El ex presidente del Banco Central, Guido Sandleris, que renunció a su cargo poco antes del final del mandato presidencial de Mauricio Macri salió a advertir sobre los riesgos que genera la decisión de la autoridad monetaria de permitir a los bancos tomar más deuda del Tesoro, en un intento por generar más financiamiento para el fisco y reducir el enorme stock de Leliq que acumuló el Central. “La próxima crisis de deuda traerá de la mano una crisis bancaria”, dijo el ex funcionario.
Una norma difundida ayer por el Banco Central le permitirá a los bancos reemplazar las letras Leliq que utilizan para cumplir con reglas de encajes por bonos del Tesoro de un plazo no menor a 180 días. El cambio de cartera, pasar de Leliq cuyo riesgo de default es prácticamente nulo a títulos del Tesoro que -por ejemplo- supieron ser “reperfilados” en 2019, va a ser voluntario. Serán las propias entidades las que decidirán hacerlo.
Pero más allá de que el cambio será voluntario, la Comunicación A 7290 elimina además los límites a la cantidad de deuda del Tesoro que pueden tomar las entidades financieras para esos mismos papeles a 180 días. Los límites a la exposición al sector público contenidos en las normas sobre “Financiamiento al sector público no financiero”, junto con la prohibición de que los bancos den préstamos en dólares a quienes tienen ingresos en pesos, son reglas que se adoptaron después del colapso bancario de la crisis de 2001. En ese entonces, los bancos quedaron doblemente golpeados por el default de la deuda pública y por la devaluación del peso que volvió imposible cobrar los préstamos en dólares que habían colocado.
Para Sandleris, la decisión de ayer del Banco Central rompe con 20 años de respeto de esas medidas de seguridad contra una crisis bancaria.
“El Banco Central anunció hoy una medida que pone en peligro uno de los pocos consensos importantes que se habían alcanzado en lo que hace a política económica: la regulación prudencial del sistema bancario”, escribió Sandleris en su cuenta de Twitter.
“Hoy, el Directorio del BCRA a través de la Comunicación A7290 abrió las puertas para que los bancos aumenten fuertemente la cantidad de títulos públicos en sus carteras. Si los bancos lo hicieran, la próxima crisis de deuda traerá de la mano una crisis bancaria”, agregó.
“Después de la crisis del 2001 el BCRA estableció regulaciones que limitan fuertemente la exposición de los bancos al sector público (los bancos pueden tener poca deuda pública) y dividió al sistema bancario en dos segmentos, dólares y pesos, casi totalmente aislados”, desarrolló el ex funcionario, que llegó a la presidencia del Banco Central luego de la renuncia de Luis Caputo en septiembre de 2018, en plena crisis de balanza de pagos y tras la renegociación del acuerdo entre la Argentina y el FMI.
“Limitar la exposición de los bancos al sector público tiene como objetivo impedir que un default del gobierno se convierta en una crisis bancaria. Con poca deuda pública en la cartera de los bancos, un default no representa una amenaza para los depósitos de la gente”, continuó Sandleris.
“Aislar los segmentos de pesos y dólares del sistema bancario tiene como principal objetivo evitar que el descalce de monedas entre depósitos y créditos impida a los bancos devolver los depósitos ante una súbita devaluación”, dijo y agregó: “En los últimos veinte años, sin importar quién estuviera en el gobierno, todos los Presidentes del BCRA hemos mantenido estas regulaciones prudenciales que han permitido que transitemos los defaults que hubo desde 2001 sin crisis bancarias”.
“Históricamente Argentina ha tenido dificultades para lograr acuerdos básicos para el funcionamiento de su economía. Romper con el consenso alcanzado en regulación prudencial del sistema bancario, para reducir en el margen el costo de financiamiento del gobierno es una mala señal”, concluyó Sandleris.
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