Un nuevo conflicto entre el Gobierno y el campo ante una medida puntual, como el cierre de las exportaciones de carne vacuna por 30 días, una decisión que recibió un amplio rechazo por sectores que están relacionados de manera directa e indirecta con la cadena de ganados y carnes. Hasta gobernadores cercanos a Alberto Fernández se pronunciaron en contra y reclamaron políticas que incentiven a la producción y la presencia del país en los mercados internacionales.
Sin embargo, como sucedió con el cierre de las exportaciones de maíz en diciembre pasado, las negociaciones para que el Gobierno revea la medida anunciada, están encabezadas por sectores que no son las entidades gremiales que convocaron a un cese de comercialización, en principio, hasta mañana. Todo esto sucede, más allá de la promesa realizada en campaña por Fernández de que todas las medidas para el agro se iban a consensuar con las entidades del campo.
“No estamos inmersos en ninguna negociación. Y no corresponde además, porque no se puede negociar sobre algo que está mal desde el origen” (Pelegrina)
Actualmente son los frigoríficos exportadores quienes presentaron un plan al Gobierno para levantar las restricciones, que hasta el momento no fue aceptado por los funcionarios, aunque seguramente fue uno de los temas analizados en la reunión del equipo económico en la quinta de Olivos. También hubo una reunión con representantes de la Mesa de las Carnes, a partir de un pedido de audiencia del Consejo Agroindustrial Argentino –un actor central en la pasada negociación por las exportaciones de maíz– conformando una Mesa de integrantes de la cadena del cereal, que fueron los encargados de reunirse con el ministro de Agricultura, Luis Basterra. En los dos casos no hubo contacto de los funcionarios con la Mesa de Enlace y en este puntual tampoco está Basterra sentado a la mesa de negociación, aunque trascendió que el funcionario habría mantenido un diálogo con sectores de la industria frigorífica.
Los presidentes de las históricas entidades ruralistas de la Mesa, las mismas que llevaron adelante la protesta del 2008 durante el gobierno de Cristina Kirchner, por la resolución 125, hasta el momento no fueron convocados por el Gobierno para sumarse a una mesa de negociaciones. Por las dudas, los dirigentes advirtieron que no avalarán ningún acuerdo que represente una pérdida para los productores, aunque está afuera de toda negociación.
En ese sentido, el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Daniel Pelegrina, manifestó en declaraciones a CNN Campo: “No estamos inmersos en ninguna negociación. Y no corresponde además, porque no se puede negociar sobre algo que está mal desde el origen y que no tiene solución salvo que se levante la restricción para exportar”.
Es importante destacar que frente a los dos conflictos por el cierre de las exportaciones de maíz y carnes, la aparición en escena del Consejo Agroindustrial en la búsqueda de una salida a la problemática, no hizo más que ratificar que muchos funcionarios del actual Gobierno se sienten más cómodos y a gusto dialogando con este espacio conformado por más de 60 entidades de la cadena agroindustrial, que con la Mesa de Enlace. En el Consejo, que se conformó hace un año atrás y promueve un proyecto para aumentar las ventas al exterior y el nivel de empleo, están tres entidades de la Mesa de Enlace, pero la Sociedad Rural Argentina decidió no sumarse.
“El Gobierno elige a otras entidades y no a la Mesa de Enlace porque les cuesta hablar con nosotros. Tiene cuestiones ideológicas y preconceptos que lo hacen sentir incómodo” (Chemes)
Ambos conflictos demostraron que el Consejo y la Mesa de Enlace hasta podrían complementarse muy bien al momento de negociar con el Gobierno: las entidades del campo cumpliendo su rol gremial, junto a las bases de productores, y el Consejo haciendo su aporte desde lo institucional y fortaleciendo el diálogo con los funcionarios, a partir de la buena llegada que hay con muchos de ellos. Eso no parece ocurrir y la tensión es evidente.
En medio de diferencias y dudas, que son muchas y en algunos casos muy profundas, los dirigentes que integran ambos espacios tienen un rol central en esa tensión.
Hoy por hoy, sin embargo, la realidad marca que el Gobierno no entabló ningún diálogo con las entidades de la Mesa de Enlace para destrabar este conflicto y sí eligió otras entidades para hacerlo aunque no sean representantes naturales de los productores. Por estas horas, la negociación con los frigoríficos está sobre la mesa y el Gobierno incluso podría acordar y hasta levantar la suspensión de las exportaciones por un mes, el motivo del paro que está llevando adelante la Mesa de Enlace.
Opiniones I
En diálogo con Infobae, el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes, expresó que actualmente el Gobierno no se sienta a negociar y a dialogar con los titulares de las cuatro entidades por una cuestión de “incomodidad ideológica” y que existe una visión de tener al campo como “enemigo” dentro de las filas oficialistas.
En este sentido, el titular de CRA, indicó que “el Gobierno elige a otras entidades y no a la Mesa de Enlace porque les cuesta hablar con nosotros. Tiene cuestiones ideológicas y preconceptos que lo hacen sentir incómodo. La realidad es que no quiere tener trato, porque nos tienen como enemigo”.
“El Gobierno negocia con quienes manejan los dólares, pero no con quien los fabrica. Ese es el gran problema” (Etchepare)
No obstante, de llegar el Gobierno a dar un paso atrás con la suspensión de exportaciones, las entidades rurales agrupadas en la Mesa levantarán la medida de fuerza. “Si se recomponen las exportaciones a como estaban anteriormente al día lunes en el que se tomó esta medida, nosotros levantamos automáticamente el cese de comercialización. Lo dijimos desde el primer momento: se restablecen las exportaciones en la mismas condiciones en la que estaban y nosotros levantamos la medida”, agregó el referente de CRA.
Para Carlos Etchepare, analista de mercados agropecuarios, el Gobierno elige negociar con entidades por fuera de la Mesa de Enlace, en este caso con los exportadores, porque son menos que los productores, tienen una voz unificada y, por sobre todas las cosas, son quienes manejan el dinero proveniente de las ventas al exterior.
“Esto se explica con una metáfora: el Gobierno dialoga con quienes manejan la billetera, ergo los exportadores. Es mucho más dificultoso dialogar con quienes fabrican los billetes, los productores”, describió.
Etchepare explicó que esto se da por dos razones: “Los productores tienen más convicciones que los exportadores, que solo hacen negocios. Y los exportadores son muchísimos menos que los productores y tienen una sola voz. El Gobierno negocia con quienes manejan los dólares, pero no con quien los fabrica. Ese es el gran problema”.
Opiniones II
Por su parte, el director de la consultora Synopsis, Lucas Romero, dijo a este medio que la forma de negociación y con quién lo está haciendo el Gobierno, “es la misma situación que se planteó con las exportaciones de maíz, donde el Gobierno no negoció con la Mesa sino con el Consejo Agroindustrial. Acá hay una explicación destacada de porqué el Gobierno adopta esta estrategia y es que toma a la Mesa de Enlace como un actor político y no sectorial”.
“El Gobierno toma a la Mesa de Enlace como un actor político y no sectorial (Romero)
Y agregó_ “Siendo un actor político, la Mesa de Enlace no va a negociar sobre la base de un interés, sino que va a confrontar políticamente con el Gobierno. Entonces el Gobierno va a negociar y a acordar con un actor que esté en condiciones de acordar o tenga la vocación de hacerlo. Elige al Consejo Agroindustrial donde están reflejados los actores del sector. Con la Mesa de Enlace no se da eso, cree el Gobierno que es un actor político que busca confrontar, y lo desconoce como interlocutor sectorial”.
A partir de la crisis generada por el cepo a las exportaciones de maíz y de la carne vacuna, el campo y la agroindustria tendrán que enfrentar los problemas que aún quedan sin resolver: Retenciones, desdoblamiento cambiario, inseguridad rural, proyectos de Ley en el Congreso que limitan a la producción, el avance sobre la propiedad privada, y la toma de tierras, son para los productores un freno para que el campo pueda mostrar todo su potencial.
Mientras tanto, hay grieta también entre los representantes del sector. Y el Gobierno aprovecha.
SEGUIR LEYENDO