El Gobierno de la Ciudad desalojó al restaurante Los Platitos 57, un tradicional parador de la costanera porteña que funcionó cerca de 40 años en el mismo lugar. La acción del ministerio de Dirección de Administración de Bienes de la Ciudad, que fue asistida por la policía porteña, se hizo ante una manifestación de parte de los casi 80 empleados del local que se acercaron para intentar evitarlo. El cierre es resultado del vencimiento de la concesión del inmueble que es propiedad de la Ciudad Autónoma. Sin embargo, sus dueños y empleados se negaron al cierre.
Además de su historia por los largos años de permanencia en la zona, Los Platitos tiene su lugar en la historia política reciente del país y del PRO. Es uno de los restaurantes favoritos de Mauricio Macri, que lo eligió para celebrar con su familia luego de la victoria en las legislativas de 2017.
Analos SA, la empresa operadora del restaurante, trabajaba gracias a un acta de tenencia provisoria del inmueble renovada en 2017, después de haber sido extendida anualmente desde 2015. El permiso de uso y explotación más reciente con el que contó data de 2013. Pero desde 2018 que sus días estaban contados. La sanción de la Ley 5961 que creaba el “Distrito Joven” en esa zona de la ciudad dio paso a una licitación pública realizada el año pasado que fue ganada por Madero Eventos, una empresa que tiene un proyecto alternativo para el terreno. Analos, sostiene la Ciudad, no se presentó al proceso.
Pero, a pesar de todo eso, Los Platitos siguió funcionando. El local fue clausurado el 7 de abril pasado, dado que el permiso que lo habilitaba estaba ya revocado. Además, sostiene otra vez la Ciudad, la razón social que lo operaba pasó a ser “Corporación Gastronómica Los Platitos S.A.”, una firma que no tuvo trámite de habilitación alguno.
A pesar de la clausura el restaurante siguió trabajando hasta que ayer, Unidad Fiscal Norte, que había intervenido luego de la violación de clausura, restituyó el predio a la Ciudad. En base a esa orden judicial la empresa tomó posesión del lugar para ser entregado a la empresa ganadora de la licitación.
Los empleados del restaurante, mientras tanto, no tienen definiciones respecto de su futuro laboral. En principio, su relación es con la sociedad a la que se le venció la concesión y la finalización de la relación laboral quedaría por cuenta de esa empresa. Los nuevos adjudicatarios, que trabajan en la instalación de un restaurante y salón de fiestas, hasta el momento no dieron indicios de aspirar a contratarlos.
Fuentes del Gobierno de la Ciudad dijeron a Infobae que durante el proceso se instó a la firma “a negociar una salida consensuada que les permita generar un fondo de contingencia laboral para afrontar la situación con sus empleados, tal como se realizó con el restaurante, también ubicado en la costanera norte de la Ciudad, Siga la Vaca, pero solo hubo denegatorias por parte de la empresa”.
Por eso, durante el desalojo muchos de ellos estuvieron presentes oponiéndose al final del restaurante. Por decenas, estuvieron presentes durante el operativo de la policía porteña y a través de una página de Facebook difundieron su desacuerdo.
“Hoy 20/05 hemos culminado con una etapa que duró más de 40 años, se pasó de la clausura a un cierre definitivo, los intereses políticos se impusieron por delante de 77 familias, gran parte de irregularidades fue el costo y el resultado de lo que hoy estamos viviendo, atrás van a quedar esos recuerdos rutinarios que vivían día a día, finde a finde, es una tristeza muy grande porque para mucha gente este restaurante es parte de sus vidas, es parte de su crecimiento”, publicaron en la red social.
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