.

En este sentido, Novick indicó: “Hay que cambiar la ley de contrato de trabajo para adaptarlo a la nueva realidad, no necesariamente flexibilizando, sino para formalizar”.

A su vez, Levy Yeyati dijo que “con esta ley de contrato de trabajo se cerró la posibilidad de generar nuevo empleo formal, salvo en el sector del software, porque en el resto no hay sobredemanda”.

En tanto, el funcionario dijo que “el punto es tener algo simple, pero no simplista”, sin brindar precisiones.

Según los datos de la Encuesta de la Deuda Social Argentina de la UCA, referidos a la población de 18 años y más, entre 2019 y 2020 disminuyó del 64,8% al 63,1% la propensión de las personas a participar del mercado de trabajo, en gran parte por el efecto de la pandemia y de la crisis económico-sanitaria.

“Este extraño comportamiento se explica porque a pesar de la fuerte pérdida de empleo observada, la tasa de empleo disminuyó del 57,9% al 54,1%, se dio un efecto de desaliento en la búsqueda de empleo ya sea por la imposibilidad de circular libremente por las disposiciones del ASPO o del DISPO o, por la creencia de que no se va a conseguir trabajo”, se indicó en el informe.

“De no haberse generado este efecto desaliento y si se hubiese mantenido el nivel de participación en el mercado de trabajo, la desocupación se habría incrementado a niveles cercanos al 28,5 por ciento. A pesar de esto la tasa de desocupación se incrementó, entre 2019 y 2020, del 11,3% al 13,9% de la población económicamente activa, el valor más elevado de la década”, afirmó.

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