Como en tantos otros negocios el disparador fue un accidente. Y uno muy serio. En 2018, Sebastián Sanchez, un argentino ejecutivo de Heineken, afincado en Amsterdam, combinaba la carrera corporativa con su pasión por el triatlón, en donde llegó a destacarse en la comunidad IronMan. Un accidente mientras entrenaba en bicicleta casi lo deja cuadripléjico. En su recuperación, tras padecer los efectos secundarios de la morfina, le sugirieron consumir cannabidiol o CBD, el aceite de cannabis que lo ayudo a mitigar los dolores.
Al mismo tiempo que Sánchez recuperaba su salud, en Estados Unidos el gobierno de Donald Trump continuó un camino que había iniciado Barack Obama y legalizó el cultivo y la comercialización de cáñamo, el cannabis sin tenor psicoativo (THC). El punto clave es que el CBD tiene propiedades analgésicas y desinflamatorias, que pueden causar un estado de relajación en el cuerpo y en la mente pero sin los efectos de la marihuana. Eso despegó una industria que solo en EEUU facturó USD 900 millones en 2018.
Como deportistas y hombres de negocios, empezaron a ver que los atletas consumían CBD en aceites, caramelos, pomadas y otros productos para aliviar los dolores y recuperarse después del esfuerzo
Dos amigos del accidentado que vieron esa recuperación en primera persona y compartían con él ambos mundos, el de los maratones y el negocio de las bebidas: Diego Belbussi, en la mega cervecera Anheuser-Busch InBev, y Martín Moresco, director comercial global de Danone. Como deportistas y hombres de negocios, empezaron a ver que los atletas consumían CBD en aceites, caramelos, pomadas y otros productos para aliviar los dolores y recuperarse después del esfuerzo. Pero algo faltaba: la experiencia para consumirlo no era agradable.
Los tres maratonistas pusieron en marcha Rejoy, la primera bebida deportiva a base de cannabidiol que ya se vende en 1.000 tiendas de esa ciudad, Texas y California y online a todo Estados Unidos. El producto es plant-based, solo hecho en base a vegetales, sin azúcar agregada ni ingredientes artificiales, y se vende en 3 sabores: sandía y agua de coco; lima, agua de coco y ginseng; y agua de coco, jugo de mandarina y yerba mate.
La sede del negocio está en Miami, ciudad donde a los productos con CBD les sobra prensa: el promotor es nada menos que David Beckam. El futbolista inglés, estrella en la cancha y en el marketing, y a la vez dueño del Inter de Miami, es accionista de Cellular Goods, una firma británica dedicada a productos cannábicos. Los dueños de Rejoy aseguran que Beckham es consumidor habitual de su bebida, al igual que otras estrellas del deporte, como Gabriela Sabatini o “Pico” Mónaco.
Desarrollar el producto requirió una inversión de USD 650.000 por parte de los socios y algunos allegados. Pero alrededor de Rejoy se armó una comunidad, por lo que apostaron al crowfunding. Iniciaron una ronda de financiamiento colectivo a través de la plataforma WeFunder y en solo un mes reunieron USD 350.000. Todavía siguen recibiendo inversores de toda clase, desde consumidores y fanáticos del deporte que aportan USD 100 hasta otros ejecutivos del mundo de las bebidas que apuestan fuerte al proyecto.
“Si el siglo XX fue el de la cafeína, el siglo XXI será el del CBD” (Belbussi)
Los emprendedores esperan una facturación de USD 1,5 millones en los próximos 12 meses y de USD 50 millones para 2025. El plan de marketing cuenta con 20 “embajadores deportivos” de distintas disciplinas y con un desafío para dejar al cannabis lejos del humo y los prejuicios y cerca de la vida sana y relajada.
“Somos deportistas y pensamos Rejoy como algo que ayude a relajar el cuerpo, mitigar los dolores y sentirse tranquilo. Tenemos por delante un proceso de educación para explicar los beneficios del cannabis, pero por el ‘boca a boca’ cada vez son más conocidos. Muchos grandes atletas en Estados Unidos ya consumen productos con CBD”, explicó Belbussi a Infobae. Pero aclaró que no es lo mismo tomar 30 gotas de un aceite debajo de la lengua que una bebida refrescante con sabor a frutas, “la experiencia no es la misma”.
Las grandes ligas deportivas de Estados Unidos incorporaron el CBD dentro de las recomendaciones para los deportistas y, por supuesto, de sus sponsors. El maraton de Miami, con 30.000 participantes, tuvo como uno de sus sponsors principales a CmbMD, una marca de aceites y otros productos en base a cannabidiol. En el mercado de productos cannabicos para los deportistas, no había una bebida de este tipo, que sale a competir con las marcas tradicionales como Gatorade o Powerade, entre muchas otras.
“Un punto clave es nuestro blend, que entrega al cuerpo los electrolitos que necesita un deportista y está hecho con plantas, no viene de un laboratorio. Muchas bebidas deportivas son criticadas por tener azúcar agregada y por tener componentes artificiales”, explicó Moresco, feliz porque acaba de cerrar una venta online de Rejoy a un cliente... de Alaska.
¿Puede llegar este invento de tres argentinos a venderse en la Argentina? No todavía. “El mercado se está moviendo y la legislación argentina está avanzando y lo seguimos de cerca. En algún momento se va a desarrollar. Y aunque hace muchos años que vivimos fuera del país, cuando en la Argentina se dé el contexto legal, allí estaremos”, prometió Moresco.
“El mercado se está moviendo y la legislación argentina está avanzando y lo seguimos de cerca. En algún momento se va a desarrollar” (Moresco)
Los socios argentinos vislumbran la llegada de una ola de consumo de productos con CBD que va más allá de algún negocio en particular y se acerca a la manifestación de un estilo de vida y un signo de los tiempos. “Si el siglo XX fue el de la cafeína, el siglo XXI será el del CBD”, se anima Belbussi, contraponiendo la sustancia que ayuda a mantenerse despierto y a seguir más de la cuenta con otra que invita a “la relajación del cuerpo y la mente” y a bajar un cambio.
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