Al término del encuentro entre Alberto Fernández y Kristalina Georgieva, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional aseguró que fue “una reunión muy constructiva” y remarcó que los equipos del gobierno argentino y del organismo multilateral continuarán trabajando en la negociación de la deuda.
Pasadas las 5.30 de la mañana (hora argentina) concluyó el cónclave entre el mandatario y la titular del FMI. Duró una hora y media y se llevó a cabo en el hotel Sofitel de Roma donde se aloja la comitiva argentina. Fue la primera vez que se vieron cara a cara luego de llamados y encuentros por Zoom. “Fue muy gratificante conocer al presidente finalmente en persona”, manifestó Georgieva al salir de la reunión.
La directora del Fondo explicó que conversaron sobre “la situación en Argentina” en particular y también sobre lo que sucede a nivel regional en América Latina.
“Discutimos cómo podemos seguir trabajando de manera constructiva para comprometernos en avanzar hacia un programa”, indicó Georgieva en el breve contacto que mantuvo con la prensa.
Llevaron adelante el cónclave solos, cada uno con su traductor, y tomaron agua y café. En un salón del hotel, aparte, en simultáneo conversaron el ministro de Economía Martín Guzmán y Julie Kozack, Encargada para America Latina del FMI.
Una hora y media después del inicio de la reunión principal, se sumaron Guzmán y Kozack. No lo hicieron solos. Gustavo Béliz (Asuntos Estratégicos) y el Canciller Felipe Solá también ingresaron a la sala.
Por estas horas, Roma será el epicentro de un debate global que busca respuesta a los interrogantes que abrió la pandemia tras su golpe mortal a un sistema de equilibrio poder que exige un modelo de reemplazo antes que la anomia institucional multiplique la tragedia que ya causó el COVID-19.
En este contexto, la Iglesia Católica que lidera Francisco y la Casa Blanca que maneja Joseph Biden iniciaron un debate que beneficiará a la Argentina, jaqueada por el Fondo Monetario Internacional y el Club de Paris que pretenden cobrar sus deudas a favor por casi 50.000 millones de dólares.
Georgieva viajó a la capital italiana para participar de una jornada académica organizada por el Vaticano que tiene un capítulo titulado “el alivio de la deuda para los países en vías de desarrollo y la arquitectura internacional y fiscal”.
Junto a la directora del Fondo estará online Janet Yellen, secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, el premio Nobel de economía, Joseph Stiglitz, y Martín Guzmán, titular del Palacio de Hacienda, entre otros connotados oradores que conocen como funciona el sistema global.
Francisco organizó el seminario y Biden decidió acompañar. Ambos asumen que la pandemia inició un efecto dominó que puede complicar al planeta -en su economía y en su medio ambiente-, y por eso decidieron tomar cartas en el asunto.
En la previa, Alberto Fernández llegó a Italia después de recolectar respaldo para su estrategia frente al FMI y para proponer nuevas reglas de juego que deberían establecer un nuevo modelo de sistema global.
Hay un punto de coincidencia en que Georgieva está de acuerdo en cambiar las normas que están vigentes desde Bretton Woods. La directora gerente cree que el modelo post Segunda Guerra Mundial se agotó y que los organismos multilaterales -FMI y Banco Mundial, por ejemplo- deberían remozar sus instrumentos jurídicos que enmarcan las condiciones de ayuda financiera.
Alberto Fernández viajó a Europa con su propuesta de negociación bajo el brazo. Diseñada con el ministro Martín Guzmán, la misma contempla suspender el pago de los super cargos establecidos por el FMI para los países que han tomado deuda por encima de su cuota parte; la distribución de los Derechos Especiales de Giro (DEG) que pertenecen a los países centrales y no necesitan para mantener equilibradas sus cuentas publicas; la ampliación de los plazos previstos en los créditos de Facilidades Extendidas; la reducción de las tasas que se cobran cuando el FMI concede créditos Stand-By o de Facilidades Extendidas; refinanciar los vencimientos de capital que caen en septiembre y diciembre; e insistir con el concepto de sustentabilidad de la deuda. Es decir, Argentina honrará sus compromisos pero no aceptará hacerlo bajo un tradicional plan de ajuste.
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