Si hubiera que elegir un título para una película sobre la carga económica y administrativa que implica el pago de impuestos para las pymes en los tres niveles del estado en la Argentina, podría ser “Infierno pyme”.
El caso concreto de Agustín Spaccesi, un empresario pyme cordobés, ilustra esta complicación cotidiana a la perfección, según un cronograma que mostró en la red Twitter sobre el “cronograma de pagos al estado en sus 3 niveles: son 22 pagos en 21 días hábiles”, tras haber dado a conocer tiempo atrás todas las trabas para hacer funcionar su negocio.
1) 4/5 Cementerios de la Municipalidad de Córdoba
2) 5/5 Anuncios publicitarios de la Municipalidad de Córdoba.
3) 7/5 Autónomos de la AFIP
4) 10/5 Inmobiliario de de la Municipalidad de Córdoba
5) 10/5 Cargas Sociales de empleados de casas particular en AFIP.
6) 10/5 Automotor del gobierno de la provincia de Córdoba
7) 10/05 Inmobiliario de de la provincia de Córdoba
8) 12/5 Automotor de la Municipalidad de Córdoba.
9) 12/5 el 931 de Anses
10) 14/5 Cuotas sindicato
11) 17/5 Anticipo de Ganancias y también anticipo de Bienes Personales en AFIP
12) 19/5 Ingresos Brutos de de la provincia de Córdoba
13) 21/5 IVA de AFIP
14) 25/5 SADAI Y AADI-CAPIF
15) 26/5 Moratoria de IVA en AFIP
16) 27/5 Moratoria previsional en AFIP
17) 28/5 Industria y Comercio de la Municipalidad de Córdoba.
18) 28/5 Fondo solidario de Inclusión de la Municipalidad de Córdoba
19) 28/5 Promoción de la economía local y la competitividad de la Municipalidad de Córdoba
20) Sellos alquiler
21) Impuesto a los Créditos y débitos en AFIP.
22) Sistema de Información para el Fortalecimiento de la Actividad Comercial y de Servicios (Sifcos) del gobierno de Córdoba
“¿Que opinan? Si a las PyMEs Argentinas nos sacan esta maraña depredatoria de encima podríamos dedicarnos a crecer, a generar empleos, bienes y servicios de mejor calidad!! #BajenLosImpuestos”, indicó.
#DesrregulenYa, #Simplifiquen”, expresó este licenciado en administración de empresas que tiene tres locales de una conocida heladería cordobesa y es dirigente de Republicanos Unidos, cuyos referentes son el ex ministro Ricardo López Murphy y el director ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso, Agustín Etchebarne. En diálogo con Infobae, precisó: “Soy un pequeño comerciante con negocio en la ciudad de Córdoba, trabajo con 4 colaboradores”.
“Como hemos leído muchas veces nuestro país se transformó en un infierno de impuestos y regulaciones, somos de los países con mayor presión fiscal del mundo. Trabajando con mi contador y planificando los pagos del mes de mayo nos dimos que entre mi actividad comercial y mis responsabilidades como ciudadano particular, en el mes en curso debo afrontar 22 vencimientos de impuestos y tasas -no servicios públicos- en 21 días hábiles. ¡Un despropósito!!”, afirmó.
“Esto lleva un esfuerzo económico y administrativo muy pesado, que atenta contra nuestro desempeño comercial. No solo porque se va un montón de dinero, sino que también requiere una pesada carga administrativa y de tiempo que yo debería dedicar a atender mejor a mis clientes para brindarles productos y servicios de mejor calidad”, aclaró.
Al respecto, expresó que “hay tasas e impuestos que son increíbles, como el impuesto a la promoción de la economía local y la competitividad: ¿nos cobran un impuesto para desarrollarnos y ser más competitivos? ¡Es totalmente ridículo!; además, el impuesto a los ingresos brutos, que afecta a las pymes que tenemos cadenas de comercialización más largas que las empresas grandes y que se va incrementado en cada paso; y Sifcos, una tasa provincial que nadie sabe explicar bien que fin tiene”. En conclusión, consideró que “esta maraña de obligaciones debería simplificarse a 5 o 6 por mes; esto se puede hacer y contamos con el modelo de Brasil que es sumamente exitoso”.
“Debemos rever también la presión fiscal en su conjunto, la situación actual hace imposible sostener nuestros negocios, producir y generar nuevos empleos”, concluyó.
Al respecto, el director del Departamento de pequeñas empresas de la Unión Industrial Argentina, Francisco Abramovich, dijo a Infobae que “existe una elevada carga burocrática para las pymes, que hay que trabajar consistentemente en reducirlo”.
“Hay multiplicidad de regímenes sumando niveles nacionales y provinciales, y a veces se generan solapamientos. Además, en las empresas más chicas no tienen internalizada un área contable, por lo que es una tarea administrativa más para el dueño de la empresa, lo que saca tiempo para otras actividades”.
“Un tema que siempre impulsamos es la devolución rápida de saldos a favor y la posibilidad de una cuenta única tributaria para: simplificar la carga burocrática, porque todo se netearía en una única cuenta y evitar tener saldos a favor en un impuesto y deudas en otro. Y esto es válido a nivel nacional y subnacional; ni hablar de la imposibilidad de recuperar saldos a favor en algunas provincias, lo que se exacerba cuando una empresa opera en muchas jurisdicciones”, afirmó.
Daniel Calzetta de la Cámara Argentina de Comercio (CAC) indicó que la carga es excesiva: “Me parece bastante, son Ganancias, IVA, Sicore -dos en el mes-, seguridad social, ingresos brutos, algún régimen de recaudación de ingresos brutos, seguridad e higiene de cada municipio, y según la actividad puede haber otros específicos”.
En tanto, Pedro Cascales de CAME dijo que “entre impuestos nacionales, provinciales y tasas municipales y contando los regímenes de recaudación anticipada 20 tributos al mes, incluyendo cargas sociales; o sea que prácticamente todos los días hábiles tenés un pago de impuestos”.
“El Sicreb retiene impuestos que muchas veces generan saldos de ingresos brutos de imposible recupero y la ausencia de una cuenta única tributaria también distorsiona porque no permite compensación de saldos de impuestos de diversos conceptos y tampoco contra planes de pagos”, explicó.
En este sentido, el especialista en impuestos Horacio Cardozo dijo que “en la Argentina los empresarios le tienen que sacar tiempo a su actividad productiva para dedicar un tiempo importante a los trámites administrativos de liquidar y pagar impuestos”.
En la Argentina los empresarios le tienen que sacar tiempo a su actividad productiva para dedicar un tiempo importante a los trámites administrativos de liquidar y pagar impuestos (Horacio Cardozo)
“Esta tarea generalmente se delega en expertos (abogados, contadores o idóneos), con el costo que esto implica, pero nunca puede ser descuidada. Hoy, para iniciar una nueva actividad, aun un pequeño kiosco, se tiene que contar indefectiblemente con un profesional en habilitaciones, un profesional para liquidar impuestos y sueldos y un abogado que asesore. Esto encarece y entorpece a los nuevos emprendimientos, que son los que más trabajo generan a la sociedad”, indicó.
“Lamentablemente todos estos trámites se hacen para empresas más grandes, pero deben ser cumplidos aún por un monotributista. Las obligaciones de estos, menores que la de los responsables inscriptos, son interminables y su incumplimiento genera consecuencias económicas muy negativa para los contribuyentes”, se quejó. En muchos casos la AFIP “trabaja para cumplir estadísticas. Un ejemplo de esto es los miles de exclusiones del monotributo por motivos insignificantes, como ser no haber informado las facturas en existencia a un determinado periodo o haber comprado una camioneta”.
En tanto, César Litvin explicó que “los impuestos cuantitativamente más relevantes tienen vigente el sistema de autoliquidación; eso significa que es el contribuyente el que determina el impuesto, en ese grupo están ganancias, IVA, ingresos Brutos , bienes personales e internos con liquidaciones muy complejas y aplicativos que llegan más tarde que temprano y con errores que requiere hacer varias veces el mismo trabajo redoblando esfuerzos”. “Los impuestos que son determinados por el fisco son el inmobiliario, patentes y otros donde la carga de trabajo es nula para el contribuyente”, indicó.
Pero no termina ahí la carga de trabajo, aclaró, ya que “existe una gran cantidad de obligaciones formales en regímenes de información, agentes de retención, percepción que hacen muy compleja los requerimientos de las administraciones tributarias nacional, provinciales y municipales con una cantidad de tributos que superan los 170 entre los que detentan potestades tributarias” de los tres niveles del estado.
“Se requiere una urgente simplificación del sistema tributario, ya que solo 11 tributos recaudan el 90% de los ingresos fiscales y sobran más de 100. Las empresas para estar al día con sus obligaciones sustanciales y formales requieren una importante y costosa estructura administrativa”, concluyó.
Se requiere una urgente simplificación del sistema tributario, ya que solo 11 tributos recaudan el 90% de los ingresos fiscales y sobran más de 100 (César Litvin)
Ezequiel Passarelli agregó que ”no hay discusión en cuanto a que somos el país más caro impositivamente del mundo. El costo más grande de una empresa son los impuestos, ni los insumos, ni los sueldos. Los impuestos. Que todos los días cambian. Que todos los años suben”.
Félix Rolando, socio de Andersen Argentina, indicó que “además de la carga tributaria hay otro punto que no es menor, ya que las Pymes tienen que actuar como agentes de recaudación a nivel nacional, provincial y en, algunos casos a nivel municipal, es decir que tienen que hacer cálculos sobre las ventas y pagos que realizan y aplicar las alícuotas con toda la responsabilidad que eso implica”.
“La carga de liquidación va acompañada de la carga de fiscalización por parte de los distintos organismos y regímenes existentes en los tres niveles de gobierno. Y a esto a hay que agregarle la información que tienen que aportar sobre quiénes son los directores, los accionistas, los cambios en las participaciones sociales, permanentemente o la foto de cada año. Cada uno de estos regímenes implica entonces una carga administrativa muy importante que deben soportar las pymes”, sostuvo.
Iván Sasovsky agregó que “los niveles de gobierno han sido la peor trampa para los emprendedores, por un lado por la falta de seguridad jurídica, que no permite ni siquiera prever la posibilidad mantener abierto un negocio, y por otro lado por la burocracia que implica un costo que se inicia incluso antes de abrir el negocio y permanece aunque la facturación sea igual a cero. Esto desincentiva la inversión y fomenta la informalidad”.
“La Argentina no tiene retorno a una economía de mercado sin la desburocratización de los costos y sin recuperar el valor de la moneda. No hay reforma impositiva que compense tales males ni inventivos que perduren en el tiempo”, concluyó.
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