“Para generar condiciones de inversión, hay que acordar con los sectores. No hubo en la Argentina un proceso de crecimiento sostenido sin expansión de la capacidad exportadora”, afirmaba días atrás, en diálogo con Infobae, un miembro del equipo económico. Había estallado el escándalo de las tarifas y el ministro Martín Guzmán estaba sufriendo la primera embestida por parte del kirchnerismo duro.
La pelea por la salida del subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, que el ministro intentó a toda costa, por ahora sin éxito, transparentó cuál es realmente la discusión de fondo en ese tema: cómo administrar los recursos que hoy escasean y a dónde destinar los subsidios. El funcionario “echado” todavía se mantiene en su puesto, al igual que Guzmán, quien tras la crisis fue empoderado por el presidente Alberto Fernández al hacerlo partícipe del reciente viaje a Europa.
Pero el cierre de las exportaciones de carne por 30 días significó otro golpe para el ministro. Si bien no había dejado tan abiertamente expuesta su posición frente a cómo enfrentar el desacople de los precios internos versus los internacionales, su posición hacia el interior del Gobierno ha sido contraria a la decisión que se acaba de tomar. Al igual que el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quien viene sosteniendo desde hace tiempo que la clave para generar dólares es aumentando las exportaciones. Pero fue la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, que depende de él, quien dijo en reiteradas oportunidades que no le temblaría el pulso para cerrar las exportaciones de carne, si hiciera falta.
También se había opuesto a esta medida la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, al plantear que “en todos los países del mundo hay algo que es estratégico, la alimentación, y acá también lo es. Hay que buscar un equilibrio, como en todo, no es blanco o negro”. Sobre si se evaluaba un cierre de las ventas al exterior, la funcionaria lo había descartado. Pero ante la necesidad de mostrar un golpe de efecto y medidas concretas para frenar la suba de los precios, primó la posición más radical, a sabiendas -por la historia pasada- de los efectos contraproducentes que genera.
Cerca de Guzmán ya advertían, semanas atrás, que había que dar esta discusión sobre cómo hacer para que la exportación de alimentos no presione al alza los precios en el mercado local, pero al mismo tiempo generarles incentivos a los empresarios para que sigan aumentando sus ventas al exterior. “Cómo gastar bien y cómo hacerlo en algo que apoye la recuperación y la reducción de la pobreza es una discusión que tenemos que dar. Y la otra es que la Argentina necesita tener una agenda exportadora; de lo contrario, no habrá estabilización posible”, dijo a este medio un allegado a Guzmán.
Para el equipo económico, la forma de hacerlo es “acordando con los sectores exportadores”. Es decir, convocar al campo, por ejemplo, y negociar con el sector una medida que atenúe la suba del precio de la carne en el mercado local, pero que no implique un desaliento al negocio exportador, como termina generando este anunciado cierre por un mes. “No hubo nunca en la Argentina un proceso de crecimiento sostenido sin expansión de la capacidad exportadora. El crecimiento demanda divisas; los bienes de capital no se producen en el país. Además, tenés una clase media que demanda bienes del extranjero. Si queremos crecer y acompañar el ritmo de ingresos, tenemos que hacerlo con una dinámica de exportaciones”, dijo la fuente.
Desde la cartera productiva, en tanto, coincidían con este planteo de Economía. “El combate a la inflación es la batalla final. Hay que armar una matriz exportadora para llenarte de dólares (carnes, minería, petróleo y gas) y construir la moneda nacional que no tenemos hace 40 años. Es un proceso que requiere conducción política y tiempo. La ansiedad por el atajo no lleva a un buen puerto”, manifestaba un allegado a Kulfas, con una visión completamente opuesta a la de Español, quien también depende de este funcionario.
El ministro, sin embargo, no tuvo más remedio que salir ayer a defender la decisión, y en declaraciones radiales afirmó: “El Presidente pidió que el mercado funcione de manera ordenada; si los objetivos se cumplen antes (de los 30 días), se va a levantar la restricción”. “Si la solución llega en tres, cinco días, abrimos”, remarcó.
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